Los colegios limitar¨¢n la venta de boller¨ªa y refrescos
El Ministerio de Sanidad y las comunidades aut¨®nomas acuerdan un plan para desterrar estos alimentos de los colegios.- La industria denuncia la "criminalizaci¨®n" de sus productos.- Los expertos apoyan la medida, pero creen que falta educaci¨®n nutricional
El Gobierno le ha declarado la guerra a las chucher¨ªas y los refrescos. El campo de batalla: los centros escolares p¨²blicos. Las patatas fritas, la boller¨ªa industrial y casi todas las bebidas refrescantes tienen los d¨ªas contados en las cafeter¨ªas escolares y en las m¨¢quinas expendedoras de los patios. El Ministerio de Sanidad ha acordado este mi¨¦rcoles con las comunidades aut¨®nomas un plan para desterrar estos alimentos de los colegios, limitar el contenido cal¨®rico de los productos que los ni?os puedan comprar entre clase y clase y aunar criterios para elaborar los men¨²s escolares. Medidas con las que tratan de frenar el aumento de la obesidad infantil, una epidemia que est¨¢ llegando a niveles alarmantes en Espa?a, donde uno de cada cuatro ni?os padece sobrepeso u obesidad, seg¨²n los datos de Sanidad. La patolog¨ªa se ha triplicado entre este grupo de poblaci¨®n en los ¨²ltimos veinte a?os y tiene graves implicaciones: un ni?o obeso ser¨¢, con toda probabilidad, un adulto enfermo.
El de los refrescos ser¨¢ uno de los m¨¢s perjudicados por la guerra que ha comenzado Sanidad
Lo que hay que hacer es educar al ni?o para que tenga conciencia de lo que come
El 17% de la poblaci¨®n adulta y el 13,9% de los ni?os espa?oles son obesos
Nutricionistas, pediatras y endocrinos consideran ¨²til el plan del Gobierno. Eso s¨ª, alertan, no servir¨¢ de nada si no va acompa?ado de pol¨ªticas de educaci¨®n y formaci¨®n eficaces. "Los padres pueden mandar a los ni?os al colegio con una manzana y que luego ellos se compren en el cole una palmera de chocolate, una bolsa de patatas, un refresco... Lo que hay que hacer es educar al ni?o para que tenga conciencia de lo que come", dice Susana Monereo, jefa de Endocrinolog¨ªa del Hospital de Getafe, quien pone un ejemplo del problema: "Si no, no comer¨¢n golosinas en el colegio, algo que est¨¢ muy bien, pero estar¨¢n deseando salir para comerlas. Hoy en d¨ªa hay que defenderse de la sobrealimentaci¨®n con tanta fuerza como nuestros antecesores se defendieron del hambre".
La industria alimentaria, sin embargo, no piensa lo mismo. El sector est¨¢ que trina. Sus directivos se quejan de que se ha elaborado el plan sin contar con ellos. Algo que desmiente la propia ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez, que asegura que la industria s¨ª ha participado en la elaboraci¨®n del documento de consenso, y estaban al tanto de todo.
Sin embargo, una parte del sector alimentario considera las medidas de Sanidad simples y vac¨ªas. "Las propuestas no son ¨²tiles para prevenir la obesidad, este es un problema de salud p¨²blica multifactorial", expone Ana Escudero, secretaria general de la Asociaci¨®n Nacional de Bebidas Refrescantes y Analcoh¨®licas (Anfabra).
El plan, sin embargo, no establece sanciones para quienes no cumplan. Se puede considerar, pues, un conjunto de recomendaciones que todas las autonom¨ªas han acordado respetar. "No hay que tomar disposiciones ni normativas adicionales", aclar¨® Jim¨¦nez. A pesar de esto, la industria lo percibe como un ataque directo. Criminalizan, dicen, sus productos. "No comprendemos que establezcan una diferenciaci¨®n tan clara entre alimentos buenos y malos sin justificaci¨®n", dice Escudero.
