Un verano diferente
M¨¢s de 260 ni?os afectados por la contaminaci¨®n de Chern¨®bil pasan julio y agosto en Euskadi P El objetivo es fortalecer su salud
La mayor¨ªa de padres coincide en dos cosas: "les vuelve locos la piscina y el mar y en 15 d¨ªas son capaces de entenderte". Ayer llegaron hasta Euskadi los 262 ni?os de entre cinco y 17 a?os, afectados por el desastre nuclear de Chern¨®bil, que pasar¨¢n julio y agosto con familias de la comunidad. Los padres que ya repiten experiencia, sonrientes, esperaban la llegada de los chavales y los primerizos, impacientes y nerviosos, explicaban que de lo que se trata es "sobre todo de ayudar".
Para Jos¨¦ Ignacio, de 45 a?os, gerente de una empresa de construcci¨®n, acompa?ado por su mujer y sus dos hijas, es el cuarto verano que acoge a Irina, de 14 a?os. Reconoce que el primer verano fue "bastante duro". Los problemas de comunicaci¨®n no tardaron en aflorar. "No sab¨ªa nada de nuestras costumbres, ni de nuestro idioma y las dos primeras semanas resultaron dif¨ªciles", explica.
La comunicaci¨®n es el primer escollo que deben sortear las familias
Los padres de acogida acuden a un curso donde les orientan c¨®mo actuar
Con el objetivo de minimizar los problemas que puedan surgir, los padres que deciden sumarse a la experiencia realizan unos cursos, donde les orientan y explican c¨®mo actuar. Adem¨¢s, cuentan con una familia veterana de referencia con la que compartir experiencias o dudas. La asociaci¨®n Chern¨®bil Elkartea, la responsable de las acogidas, tambi¨¦n organiza varias salidas a lo largo del verano para que los ni?os que vienen a Euskadi por primera vez (este a?o son 53), vean que "no son raros, que no son los ¨²nicos que se sienten solos", explica Lide ?lvarez, una de las voluntarias.
Chern¨®bil Elkartea trabaja con menores, todos con familia, de dos ¨¢reas rurales de Ucrania, Irpen e Ivankiv, situadas a 30 y 90 kil¨®metros, respectivamente, de la zona de exclusi¨®n de la antigua central nuclear rusa y el programa tiene como objetivo fortalecer la salud de los ni?os. "No tienen enfermedades desarrolladas, pero al vivir en un ambiente contaminado tienen una salud debilitada", detalla ?lvarez que a?ade que "si cogen una gripe pasan dos o tres semanas en un hospital. Vienen aqu¨ª y fortalecen su sistema y entonces al a?o siguiente s¨®lo les ingresan tres d¨ªas y al otro ninguno".
Lo que han conseguido Bosco y Pablo, de nueve y 12 a?os, es "casi, casi a un nuevo hermano", Alexander, de 11 a?os, y todo porque sus padres vieron un d¨ªa a un ni?o ucraniano en el parque y decidieron probar con la experiencia, explica ?lvaro, el cabeza de familia. Desde hace tres a?os, el ni?o, de intensos ojos azules y pelo platino, pasa los veranos en Euskadi y se defiende en castellano, pero entre la timidez y el cansancio del viaje, apenas acierta a corregir a la periodista "O, Olexander". Son sus medio hermanos los que aseguran que le encanta ir a la playa, nadar y jugar al f¨²tbol, que siempre se pide a Yeste y que incluso tiene una foto con Llorente.
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