Neomatronas
Los avances tecnol¨®gicos les hicieron perder su puesto en el parto. Pero no se rindieron, han vuelto a ocupar su lugar y ya se adentran en otras ¨¢reas sanitarias
Ni se extinguen ni disminuyen sus funciones. Al contrario. Llevan a?os reinvent¨¢ndose. Y est¨¢n de nuevo en alza. "Nos asocian al paritorio, pero estamos capacitadas para atender a la mujer en todas las etapas de su vida: adolescencia, embarazo, parto, menopausia...", afirma Mar¨ªa ?ngeles Rodr¨ªguez Rozalen, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Matronas. "Todos los organismos internacionales relacionados con la salud de la mujer indican que somos los profesionales id¨®neos para atender a las mujeres, en particular en su proceso reproductivo", sostiene. En el sistema p¨²blico hace ya tiempo que tienen el control de la sala de partos cuando se trata de atender a gestantes sanas y sin complicaciones. D¨¦cadas atr¨¢s, con la generalizaci¨®n de los partos en hospitales y los avances tecnol¨®gicos, algunas de sus funciones perdieron cierta identidad. Traer un hijo al mundo se hab¨ªa convertido en un acto m¨¦dico, incluso trat¨¢ndose de embarazos "normales". Esa fiebre ha remitido y las matronas han recuperado poder.
Los hombres solo representan el 7% de este colectivo profesional
Tras la epidural, hubo un antes y un despu¨¦s en el parto
M¨²sica relajante, pelotas gigantes suaves e hinchables en las que reclinar la cabeza, masajes en los pies, acupuntura... Todas estas t¨¦cnicas y otras m¨¢s se emplean ya en algunas maternidades para ayudar a las mujeres durante el periodo de dilataci¨®n. Parir sigue siendo un acto devastador para la mayor¨ªa de las mujeres desde el punto de vista f¨ªsico, pero se trata de alejar el fantasma del dolor y del estr¨¦s. La ¨²ltima tendencia es despojar el parto de la excesiva tecnificaci¨®n m¨¦dica a la que se hab¨ªa llegado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. "La mujer tiene que ser la protagonista de su propio parto", afirma Mar¨ªa Josefa Rojas, "y no el ginec¨®logo", como ocurr¨ªa tantas veces en el pasado.
Rojas, de 54 a?os, est¨¢ convencida de la bondad de parir a la carta de acuerdo con las necesidades de cada mujer. "Tuve el privilegio de dirigir mi propio parto", asegura al recordar el nacimiento de su tercer hijo. Naturalmente, su domicilio se encuentra bastante pr¨®ximo a un hospital. Ahora est¨¢ destinada en un centro de atenci¨®n primaria, pero ha trabajado en una maternidad y tiene suficiente perspectiva para analizar c¨®mo ha cambiado la profesi¨®n. Hija de matrona, recuerda que en los a?os sesenta gran parte de las rurales desaparecieron y se produjo cierto vac¨ªo. "No solo dejaron de ocuparse del parto, sino de otras funciones relativas a la salud maternal", relata. En los ¨²ltimos tiempos, sin embargo, se est¨¢ dando un flujo de matronas a la atenci¨®n primaria, "lo que est¨¢ permitiendo recuperar el espacio que las m¨¢s veteranas hab¨ªan perdido".
Rojas se?ala que hay que humanizar el parto y contribuir a crear un v¨ªnculo inmediato entre la madre y el beb¨¦. "En estos momentos nuestro papel es ayudar a la mujer a lo que ella decida, utilizando los medios adecuados. En las semanas previas al parto la mujer puede dise?ar un plan sobre c¨®mo quiere dar a luz. Si quiere anestesia epidural o no, si prefiere otra postura diferente a la m¨¢s extendida".
Aunque mantenga su nombre femenino, es una profesi¨®n que pueden ejercer tanto hombres como mujeres. Ellos representan el 7% del colectivo: 444 hombres. En conjunto hay 6.275 matronas, lo que equivale a 54,93 por cada 100.000 mujeres en edad f¨¦rtil. Con la paradoja de que a¨²n hay alrededor de 4.000 matronas a la espera de obtener una plaza. En el ¨²ltimo a?o se han incorporado solo unas 340, con la misi¨®n de cuidar la salud sexual de la mujer en las diferentes etapas de su vida. Esta cifra cambia cada a?o en funci¨®n de las necesidades de las comunidades aut¨®nomas "y, desgraciadamente, del dinero que quieran invertir los consejeros", se?ala Mar¨ªa ?ngeles Rodr¨ªguez Rozalen. Las diferencias entre unas y otras autonom¨ªas son significativas. "En Andaluc¨ªa, por ejemplo, hay muchos centros de atenci¨®n primaria sin comadrona, algo vergonzoso", denuncia.
