M¨¢s all¨¢ de la codicia
Roemer defiende un cambio ¨¦tico que aumente el bienestar social - El profesor de Yale clausura el Congreso de Derechos Humanos
Por qu¨¦ cambiar las reglas del juego cuando resulta m¨¢s eficaz cambiar a los ciudadanos, viene a decir John Roemer, profesor de Ciencia Pol¨ªtica y Econom¨ªa en la Universidad de Yale (EEUU). Roemer cerr¨® ayer en Bilbao el Congreso de Derechos Humanos que Justicia organiza cada dos a?os, centrado esta vez en el futuro del Estado del bienestar.
Ya que el modo de producci¨®n determina parte de los valores de una sociedad, Roemer apuesta por que las instituciones incentiven una ¨¦tica distinta, otro "ethos social". Quiere dejar atr¨¢s la era actual en que "el miedo, a perder el empleo, por ejemplo, y la codicia son los principales motores de la econom¨ªa de mercado", dijo ayer a EL PA?S.
"Miedo y codicia son los motores de la econom¨ªa de mercado", dice el polit¨®logo
Mendia critica que se vincule el d¨¦ficit al gasto en las pol¨ªticas sociales
La premisa de que la codicia es buena, siempre y cuando haya reglas que la contengan, resulta err¨®nea, afirm¨®. Roemer sostiene que la clave para dar un salto cualitativo en el bienestar colectivo tras la crisis radica en dejar atr¨¢s la idea de que el ser humano es puramente ego¨ªsta; que lo ¨²nico que se puede hacer es crear mecanismos regulatorios que los m¨¢s listos siempre tratar¨¢n soslayar.
Tras dedicar parte de su vida acad¨¦mica a estudiar el marxismo, Roemer se inclina ahora por un socialismo que intente borrar las desigualdades, sin renunciar a unos mercados "necesarios en sociedades tan grandes". Y cita los pa¨ªses n¨®rdicos como ejemplo.
El profesor mantiene una curiosa teor¨ªa sobre por qu¨¦ el Estado del bienestar en Europa fue concediendo m¨¢s derechos sociales mientras que EE UU no sigui¨® el mismo camino. Adem¨¢s del efecto de solidaridad que supuso el salir juntos de la II Guerra Mundial y la presi¨®n del socialismo al otro lado del Tel¨®n de Acero, a?ade un tercer motivo: "La guerra homogeneiz¨® el riesgo para un amplio n¨²mero de ciudadanos al destruir su riqueza. No pas¨® lo mismo en Estados Unidos, porque, salvo en Pearl Harbour, no hubo bombardeos. Eso explica por qu¨¦ los Estados del bienestar crecieron tan r¨¢pido aqu¨ª".
Por ello, incide, le result¨® dif¨ªcil al presidente Barack Obama aprobar su reforma sanitaria: "Gran parte de la poblaci¨®n estaba contenta con su cobertura y pensaba que el cambio solo implicar¨ªa pagar m¨¢s impuestos, aunque a la larga les beneficiara porque bajar¨ªan los precios".
En su discurso, Roemer destac¨® que el futuro del bienestar humano pasa por controlar el cambio clim¨¢tico y el nivel de emisiones contaminantes que lo propicia, pese a la presi¨®n cortoplacista de las industrias del petr¨®leo y el carb¨®n.
La consejera de Justicia, Idoia Mendia, recalc¨® durante la clausura los nocivos efectos que acarrea la percepci¨®n entre los ciudadanos de que el d¨¦ficit se debe a las pol¨ªticas sociales aplicadas los ¨²ltimos a?os. Esta falsa creencia, a?adi¨®, "es un factor debilitador en un momento en el que es m¨¢s importante que nunca invertir en personas".
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