?En qu¨¦ creemos?
La ciencia formal usa dogmas para asentar sus teor¨ªas. Ciencias formales las hay varias y son usadas casi inconscientemente por nuestra mente a diario. La l¨®gica y las matem¨¢ticas, por ejemplo, usan dogmas, aunque en estos contextos se les denomine axiomas: enunciados auto-evidentes. La filosof¨ªa y la religi¨®n construyen tambi¨¦n sus credos o teor¨ªas sobre actos de fe. Sin embargo, las ciencias naturales no los usan sino que se basan en la observaci¨®n experimental repetida. Dicha observaci¨®n experimental repetida es lo que denominamos leyes.
Desde un punto de vista filos¨®fico, las leyes de la naturaleza son tambi¨¦n dogmas que se establecen mediante la aplicaci¨®n del principio de inducci¨®n a un n¨²mero suficientemente grande -aunque no infinito- de casos en los que un fen¨®meno se repite. Ya en el siglo XVIII los empiristas despertaron la conciencia del cient¨ªfico al observar que con que en una sola ocasi¨®n una ley natural dejara de cumplirse, ser¨ªa suficiente para desterrarla para siempre.
Las matem¨¢ticas usan el principio de deducci¨®n para establecer consecuencias de los axiomas mientras que la f¨ªsica utiliza el principio de inducci¨®n para establecer comportamientos generales, los cuales acaban siendo enunciados como mandamientos universales. En otras palabras, el matem¨¢tico inventa juegos -la geometr¨ªa, la teor¨ªa de la probabilidad o la de conjuntos son ejemplos- cuyas reglas son los axiomas. En cambio, el f¨ªsico es presa de un juego ya establecido: el de la naturaleza. El f¨ªsico, mientras participa en dicho juego, intenta desentra?ar sus reglas -las leyes- para optimizar su participaci¨®n. En estos juegos, el cient¨ªfico, sea de ciencia formal o factual, ensaya estrategias y las denomina teor¨ªas.
En otras ramas de las ciencias naturales que parten de mayor complejidad, el cient¨ªfico trata de establecer teor¨ªas aunque no disponga o no pueda aplicar las leyes de la f¨ªsica directamente. Es el caso de la biolog¨ªa, que aunque sujeta a las mismas reglas de la naturaleza que la f¨ªsica, no siempre puede utilizar dichas reglas directamente. Los bi¨®logos, cargados de gran intuici¨®n a partir de, a veces, pocos experimentos, establecen sus teor¨ªas sobre la vida. Creen en ellas aunque no tengan m¨¢s remedio que desplazarlas cuando las evidencias experimentales posteriores las contradigan, remienden o simplemente las pulan. La teor¨ªa de la evoluci¨®n es la doctrina m¨¢s socorrida por los bi¨®logos para dar sentido a sus hallazgos: una teor¨ªa con muchas variantes conceptuales a diferencia de las teor¨ªas f¨ªsicas, m¨¢s ortodoxas por estar fuertemente enraizadas en leyes.
El f¨ªsico tiene menos problemas para aceptar principios universales (principios de conservaci¨®n, cantidades invariantes, constantes universales, etc.) y es muy reacio a desterrar una ley: antes duda de sus propios experimentos y algoritmos. El bi¨®logo, por el contrario, est¨¢ m¨¢s adaptado a aceptar reformulaciones o refutaciones de sus teor¨ªas pero tiene m¨¢s problemas para aceptar verdades universales y atemporales. El dogma central de la biolog¨ªa es en realidad una hip¨®tesis de trabajo, o una regla con excepciones, m¨¢s que una ley. Como por deformaci¨®n profesional, es m¨¢s f¨¢cil encontrar f¨ªsicos que no tengan problemas en aceptar el dogma de la existencia de Dios -el m¨¢s esquivo a la auto-evidencia de todos- que bi¨®logos.
Las ciencias sociales tambi¨¦n usan creencias abstractas y en ¨²ltimo t¨¦rmino descansan sobre la f¨ªsica, pues no dejan de ser emp¨ªricas. Sin embargo, en estos casos las teor¨ªas est¨¢n m¨¢s d¨¦bilmente arraigadas que en el caso de la biolog¨ªa puesto que el economista, por ejemplo, no solo no puede relacionarlas directamente con las leyes de la f¨ªsica sino que adem¨¢s no puede, en muchos casos, realizar experimentos: solo mirar la historia de una sociedad, una econom¨ªa o a una persona para dictar sus predicciones.
?En qu¨¦ creen los polit¨®logos? Quiz¨¢s en un Gobierno global que asegure una paz perpetua o, a lo sumo, que ejerza un control no invasivo de un estado de conflicto permanente (por el bien humano). ?En qu¨¦ creen los pol¨ªticos? Las leyes civiles son tan arbitrarias como los axiomas de las matem¨¢ticas, pero se pretenden justificar sobre la moral. La moral, ?est¨¢ constituida por mandamientos o son solo teor¨ªas o modelos adaptables, basados en nuestra evoluci¨®n animal y psicol¨®gica?
?En qu¨¦ creemos las personas de a pie cuando nos levantamos por la ma?ana?
J. Ricardo Arias Gonz¨¢lez es investigador del instituto IMDEA Nanociencia y del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa
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