Desde 1992 se accede a matrona tras titularse como enfermero y especializarse en ginecolog¨ªa y obstetricia. Hasta 1986 solo ten¨ªan la especialidad de obstetricia. En 2009 se aprob¨® el nuevo plan de estudios, por el que Enfermer¨ªa, hasta entonces una diplomatura, pasa a ser una carrera de grado. Para acceder a la especialidad tienen que pasar por un periodo de formaci¨®n de dos a?os. "Se trata de hacer el EIR (enfermero interno residente), equivalente al MIR de los m¨¦dicos", explica Sagrario G¨®mez Cantarino, jefa de estudios de la unidad de matronas del hospital de Toledo.
En la pasada d¨¦cada se produjo un cambio sustancial en su plan de estudios que defini¨® de nuevo su papel, lo que supuso una peque?a revoluci¨®n. Esa renovaci¨®n implic¨® el cierre de las antiguas escuelas de matronas en 1987. Hasta 1992, en que se puso en vigor el nuevo plan, no hubo relevo. "Se ha perdido una generaci¨®n. El 47% de las actuales matronas son mayores de 50 a?os. El resto es relativamente m¨¢s joven. Tenemos una pir¨¢mide de edad un tanto extra?a", explica Rozalen.
Sandra Sukarieh Noria, de 31 a?os, trabaja en atenci¨®n primaria en Villaluenga (Toledo). Despu¨¦s de unos a?os en un hospital, se encuentra ahora en el ¨¢mbito rural. D¨ªa a d¨ªa, su tiempo se reparte en controlar el embarazo y realizar la visita puerperal tras el parto. Un d¨ªa a la semana lo dedica a preparar para el alumbramiento a mujeres que han pasado de las 38 semanas, practicando con ellas pujos (ejercicios para hacer fuerza durante el expulsivo del beb¨¦). Otra de las tareas que m¨¢s le gustan es la visita puerperal a las madres y a sus hijos al quinto d¨ªa del parto.
Pero adem¨¢s de ocuparse del parto y del posparto, Sukaried se ocupa de talleres para mujeres en la menopausia. Otros de los territorios en los que empieza a moverse son el de la detecci¨®n precoz del c¨¢ncer de c¨¦rvix y la orientaci¨®n sobre planificaci¨®n. "No podemos prescribir m¨¦todos, pero s¨ª orientar sobre los que existen".
Blanca Herrera trabaja desde hace a?os como matrona de paritorio en el hospital de Baza, tras terminar la especialidad en el hospital San Cecilio, en Granada. "Hace unos siete a?os, tras un curso de nataci¨®n para embarazadas, me embarqu¨¦ con el Patronato de Deportes de Granada en aplicar este m¨¦todo. Ahora coordino dos grupos de embarazadas y disfruto mucho de esta parte de mi profesi¨®n, porque puedo estar en contacto con las inquietudes de las mujeres en el d¨ªa a d¨ªa del embarazo y siento que puedo serles de utilidad", explica. "Desde hace tambi¨¦n unos cinco a?os acompa?o en su parto a mujeres que desean tener a sus beb¨¦s en el domicilio. Es otra faceta de mi trabajo que me apasiona", asegura.
"En algunos pa¨ªses de la UE como Reino Unido, Holanda y Alemania las matronas tienen m¨¢s autonom¨ªa. Han defendido su parcela de trabajo y tienen un gran prestigio social", asegura Herrera. En Francia pueden prescribir determinados f¨¢rmacos y gozan de mayores competencias, algo que muchas de las espa?olas reivindican. No en vano, todas las matronas europeas deben tener las mismas funciones y competencia al estar reguladas por la misma directiva. En Espa?a, sin embargo, no pueden a¨²n prescribir f¨¢rmacos. "Aunque est¨¢ en estudio, as¨ª como el uso controlado de oxitocina [destinada a regular las contracciones en el parto]", precisa Rodr¨ªguez Rozalen.
"Hace falta tiempo para que las matronas asuman sus funciones plenamente. Al haber estado durante a?os subordinadas a las indicaciones del especialista en obstetricia, como ayudantes o auxiliares del m¨¦dico, necesitan un tiempo para asumir sus responsabilidades", asevera Blanca Herrera. "Lo ideal es que las mujeres, durante todo su ciclo reproductivo, incluyendo el embarazo, el parto y el posparto, tengan a su alcance a un equipo multidisciplinar", precisa.
La OMS sit¨²a en un 15% las ces¨¢reas justificadas, un porcentaje que en Espa?a ronda el 23% como media. Aunque en la sanidad privada asciende hasta el 39%. "Las matronas est¨¢n comprometidas con las recomendaciones de la OMS de abogar por la baja intervenci¨®n siempre que sea posible", se?ala Rodr¨ªguez Rozalen, lo que reducir¨ªa el n¨²mero de ces¨¢reas. Se considera que no deber¨ªan sobrepasar el 22% de los alumbramientos, por lo que todo hospital que reduzca este porcentaje y se acerque al 15% alcanza niveles de excelencia.
Hubo un antes y un despu¨¦s de la epidural. Se par¨ªa con dolor, y los gritos de las embarazadas formaban parte del paisaje humano que rodeaba la sala de partos. Hab¨ªa incluso matronas que eran capaces de reconocer a las mujeres de las que se ocupaban por su forma de quejarse. La mayor¨ªa de las futuras madres paren hoy con este tipo de anestesia. Cuando no es as¨ª y surgen complicaciones, se utiliza la raquianestesia.
