Dos familias y un derecho

"Siempre le decimos que tiene suerte de tener cuatro padres". Dos familias son las que se implican en la situaci¨®n de un ni?o en r¨¦gimen de acogida, dos padres y dos madres para cumplir un derecho, el de los menores a tener una infancia feliz.

Mar¨ªa Jos¨¦, su marido y sus dos hijos, que viven en Guip¨²zcoa, ampliaron su familia hace tres a?os con una joven que ya tiene 14 a?os. Ahora van a por el segundo ni?o acogido, que tambi¨¦n ser¨¢ un chico mayor de ocho a?os, los que m¨¢s dificultades tienen para conseguir un hogar en este r¨¦gimen.

Carlos y Mar¨ªa acogen en Vizcaya desde hace diez a?os a una joven con minusval¨ªa durante los fines de semana y las vacaciones. "Nuestros hijos se volcaron en ella", recuerdan sobre el primer mes que pas¨® con ellos. Ahora, esta familia y los padres biol¨®gicos de la muchacha alternan los fines de semana con ella. "Cada vez que vamos a recogerla es una fiesta", aunque Carlos no oculta que el acogimiento supone un esfuerzo. Esta f¨®rmula presenta sus dificultades, pero ambas familias coinciden en que les hubiese gustado descubrirla antes y acoger a m¨¢s ni?os.

El programa facilita a los j¨®venes modelos que pueden seguir en el futuro

Existen distintas modalidades de acogimiento en funci¨®n de las necesidades

?Qu¨¦ es lo m¨¢s complicado? La espera, coinciden ambas parejas. "Es como un embarazo, pero a lo largo", ejemplifica Mar¨ªa Jos¨¦. Las diputaciones realizan estudios de aptitud de toda la familia y, tras una fase de adaptaci¨®n con el menor, el apoyo se mantiene. Son chavales que "vienen con una carga a?adida a la que nuestros hijos no se han enfrentado", explica esta mujer, por lo que a menudo necesitan refuerzo escolar y atenci¨®n psicol¨®gica.

Las tres diputaciones ofrecen ayudas econ¨®micas para quienes acogen a estos ni?os —entre 350 y 600 euros mensuales—, pero el mayor apoyo lo ofrecen los t¨¦cnicos. Ellos deciden sobre el futuro de los ni?os, para que las dos familias —la biol¨®gica y la de acogida— no entren en conflicto, uno de los miedos de los acogedores antes de embarcarse en este proyecto.

Los t¨¦cnicos ordenan la relaci¨®n entre las partes y subrayan la importancia de que los padres biol¨®gicos se impliquen en el proceso y mantengan una relaci¨®n cordial con los de acogida.

Las visitas del ni?o a sus padres biol¨®gicos resultan complicadas, pero son importantes para que el tri¨¢ngulo que se crea entre las dos familias y el menor funcione de forma correcta en beneficio de este ¨²ltimo. Muchos se quedan con su familia de acogida tras cumplir los 18 a?os, aunque algunos optan por comprobar si sus padres biol¨®gicos pueden hacerse cargo de ellos. "No es un fracaso de la familia de acogimiento, sino un paso necesario", indican fuentes de la Diputaci¨®n vizca¨ªna.

Vizcaya ha comenzado la campa?a de captaci¨®n de familias, que pueden optar por distintos tipos de acogimiento, desde los fines de semana para los ni?os que est¨¢n en centros de acogida, los que m¨¢s se necesitan, hasta los acogimientos permanentes o los de menos de dos a?os. Los primeros, como el caso de Carlos y Mar¨ªa suponen "una referencia que muestra un modelo familiar a los chavales para que lo reproduzcan en el futuro", explica esta Diputaci¨®n. El esfuerzo y la generosidad se pagan entonces con una sonrisa, peque?a, pero valiosa. [M¨¢s informaci¨®n del programa vizca¨ªno en el 94 447 69 62].