Microislas, macrobiodiversidad
Albor¨¢n, Sisargas, Anaga, Mouro, Tagomago, Columbretes. Evocadores nombres para peque?os territorios en el mar. La mayor¨ªa de estos enclaves est¨¢n protegidos bajo alguna figura oficial y mantienen la fauna y la flora a salvo del ser humano
Perejil fue escenario de escarceos recientes entre los ej¨¦rcitos marroqu¨ª y espa?ol; desde Mouro, los ingleses, aliados de los espa?oles durante la Guerra de la Independencia, lograron vencer las defensas de los franceses situadas en la pen¨ªnsula de la Magdalena; ?zaro fue la imagen de una productora cinematogr¨¢fica; a Sa Dragonera le dedic¨® una canci¨®n Mar¨ªa del Mar Bonet, y en la isla Mayor se oblig¨® a la familia de Natalia Figueroa a desterrar los muflones que hab¨ªan introducido all¨ª.
Todas ellas son islas peque?as, muy peque?as, algunas de apenas dos hect¨¢reas, repartidas respectivamente entre las costas de Ceuta, Santander, Vizcaya, Mallorca y el Mar Menor (Murcia). Son cinco ejemplos con cinco historias asociadas que se podr¨ªan convertir en 1.450, el n¨²mero de islas, islotes, roques, pe?as y pe?ones repartidos por toda Espa?a que no superan las 1.000 hect¨¢reas de superficie. La cifra tan redonda no se ajusta con exactitud al n¨²mero real, ya que lo que en algunos lugares son considerados plenamente islas en otros no pasan de rocas o promontorios rocosos ligeramente apartados de la costa.
Lo que s¨ª es cierto es que muchas veces pasan inadvertidas, sobre todo si no tienen el cartel de parque nacional u otra categor¨ªa de protecci¨®n de relieve, y ning¨²n anuncio o folleto las utiliza como reclamo tur¨ªstico. Sin embargo, casi todos los visitantes que llegan a Santander recorren el per¨ªmetro de la pen¨ªnsula de la Magdalena y suben a su palacio se retratan desde all¨ª con la isla de Mouro detr¨¢s. En el tr¨¢fico intenso de barcos y transbordadores entre Fuerteventura y Lanzarote por el estrecho de La Bocayna luce otra isla, la de Lobos, llamada as¨ª porque en sus playas moraba la foca monje (tambi¨¦n conocida como lobo marino), hoy pr¨¢cticamente desparecida de aguas espa?olas. Son muchos los turistas que desde las cubiertas se?alan la llamativa presencia de Lobos.
A pocos de esos viajeros, o incluso paisanos, que se topan con alguna de las m¨¢s de 1.400 micro-islas les da por coger unos prism¨¢ticos y escrutar la variedad y calidad ornitol¨®gica que albergan estas zonas. Todav¨ªa menos, y siempre que los permisos y las ¨¢reas de reserva integral lo permitan, se sumergen para contemplar las praderas de posidonia, los bosques de algas y laminarias y las comunidades de corales, an¨¦monas y esponjas de sus fondos. Si hay algo que caracteriza a estos peque?os trozos de tierra emergida es la rica biodiversidad que atesoran dentro y fuera de sus aguas.
La gran mayor¨ªa est¨¢n protegidos bajo alguna figura oficial y/o se encuentran declarados lugares de importancia comunitaria (LIC) o zonas de especial protecci¨®n para la aves (ZEPA) y, por tanto, forman parte de la Red Natura 2000. Motivos hay para preservar estas ¨¢reas marinas: en las islas Sisargas (A Coru?a) y acantilados aleda?os habitan las ¨²nicas colonias de gaviota trid¨¢ctila y arao com¨²n de Espa?a; los fondos que rodean la isla de Albor¨¢n son de los m¨¢s ricos del Mediterr¨¢neo, y hasta el momento se han registrado 1.500 especies de flora y fauna; en las escasas 7,5 hect¨¢reas de los roques de Anaga (al noreste de la isla de Tenerife) nidifican seis especies de aves marinas, habita una subespecie end¨¦mica de lagarto tiz¨®n y otra de un caracol terrestre, y las aguas circundantes son profusamente transitadas por varias especies de tiburones y cet¨¢ceos...