La episiotom¨ªa (incisi¨®n en la vulva para facilitar la salida del feto) es una pr¨¢ctica que en el pasado se utiliz¨® de forma rutinaria y que las matronas quieren reducir. Sin duda, la anestesia epidural ha contribuido a que decrezca. "Se utiliza en el 23% de las prim¨ªparas, pero depende de las complicaciones", se?ala Rodr¨ªguez Rozalen. En este tema hay diferentes posturas, ya que hay matronas y ginec¨®logos que estiman que es mejor un corte limpio que un desgarro en el perin¨¦, mientras que otros sectores consideran que no hay evidencias de que sea as¨ª.
En los ¨²ltimos a?os, las tasas de episiotom¨ªas han bajado del 80% o 90% a la mitad, y hay centros y profesionales que se mueven ya en el 20% e, incluso, que aspiran a que desciendan al 15%. Blanca Herrera pertenece al colectivo El Parto es Nuestro, un grupo de matronas que reflexiona sobre el tema en diferentes foros y que reivindica que las episiotom¨ªas no sobrepasen el 10%.
"El ¨¢mbito de la matrona abarca tanto la atenci¨®n primaria como la especializada en hospital", afirma Sagrario G¨®mez. A la especialidad se accede tras realizar un examen de oposici¨®n para optar a una plaza de residente. La exigencia de un t¨ªtulo previo de diplomado o graduado en Enfermer¨ªa permite que el programa se oriente a la teor¨ªa y a la pr¨¢ctica cl¨ªnica". G¨®mez Cantarino hizo sus pr¨¢cticas en el Hospital Universitario de Getafe (Madrid). "Pas¨¦ por rotaciones, estuve en consulta y particip¨¦ en programas de detecci¨®n de c¨¢ncer uterino y educaci¨®n sanitaria de la poblaci¨®n gitana, etc¨¦tera". Ahora, como jefe de estudios de la unidad de matronas en la que trabaja, coordina la formaci¨®n de unas 20 residentes. Ella misma est¨¢ haciendo el doctorado. "Al haberse elevado la titulaci¨®n, tenemos m¨¢s salidas", explica.
En este momento, no obstante, las matronas se enfrentan a un nuevo problema de competencias "creado por la ministra saliente de Sanidad, Trinidad Jimenez, al aprobar una orden ministerial que regula una especialidad nueva: enfermer¨ªa comunitaria y de familia, a la que otorga competencias para la formaci¨®n sobre la salud sexual y reproductiva propias de las matronas", denuncia Rodr¨ªguez Rozalen. Esta norma ha sido recurrida por la Asociaci¨®n Espa?ola de Matronas.
![En 2009, los estudios para ser matrona pasaron de ser una diplomatura a una carrera de grado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WN5CI6M56NWPXMAX7LXB725FE4.jpg?auth=164020eb0bc45ac832939d494f20a652a0d9bd3df2dfff347c01eca4f84753a0&width=414)
Aprender a respirar
La m¨²sica invita al movimiento e inunda la peque?a sala del centro de salud. "Ahora, a respirar... Hay que aprender a reanudar la respiraci¨®n si sobreviene una contracci¨®n. Y evitar la rigidez. Nunca hay que levantarse del suelo ech¨¢ndose hacia delante, sino de lado, para no presionar al beb¨¦", indica Soledad Alf¨¦rez con voz firme y suave. "Ahora la pareja tiene que sostener la cabeza de la embarazada desde atr¨¢s para que esta pueda ejercitarse en empujar. Hacerlo solo las que est¨¦is de menos de 27 semanas...", aclara. Unas 10 mujeres en avanzado estado de gestaci¨®n, la mayor¨ªa acompa?adas de sus respectivas parejas, la obedecen. Soledad Alf¨¦rez dirige varias sesiones de gimnasia para embarazadas todos los mi¨¦rcoles en el centro de salud de la calle de Eloy Gonzalo de Madrid. En la sala suena una m¨²sica relajante que facilita los ejercicios, aunque hace calor y apenas caben en ella las 10 mujeres y sus parejas. Hay, incluso, un ni?o vestido de colegial que est¨¢ quieto y serio al lado de sus padres mientras estos siguen las indicaciones de la matrona. No tienen d¨®nde dejarlo esta tarde y la madre no quiere perderse una de las ocho sesiones de que consta el curso.
La matrona hace una pausa, cambia de registro y pone una cinta algo m¨¢s alegre "para estimular a beb¨¦s". Luego pide a las gestantes o a sus parejas, si est¨¢n con ellas, que se den masajes en el vientre para trasmitir esa sensaci¨®n a sus hijos. Alf¨¦rez vive intensamente estas sesiones, casi tanto como las futuras madres que adquieren su t¨¦cnica. Es una de las muchas tareas que tiene asignadas. Est¨¢ adscrita como enfermera a un centro de atenci¨®n primaria situado en la calle de Andr¨¦s Mellado, pero ha pedido que le permitan seguir realizando esta funci¨®n cada mi¨¦rcoles. Sus mujeres y sus hombres la esperan.
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