Transbordadores espaciales al museo
El Smithsonian de Washington y el centro Kennedy de Florida se preparan para exhibir las naves cuando se retiren el a?o que viene
?Donde se puede guardar, proteger y exhibir una nave espacial que mide 37 metros de largo, 24 de envergadura y 17 de alto? No es, desde luego, una pieza f¨¢cil de manejar para un museo, y menos a¨²n si se trata de un veh¨ªculo espacial tan c¨¦lebre como un transbordador de la NASA. El Discovery, el Atlantis y el Endeavour, las tres ¨²nicas naves que quedan de las cinco que se construyeron, seguramente se jubilar¨¢n el a?o que viene y la agencia espacial est¨¢ haciendo ya gestiones para adjudicarlas a instituciones que las merezcan o se las puedan costear. El famoso Museo Nacional del Aire y el Espacio Smithsonian, recibir¨¢ el Discovery, cuyo ¨²ltimo vuelo est¨¢ previsto para el pr¨®ximo 3 de febrero. Pero para garantizar este ¨²ltimo viaje del transbordador a Washington y su acomodo en el museo, el Congreso estadounidense ha tenido que aprobar esta semana una partida de 28,8 millones de d¨®lares (unos 22 millones de euros) -a trav¨¦s de la NASA-, ya que el Smithsonian declar¨® que no podr¨ªa hacerse cargo del coste de la operaci¨®n, informa Space.com.
El Endeavour y el Atlantis est¨¢n sin adjudicar, aunque uno de ellos se quedar¨¢ en el recinto de visitantes del Centro Espacial Kennedy, de Florida, a un paso de las plataformas de lanzamiento de estos veteranos veh¨ªculos que empezaron a ir al espacio hace casi tres d¨¦cadas. El destino del tercero est¨¢ a¨²n por decidir, pero una veintena de museos en Estados Unidos han pedido a la NASA un transbordador, considerando que ser¨ªa no s¨®lo un honor sino un buen negocio por el tir¨®n de visitantes que supondr¨ªa. El Museo del Aire y el Espacio de Tulsa (Oklahoma) es uno de ellos.
Aunque se habla siempre de cinco transbordadores espaciales, y es cierto que esos cinco son los ¨²nicos que han salido al espacio, en realidad existe uno m¨¢s, el prototipo Enterprise, que se termin¨® en 1976 y que se utiliz¨® para hacer ensayos de vuelo y en tierra, antes de ser instalado en el Smithsonian capitalino para su exhibici¨®n. Por cierto, esta nave se iba a llamar Constitution, pero una campa?a de presi¨®n de los aficionados a la serie Star Trek forz¨® el cambio de nombre para bautizar el primer transbordador como la nave de la famosa serie de ciencia ficci¨®n. Tal vez no calcularon aquellos entusiastas que el primer transbordador no pasar¨ªa a la historia precisamente por sus vuelos espaciales.
El Smithsonian planea ahora retirar el Enterprise de la sala donde se muestra (en el McDonnell Space Hangar (cerca del aeropuerto Dulles de Washington) y colocar en su lugar el Discovery, por lo que habr¨¢ que buscar tambi¨¦n futuro acomodo para el prototipo. El coste de preparar el transbordador para su conservaci¨®n y exposici¨®n ronda los 20 millones de d¨®lares (m¨¢s de 15 millones de euros), a lo que hay que a?adir m¨¢s de ocho en el transporte de la nave desde el centro espacial de Florida hasta Washington, informa Collectspace. Y ese coste total de 28, 8 millones de d¨®lares es el que ha aprobado el Congreso para financiar la operaci¨®n a trav¨¦s de la NASA.
El Centro Espacial Kennedy se ahorra el transporte, ya que el transbordador que le toque presumiblemente aterrizar¨¢ all¨ª mismo al regreso de su ¨²ltima misi¨®n, pero la preparaci¨®n de la nave para su retiro tiene que costearla. Los planes son m¨¢s ambiciosos a¨²n y se ha dise?ado una nueva sala de exposici¨®n (de 6.000 metros cuadrados) para el transbordador, con un coste de unos 100 millones de d¨®lares (76 millones de euros), seg¨²n Collectspace. Se quiere presentar el veh¨ªculo en una espectacular muestra que sea una recreaci¨®n de sus caracter¨ªsticas en vuelo y durante las operaciones en ¨®rbita, incluida las de la Estaci¨®n Espacial Internacional y las misiones de servicio del telescopio espacial Hubble.
Las ¨²ltimas misiones en el espacio
Antes de concretar las operaciones de exhibici¨®n de los transbordadores cuando sean definitivamente retirados, la NASA tiene por delante a¨²n dos misiones de estas naves espaciales, que se presentan complejas y dif¨ªciles hasta el ¨²ltimo momento. El Discovery ten¨ªa que haber partido el mes pasado hacia la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) en su ¨²ltima misi¨®n, pero surgieron los problemas t¨¦cnicos habituales en la preparaci¨®n del lanzamiento y hubo que aplazarlos hasta el pr¨®ximo 3 de febrero como m¨ªnimo. Los ingenieros a¨²n est¨¢n tratando de averiguar por qu¨¦ se rompieron dos soportes del dep¨®sito externo de combustible antes del despegue.
En cuanto al Endeavour, tambi¨¦n retrasado en su ¨²ltimo vuelo, que estaba previsto para el verano pasado, debe partir el 1 de abril con destino a la ISS. En este caso el retraso se debe, fundamentalmente, a problemas surgidos en la carga que debe llevar, el detector de part¨ªculas AMS, que exigi¨® una reparaci¨®n estructural a ¨²ltima hora.
El Atlantis hizo su ¨²ltima misi¨®n el pasado mes de mayo, pero se mantiene operativo para actuar como nave de rescate, en caso de necesidad, si alguno de los otros dos transbordadores sufre un percance grave en pleno vuelo que comprometa la vida de sus astronautas. La tripulaci¨®n incluso ha sido ya nombrada.
Aunque el calendario parece claro y definitivo, no se descarta del todo la posibilidad de que el Congreso y la Casa Blanca aprueben y financien un vuelo m¨¢s a realizar el a?o que viene, antes de cerrar definitivamente el programa de los transbordadores. Ser¨¢ justo 30 a?os despu¨¦s del vuelo del primer transbordador (el Columbia, en abril 1981). Dos de los cinco transbordadores resultaron destruidos en dos grav¨ªsimos accidentes en que murieron los siete astronautas que iban a bordo en cada uno: el Challenger explot¨® en el lanzamiento, en enero de 1986, y el Columbia, que se desintegr¨® en la reentrada a la atm¨®sfera en 2003.
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