De nuevo son solo tres ejemplos de una biodiversidad que tiene que ser debidamente conservada, pero que a¨²n no lo est¨¢. Al menos as¨ª nos lo dicen desde la Uni¨®n Europea. La ¨²ltima revisi¨®n de la lista de espacios marinos propuesta por el Gobierno espa?ol y las comunidades aut¨®nomas para formar parte de la Red Natura 2000, realizada en junio de este a?o, ha recibido el calificativo de "incompleta".
En el caso de las zonas de las ZEPA, se han propuesto hasta el momento 33 lugares, que abarcan una extensi¨®n de 1.034 kil¨®metros cuadrados. Francia, con menos kil¨®metros de costa, ha demarcado 73 lugares y 34.914 kil¨®metros cuadrados. En cuanto a LIC, Espa?a ha presentado una lista de 97 lugares y 7.926 kil¨®metros cuadrados. De nuevo, Francia nos supera: 133 lugares y 26.838 kil¨®metros cuadrados. Y atenci¨®n, porque la mencionada revisi¨®n realizada por la UE califica tambi¨¦n como "incompleta" la lista gala.
El Gobierno espa?ol es consciente del retraso anunciado desde Bruselas, y as¨ª se reconoce en el pre¨¢mbulo de un proyecto, Indemares, que intenta corregir este desfase: "En el ¨¢mbito marino, la Red Natura se encuentra en un estado de desarrollo embrionario. Los altos costes y la complejidad para realizar inventarios en zonas alejadas de la costa y a grandes profundidades dificultan la disponibilidad de la informaci¨®n cient¨ªfica sobre h¨¢bitats y especies que debe guiar la identificaci¨®n de los espacios a incluir". El proyecto LIFE + Indemares, coordinado por la Fundaci¨®n Biodiversidad, busca identificar esos espacios, y para ello dispone de tres a?os (hasta el 31 de diciembre de 2013) y de 15,4 millones de euros de presupuesto, cofinanciado por la Comisi¨®n Europea en un 50%.
Oceana es una de las nueve entidades (ONG, Administraci¨®n y organismos cient¨ªficos) que participan en Indemares, aunque su director de investigaci¨®n y proyectos, Ricardo Aguilar, entiende que "hasta ahora solo se han elegido diez zonas como objeto de estudio, lo que nos parece claramente insuficiente, incluso como punto de partida, por lo que esperamos que se acepten algunas m¨¢s". Tanto Oceana como WWF, con la colaboraci¨®n del Instituto Espa?ol de Oceanograf¨ªa y de varios centros del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, llevan a?os elaborando trabajos e inventarios con las ¨¢reas marinas a proteger.
El listado de islas que aparecen en dichos inventarios es muy amplio, m¨¢xime si se incluye el reciente de ¨¢reas importantes para la conservaci¨®n de las aves elaborado por la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO/BirdLife). Se pueden citar algunas de la larga lista: Portixol y Descubridor (Alicante), Palomas y Grosa (Murcia), Sisargas y Coelleira (A Coru?a), Conejera y Mouro (Cantabria), Espardell, Espalmador, Sa Conillera y Tagomago (Baleares), y Roque de la Playa (Tenerife).
La isla de Albor¨¢n y el peque?o archipi¨¦lago de las Columbretes est¨¢n incluidos entre los diez primeros lugares de Indemares. Este ¨²ltimo, situado a 30 millas de las costas de Castell¨®n, es ya una reserva marina, una de las figuras de protecci¨®n pioneras que el propio Ricardo Aguilar considera que "han sido muy positivas para salvaguardar la biodiversidad marina".
En la actualidad existen 25 reservas de este tipo: en cinco de ellas, la gesti¨®n la realiza la Secretar¨ªa General del Mar del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM); en otras cinco la comparte con las comunidades aut¨®nomas, y en las restantes 15 son estas ¨²ltimas las ¨²nicas gestoras. Aunque el objetivo principal es salvaguardar las poblaciones de inter¨¦s pesquero (la iniciativa de protecci¨®n siempre surge de pescadores artesanales), tambi¨¦n estas forman parte de la biodiversidad marina y ayudan a mantener un ecosistema m¨¢s equilibrado. "Despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os trabajando en Columbretes podemos decir que si escogemos una especie singular, como la langosta roja, la densidad de la misma dentro de la reserva es siete veces mayor que fuera". Lo afirma Silvia Revenga, jefa de servicio de ¨¢reas marinas del MARM, quien a?ade que "gracias a las investigaci¨®n, en estas zonas hemos detectado tambi¨¦n c¨®mo el cambio clim¨¢tico favorece el desarrollo de especies invasoras o el blanqueo de coral".
