"?Deporte? No, gracias, quiero fiesta, chicas y alcohol"
El primer d¨ªa del Saloufest termina en un carnaval et¨ªlico con cuatro salidas de ambulancia
La primera noche del Saloufest termin¨® sin incidencias graves y con cuatro salidas de ambulancia. "Me he bebido 25 copas entre cervezas, chupitos y ron, esto va a ser una marat¨®n de alcohol". Lo dec¨ªa ayer a medianoche Daniel, un joven de 19 a?os que estudia empresariales y que apenas pod¨ªa sostenerse en pie. Es uno de los 5.000 universitarios ingleses y escoceses que participan hasta el d¨ªa 15 de abril en la d¨¦cima edici¨®n del Saloufest, un evento que se promociona como un certamen deportivo entre universidades y que en su jornada inaugural desemboc¨® en una juerga de alcohol por las calles de Salou. Daniel lleg¨® a la Costa Dorada tras 24 horas de viaje en autob¨²s y con una idea bien clara: "?Deporte? No, gracias, quiero fiestas, chicas y alcohol". Su primer d¨ªa de juerga, como el de tantos otros universitarios, arranc¨® de buena ma?ana. Primero en la playa y despu¨¦s en el hotel, con parada en el s¨²per para comprar "un poco de agua, algunas galletas y much¨ªsima cerveza". Por la tarde, la mayor¨ªa de j¨®venes baj¨® a las terrazas. En hoteles como el Juan I, la m¨²sica se escuchaba desde varias manzanas a la redonda, y los estudiantes llegaron a bailar en la tarima desde La Macarena a los ¨²ltimos ¨¦xitos de Lady Gaga. "El hotel es lo mejor, jugamos todo el d¨ªa a juegos con bebidas alcoh¨®licas y hacemos competiciones con embudos, los novatos tienen que beber mucho m¨¢s, es una cuesti¨®n de honor", explic¨® Daniel. Hab¨ªa salido de su habitaci¨®n disfrazado de hawaiano, pero perdi¨® la falda en un bar y opt¨® por seguir la fiesta en calzoncillos.
Le rodearon hasta altas horas de la madrugada manadas de universitarios disfrazados de trogloditas, marineros o enfermeras. "Soy nadador, pero no tenemos equipo as¨ª que vamos a estar todo el d¨ªa en la playa y seguiremos bebiendo para no perder el ritmo, es el segundo a?o que vengo al Saloufest y es alucinante", afirmaba entre contoneos Nick Marsh, un estudiante de negocios de la universidad Portsmouth disfrazado de mimo. Otros, como James, estudiante de criminolog¨ªa de 20 a?os, no lo tendr¨¢n tan f¨¢cil: "A las 8 de la ma?ana tengo que despertarme para jugar un partido de f¨²tbol, y si no nos levantamos la organizaci¨®n nos llama por tel¨¦fono y nos obligan a salir de la cama, el a?o pasado nos dorm¨ªamos en el banquillo, ¨ªbamos a las competiciones borrachos y algunos incluso vomitaron". Para ¨¦l, la clave del ¨¦xito de estas vacaciones es la permisividad: "Nosotros llevamos dinero y la ciudad nos lo permite todo, el inter¨¦s es mutuo", afirm¨® divertido.
I Love Tour, la empresa organizadora del Saloufest, ha pactado fiestas privadas con locales, pero en la calle muchos empleados de bares y discotecas ofrec¨ªan chupitos o copas gratis a los estudiantes que entrasen en su bar. "En teor¨ªa no podemos hacer ning¨²n tipo de ofertas, pero eso no quiere decir que no se hagan...", confes¨® el encargado de un pub a rega?adientes. Los cubatas costaban una media de 6 euros, y los chupitos entre 2 y 3 euros.
Aunque en esta edici¨®n se han suprimido los reclamos expl¨ªcitos de sexo, todos confesaron ser este uno de los alicientes de las vacaciones. "El a?o pasado estuve con cinco chicas, tengo compa?ero de habitaci¨®n pero puedo subir a ligues igual porque tenemos una norma; si alguien entra con una chica, el otro se hace el dormido y as¨ª a la vez disfruta", explic¨® Robbie, un chico de 22 a?os de la universidad de East London. La organizaci¨®n les ha pedido que se moderen en las calles, y les siguen 30 personas que velan por su imagen, los trasladan a los bares o los acompa?an al hotel sino pueden sostenerse en pie. Incluso les advierten de la presencia de fot¨®grafos, y les proh¨ªben darse besos cuando hay c¨¢maras a su alrededor.
Las peleas en la primera jornada fueron casi inexistentes. "Gritan y beben mucho, pero no dan problemas de seguridad, si esto fuesen 5.000 espa?oles la cosa ser¨ªa muy diferente", afirm¨® entre risas un polic¨ªa local. A medianoche, la mayor¨ªa ya a mediodesvestir, hicieron un par¨®n en alg¨²n restaurante de comida r¨¢pida. "El Saloufest es nuestro agosto adelantado, nos da igual que den mala imagen", explic¨® el empleado de uno de los locales.
Hac¨ªa las dos de la madrugada, muchos deambulaban por las calles perdidos, buscando su hotel. Alguno, incluso, se dedic¨® a hacer carreras por la acera completamente desnudo o a saltar las paredes de las casas en busca de alguna piscina en la que colarse. A otros, les hab¨ªan robado el m¨®vil o la cartera. Y la mayor¨ªa segu¨ªa con ganas de fiesta. "Cada noche terminamos desnudos ba?¨¢ndonos en la playa" coment¨® entre sorbos de vodka y vestida de bailarina de ballet Mary, de 19 a?os. Esta noche, los 5.000 universitarios del Saloufest volver¨¢n a disfrazarse y a tomar las calles de la ciudad de la Costa Daurada. "?Esto es el para¨ªso!, acert¨® a gritar Mary mientras se alejaba dando tumbos.
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