Su sector, el de los refrescos, ser¨¢ uno de los m¨¢s perjudicados por la guerra que ha comenzado Sanidad. Las medidas acordadas ayer por el ministerio de Trinidad Jim¨¦nez y las comunidades en el Consejo Interterritorial de Sanidad limitar¨¢n de forma dr¨¢stica estos productos en los colegios. Ni bebidas con cafe¨ªna u otras sustancias estimulantes (excepto las que est¨¢n presentes de forma natural en el cacao, por ejemplo), ni aquellas que tengan edulcorantes artificiales (conocidas como light). En pocas palabras: "La pr¨¢ctica eliminaci¨®n de los refrescos de los centros escolares", se queja Escudero, que asegura que estas bebidas representan s¨®lo el 1% de las calor¨ªas diarias que ingieren cada espa?ol al d¨ªa, y que no son "en absoluto" la causa de la obesidad.
Pero el veto no se limita exclusivamente a los refrescos. Tambi¨¦n se restringir¨¢n los dem¨¢s productos que se puedan comprar en colegios e institutos. Tanto en las m¨¢quinas expendedoras como en las cantinas: no podr¨¢ haber nada con m¨¢s de 200 calor¨ªas, m¨¢s de 0,5 gramos de sal, ni, por supuesto, que lleve alg¨²n ¨¢cido graso trans (excepto los que tienen de forma natural los l¨¢cteos o productos c¨¢rnicos). As¨ª, casi ning¨²n bollo, bolsa de patatas, galletas (por sanas que se vendan) o aperitivo salado, que se encuentran ahora por doquier en estas m¨¢quinas o en las cafeter¨ªas, pasan el corte. En el recreo tocar¨¢ comer, entonces, fruta, bocadillos no envasados -"al estar compuestos de pan mayoritariamente no ofrecen un aporte excesivo de grasas, az¨²cares y sal", dice Sanidad- o zumos. Y mucha agua. Preferiblemente no embotellada, dice Sanidad.
A pesar de que las recomendaciones est¨¢n claras y que el documento de consenso incluye un apartado de inspecci¨®n y seguimiento en el que se dice que las comunidades velar¨¢n para que se cumplan "los criterios nutricionales establecidos", la ministra de Sanidad insisti¨® en que no se trata de la prohibici¨®n de ning¨²n alimento. "S¨®lo se pone l¨ªmite a la venta de determinados productos en base a las recomendaciones de los expertos para que los ni?os, que no tienen criterios nutricionales para determinar qu¨¦ alimentos deben comer y cuales no, no tengan acceso a ellos", dijo. Recomendaciones elaboradas, explic¨®, por los expertos de Sanidad junto a 11 sociedades cient¨ªficas.
Un plan que la endocrin¨®loga Susana Monereo considera "positivo". "Contribuye a frenar el consumo desmedido de este tipo de alimentos hipercal¨®ricos y con escaso aporte nutricional", dice. Monereo, sin embargo, sostiene que aunque son un gran paso, las medidas no son suficientes. "Las acciones aisladas no van a servir para nada, hay que unirlas a la formaci¨®n y al est¨ªmulo del ejercicio. Deber¨ªa haber una clase especial o integrada en otra en la que se ense?ase a los ni?os a comer, donde aprendan h¨¢bitos nutricionales saludables", expone.
Batalla contra la obesidad
Porque el problema que trata de combatir Sanidad no es menor. El 17% de la poblaci¨®n adulta y el 13,9% de los ni?os espa?oles son obesos, seg¨²n el Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red sobre Obesidad y Nutrici¨®n (Ciber-Obn). Y las cifras no cesan de crecer. Tanto que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud ya ha bautizado esta patolog¨ªa como "la primera epidemia no v¨ªrica". Muchos no son conscientes a¨²n de su gravedad. Pero la tiene y mucha. "La obesidad infantil es el problema m¨¢s serio al que se enfrenta la sociedad moderna. De hecho, es la madre de todas las enfermedades, puerta de entrada hacia pr¨¢cticamente todas", argumenta Monereo. "Un problema de salud p¨²blica grave", seg¨²n Trinidad Jim¨¦nez.
Y es que esta patolog¨ªa suele ir acompa?ada o derivar en otras, como la diabetes. Otro dato nada desde?able, esta vez econ¨®mico: la obesidad representa, seg¨²n el documento que present¨® ayer la ministra de Sanidad, el 7% del gasto sanitario espa?ol, unos 2.500 millones de euros.
El catedr¨¢tico de Pediatr¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y miembro del Ciber-Obn Jes¨²s Argente cree que las medidas de Sanidad llegan tarde. Ya en 2008 la Uni¨®n Europea pidi¨® a Espa?a y al resto de pa¨ªses miembros que dejasen de vender en los centros educativos "alimentos y bebidas con alto contenido en grasas, sal o az¨²car y con pobre valor nutricional". A pesar de la demora, dice Argente, como todo lo que se haga para frenar la obesidad infantil, las medidas son bienvenidas. Sin embargo, sostiene que el plan del Gobierno se queda "un poco cojo", y reclama que se analice el problema desde todos los factores.
