Islandia, las Caim¨¢n del periodismo
El Gobierno desarrolla una propuesta parlamentaria para blindar la ley de prensa m¨¢s fuerte del mundo con el aporte de las legislaciones internacionales que m¨¢s salvaguardan la informaci¨®n
Para el juez Ricardo Rodr¨ªguez, publicar en una web -que "no es un medio de comunicaci¨®n social"- no merece protecci¨®n constitucional. Y por eso, entre otras cosas, conden¨® a los periodistas de la Cadena SER Daniel Anido y Rodolfo Irago a 21 meses de c¨¢rcel. El delito: revelaci¨®n de secretos v¨ªa Internet. ?Podr¨ªa haber firmado la misma pena en Reikiavik? Hoy seguro que s¨ª, ma?ana ser¨¢ otro cantar. El Parlamento island¨¦s, con el apoyo del actual Gobierno, ha dado luz verde a una propuesta legislativa para convertir el pa¨ªs en un refugio de la libre expresi¨®n. "La nueva Islandia tiene que garantizar que periodistas y p¨²blico en general accedan a la informaci¨®n" explica en conversaci¨®n telef¨®nica la escritora y diputada islandesa Birgitta J¨®nsd¨®ttir, activista en la Red y promotora de la Iniciativa Islandesa para Medios Modernos (IMMI, en sus siglas en ingl¨¦s) en la que WikiLeaks, contenedor online de filtraciones hoy en alza, ha colaborado desde que fuera tan solo una mera ocurrencia.
La idea empez¨® a revolotear en agosto de 2009 tras cortar una orden judicial la emisi¨®n en el canal de televisi¨®n R?V de un documento que expon¨ªa los riesgos del banco Kaupthing, diana del esc¨¢ndalo econ¨®mico island¨¦s. El papel lleg¨® a WikiLeaks y su contenido subi¨® a la Red sin freno alguno -R?V ayud¨® con picard¨ªa a difundir la direcci¨®n de la p¨¢gina web. Este bofet¨®n al ejercicio del periodismo, la falta de informaci¨®n de los ciudadanos y el estallido de una crisis si cabe inesperada alimentaron la bola de nieve que en diciembre Julian Assange y Daniel Schmitt, padres de WikiLeaks, empujaron hasta la reuni¨®n de la Icelandic Digital Freedom Society, donde parlamentarios como J¨®nsd¨®ttir -en el asiento desde abril de 2009-, escritores, periodistas y activistas vislumbraron la IMMI.
"Hay muchas leyes en el mundo que protegen cada una de las cosas que proponemos -explica J¨®nsdottir en un inciso entre pregunta y pregunta de otros medios internacionales-, pero no hay ninguna que lo haga todo a la vez". Y ah¨ª es donde la iniciativa coge forma: toma lo mejor de la ley sueca para blindar la confidencialidad de las fuentes; se agarra a la belga para que las comunicaciones entre fuente y reportero sean inviolables; de la noruega y estonia aprovecha el deber de hacer p¨²blicos los documentos oficiales; en Estados Unidos se inspira para proteger y premiar las filtraciones, rechazar (Nueva York y Florida) demandas por difamaci¨®n de pa¨ªses terceros como Reino Unido, adem¨¢s de garantizar (California) un acceso ecu¨¢nime ante denunciantes acaudalados; y de la legislaci¨®n islandesa se queda con los l¨ªmites a los cortapisas previos a una publicaci¨®n.
Periodismo en la distancia
"La transparencia y el acceso a la informaci¨®n -defiende J¨®nsd¨®ttir- har¨¢ m¨¢s f¨¢cil que los islandeses vuelvan a confiar". Al grano: si un reportero o un medio tiene una informaci¨®n sensible que no puede difundir en su pa¨ªs, ?tiene que mudarse a Islandia? "Es suficiente con alojar el material que tiene en un servidor [de Internet] island¨¦s. No hace falta viajar a Islandia para publicarlo". "La futura ley -contin¨²a esta polifac¨¦tica islandesa de 43 a?os- crear¨¢ el escenario necesario para el periodismo de investigaci¨®n, las ONG de derechos humanos y todos los que arriesgan la vida para publicar sus historias como en Rusia y China". Hasta ah¨ª la salvaguarda del contenido, no la del periodista. Sin duda, en esos pa¨ªses, y en Myanmar, Sri Lanka, Corea del Norte, Ir¨¢n, etc., la integridad del mensajero se escapa de las manos. El Malaysia Today es un buen ejemplo de mudanzas obligadas. Hoy trabajan desde Singapur.
Daniel Schmitt, lugarteniente de Julian Assange en WikiLeaks -hoy en el punto de mira de Washington por la filtraci¨®n de cientos de documentos militares- aclara tambi¨¦n por tel¨¦fono otro de los puntos espinosos de la propuesta: la protecci¨®n ante demandas de terceros pa¨ªses por difamaci¨®n. "Si eres un periodista en Nueva York y alguien te demanda en Londres por lo que has publicado puedes recurrir porque tu libertad de expresi¨®n ha sido atacada -legado de la primera enmienda de la Constituci¨®n estadounidense". Arthur Bright, del equipo del centro de referencia Citizen Media Law Project, no comparte este optimismo: "Haga lo que haga Islandia, no se puede cambiar al monstruo de 200 kilos que es la ley internacional. Esto es, la publicaci¨®n tiene lugar donde se descarga (download) no donde se sube (upload)".
Sea como fuere, la IMMI quiere aprovechar las facilidades de un pa¨ªs peque?o, con un dominio natural del ingl¨¦s, acceso total a la Red, una tecnolog¨ªa de la informaci¨®n puntera y un coste energ¨¦tico bajo (gracias a los recursos hidroel¨¦ctricos y geot¨¦rmicos) para vivir, en palabras de J¨®nsd¨®ttir, "no solo un cambio financiero, sino un cambio real" del pa¨ªs. La diputada calcula que a partir de septiembre la propuesta, en manos ya del Ministerio de Cultura, empezar¨¢ a traducirse al lenguaje legal -afecta a 13 leyes estatales y cuatro departamentos ministeriales- para entrar en vigor en un a?o. Y llamar por fin la atenci¨®n de los ciudadanos islandeses. "Hoy -dice entre risas J¨®nsd¨®ttir- no hay mucho debate en las calles. He percibido m¨¢s inter¨¦s fuera. Pasan muchas cosas en Islandia y la gente est¨¢ a¨²n m¨¢s preocupada por el esc¨¢ndalo financiero". Lo acabar¨¢n leyendo en la prensa.
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