Revenga insiste en que "al proteger el recurso pesquero protegemos todo, y en algunos casos devolvemos el ecosistema marino a un estadio casi primigenio, previo a cualquier alteraci¨®n humana". Adem¨¢s de Albor¨¢n y Columbretes, Hormigas (Murcia), Tabarca (Alicante), Graciosa (sur de Lanzarote), Medas (Girona), Malgrats (Baleares) y Aketxe (Vizcaya), entre otras islas e islotes, gozan de esa protecci¨®n pesquera, pero con proyecci¨®n mucho m¨¢s integral.
De momento solo el 0,75% de la superficie marina espa?ola est¨¢ protegida, avanza Ricardo Aguilar: "Baleares, con el 3%, se sale un poco de esa media, pero es que las recomendaciones de los principales organismos internacionales hablan de llegar al 10% en 2012". Las ONG se quejan de que en muchas ocasiones se protege la porci¨®n terrestre y algo de la marina, pero no el resto de los fondos adyacentes.
Pero para conseguir una efectiva protecci¨®n antes hay eliminar las amenazas. En el reciente inventario de ¨¢reas marinas importantes para las aves de SEO/BirLife se recopilan una muestra de la actuales y las potenciales: animales dom¨¦sticos que depredan especies aut¨®ctonas, caza ilegal de pollos de aves marinas, urbanismo y contaminaci¨®n lum¨ªnica, pesca intensiva, navegaci¨®n y actividades deportivas (buceo, surf, vela) e instalaci¨®n de parques e¨®licos marinos.
Islas privadas, pero sin patente de corso
Toda la costa espa?ola es de dominio p¨²blico, incluida la de las islas. Por este motivo, una isla puede contener en su interior una o varias edificaciones privadas, pero el uso de las playas es p¨²blico. Las hay que tienen alguna residencia privada y no se permite fondear o nadar en sus orillas, pero en estos casos suele ser porque gozan de alg¨²n tipo de protecci¨®n.
La isla Mayor o del Bar¨®n, de unas 94 hect¨¢reas, est¨¢ dentro de los l¨ªmites del parque natural de las Islas del Mar Menor de Murcia, adem¨¢s de estar demarcada como lugar de importancia comunitaria (LIC). Pertenece a la familia de Natalia Figueroa, esposa del cantante Raphael. Sin embargo, sus propietarios no pueden hacer uso y abuso de la isla a su antojo. Hace tres a?os, el Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil detect¨® que se hab¨ªan introducido muflones con fines cineg¨¦ticos y orden¨® su retirada inmediata.
Al noreste de Ibiza se encuentra otro islote privado, el de Tagomago. El ¨²ltimo propietario que se le conoce, antes de una infructuosa puesta a la venta hace tres a?os, es la familia Hannover. Bajo una licencia para obras menores, los agentes de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de Baleares detectaron hace dos a?os que se ampliaba la vivienda y el puerto y para ellos se talaron sabinas. Nueva denuncia y nueva paralizaci¨®n de una actividad que afecta a una isla que est¨¢ dentro de los l¨ªmites tanto de una ZEPA como de un LIC.
El control ecol¨®gico sobre estos enclaves es vital para su supervivencia. No hay que olvidar que la presencia humana en algunas de ellas y la suelta de animales dom¨¦sticos (cabras, gatos, perros, ratas) provoca la merma e incluso desaparici¨®n de la biodiversidad aut¨®ctona. Precisamente en Tagomago y en otras islas de Baleares (Malgrats, Conillera, Vedr¨¤, Vedranell, Dragonera, islotes de Cabrera) se han realizado campa?as de desratizaci¨®n de roedores que pon¨ªan en peligro las poblaciones de pardela balear, ave marina catalogada en peligro de extinci¨®n en Espa?a.
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