"El paquete de medidas es una mala copia de lo que ya est¨¢ instalado en Estados Unidos, donde el grueso de los Estados ya ha impedido la presencia en los centros escolares de estos alimentos de contenido cal¨®rico innecesario", comenta. "Falta un aspecto important¨ªsimo, el elemento educativo, de nutrici¨®n en t¨¦rminos generales para cuando el ni?o est¨¦ solo. Tambi¨¦n pautas de ejercicio", sigue.
Campa?a de concienciaci¨®n
Pero para educar y concienciar, dice Sanidad, ya est¨¢ la Estrategia para la Nutrici¨®n, Actividad F¨ªsica y Prevenci¨®n de la Obesidad, la conocida como Estrategia Naos. Un plan que para Jos¨¦ Manuel Moreno, miembro del Comit¨¦ de Nutrici¨®n de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, sin embargo, nunca termin¨® de cuajar. "De hecho, a la luz de las estad¨ªsticas, tampoco ha tenido buenos resultados", coincide el catedr¨¢tico Jes¨²s Argente. Moreno, como el resto de expertos, cree que las medidas de Sanidad ser¨¢n eficaces acompa?adas de otras. "Este plan simplemente da un paso m¨¢s all¨¢. Puede verse como una medida coercitiva, pero debe complementarse con una correcta aplicaci¨®n de la Estrategia Naos", asegura.
Este plan, implantado en 2005, fomentaba la idea de que comer sano era comer bien y buscaba concienciar a la poblaci¨®n de la importancia de hacer una actividad f¨ªsica regular. Ahora, seg¨²n reconoce Roberto Sabrido, director de la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n, necesita actualizarse. Repensarse. Su agencia ya est¨¢ trabajando con expertos para hacerlo y redactar una nueva a cuatro a?os, 2011-2014.
La Estrategia Naos fue en su momento, y a diferencia de este nuevo plan, consensuada por la industria alimentaria. Un sector que critica ahora al Gobierno por traicionarle. "Est¨¢n incumpliendo el consenso de la Estrategia Naos", asegura Horacio Gonz¨¢lez Alem¨¢n, secretario general de la Federaci¨®n Espa?ola de Industrias de la Alimentaci¨®n y Bebidas (Fiab). "En la Estrategia Naos se dice que no hay alimentos buenos y malos, s¨®lo dietas equilibradas o no. Algo que estas medidas contradicen proscribiendo determinados alimentos", esgrime Gonz¨¢lez Alem¨¢n, que reconoce que, adem¨¢s, en ¨¦poca de crisis todo lo que sea restringir las ventas, "en el canal que sea, no es bueno". El sector, adem¨¢s, argumenta que se ha "autocontrolado" para contribuir a frenar el problema. "Estamos reformulando productos, tenemos un pacto para limitar la publicidad de ciertos alimentos en horario infantil", dice el secretario general de Fiab.
Pero el plan acordado no solo habla de bollos, refrescos y golosinas. Tambi¨¦n se ocupa de una parte muy importante de la alimentaci¨®n de los ni?os: los men¨²s de los comedores escolares. El 51% de ellos, explica Roberto Sabrido, es inadecuado. "No contiene las cantidades de pescado suficientes. Tampoco de frutas y verduras. Son, en definitiva, una muestra de lo que adolece la sociedad actual, que desde?a la rica dieta mediterr¨¢nea", explica. Por eso, Sanidad y comunidades acordaron tambi¨¦n criterios comunes para su elaboraci¨®n. La priorizaci¨®n del aceite de oliva o de carnes con menor contenido en grasa -pollo, pavo, ternera-. El documento de consenso recomienda tambi¨¦n limitar, por ejemplo, el uso de precocinados o de guarniciones fritas.
"La comida del medio d¨ªa debe suponer el 35% del consumo de calor¨ªas del d¨ªa. Por eso no se puede dejar al libre albedr¨ªo", expone Sabrido. Los men¨²s de los escolares -que deber¨¢n adaptarse a ni?os con necesidades especiales- se supervisar¨¢n, adem¨¢s, por licenciados universitarios.
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