C¨®mo reconocer la legionela

La legionela debe su nombre a un brote de neumon¨ªa que sufrieron los participantes de una convenci¨®n de la Legi¨®n Americana en Estados Unidos en los a?os setenta. La bacteria que la causa crece en medios acu¨¢ticos estancados y se dispersa por el aire en forma de aerosol a partir de duchas, torres de refrigeraci¨®n o sistemas de riegos por aspersi¨®n, entre otros.

Es una enfermedad que, como explica el doctor Jos¨¦ Blanquer, coordinador del ¨¢rea de infecci¨®n respiratoria de la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa y Cirug¨ªa Tor¨¢cica, se presenta de dos formas distintas. En la primera de ella, conocida como la fiebre de Pontiac, los s¨ªntomas son fiebre elevada, cansancio, tos seca y congesti¨®n nasal. En estos casos, los enfermos pueden llegar a confundir sus s¨ªntomas con los de la gripe, e incluso, como reconoce Blanquer, pasar la legionela sin enterarse. "Se ha dado casos de pacientes que ya hab¨ªa tenido la enfermedad y no lo sab¨ªan", afirma.

La segunda forma en la que se presenta es m¨¢s grave y se conoce como enfermedad del legionario. Los enfermos sufren fiebre elevada -con m¨¢s de 39 grados-, dolor de cabeza, tos seca o incluso con alg¨²n resto de sangre, dolor tor¨¢xico, molestias digestivas -nauseas, diarreas, v¨®mitos-, cansancio y dolores musculares. Las personas de edad avanzada puede incluso vivir episodios de confusi¨®n.

La mayor o menor virulencia con la que afecta a cada paciente, explica el doctor Blanquer, depende de la cantidad de bacteria que se haya inhalado y las defensas del organismo. Los grupos de riesgos est¨¢n compuestos por las personas que tienen disminuido el sistema inmunol¨®gico o que sufren enfermedades card¨ªacas y respiratorias cr¨®nicas. Ser fumador tambi¨¦n puede ser una circunstancia desfavorable. El tratamiento, que no siempre requiere hospitalizaci¨®n, se realiza con antibi¨®ticos que penetran en el interior de la c¨¦lula.