Parques comestibles
La ciudad estadounidense de Denver cambias las flores de los espacios p¨²blicos por el cultivo de verduras, que luego recolecta y dona a los sin techo
La agricultura urbana es un fen¨®meno en auge en las grandes ciudades de Estados Unidos. Basta con echar un vistazo a los vecinos que empiezan a cultivar en las azoteas de edificios en el barrio neoyorquino de Brooklyn. Dana Miller tuvo otra idea: convertir los parques p¨²blicos en huertos, y que los productos que da ese suelo p¨²blico sirvan para alimentar a los pobres.
"Hay mucha gente que acude a los bancos de alimentos, porque atraviesan por una situaci¨®n dif¨ªcil", explica. Miller vive en Denver (Colorado). Y su iniciativa es pionera en el pa¨ªs de la abundancia. Lo que hace la organizaci¨®n que dirige, Grow Local Colorado, es cambiar las flores por vegetales. El alcalde de la ciudad est¨¢ con ellos, porque adem¨¢s de un buen proyecto le ahorra dinero.
El ayuntamiento les facilita el agua para el riego, y las plantas y semillas son donadas
Buena parte de estos alimentos van a mujeres y ni?os, que representan las dos terceras partes de las personas en dificultad
Mantener las flores de los parques p¨²blicos le cuesta al contribuyente un dinero que no abunda, explican desde el consistorio. La iniciativa empez¨® a echar ra¨ªces hace dos a?os, como respuesta a problemas globales como el cambio clim¨¢tico, la crisis econ¨®mica y la explotaci¨®n de los recursos. "Son retos a gran escala, as¨ª que pensamos afrontarlos desde lo local", indica Miller.
El primer jard¨ªn que se utiliz¨® para cambiar las flores por verduras fue el del Capitolio, donde est¨¢ la sede del Parlamento de Colorado. En 2010 lo ampliaron a cinco, y consiguieron producir y donar el equivalente a 225 kilos en alimentos. Para cuando acabe esta temporada, esperan triplicarlo. Son los vecinos y voluntarios los que se encargan de cuidar los huertos.
Y para no tener que depender tampoco de las cuatro ruedas ni de la gasolina, todos los vegetales se donan a centros ben¨¦ficos o iglesias en los barrios. "As¨ª no hay que coger el coche ni una furgoneta. Todo a una distancia que se pueda ir en bicicleta. M¨¢s local que eso...", comenta Miller. Su manera de marcar la diferencia est¨¢ atrayendo a otras ciudades, a las que est¨¢n asesorando.
La ciudad de Denver contaba con m¨¢s de 11.000 personas sin techo el a?o en el que se lanz¨® esta iniciativa. Buena parte de estos alimentos van a mujeres y ni?os, un colectivo que representa las dos terceras partes de las personas en dificultad. Junto a Grow Local Colorado participan otras cinco organizaciones. La ciudad les facilita el agua para el riego. Las plantas y semillas son donadas.
?Y nadie les roba los tomates o el bas¨ªlico que cultivan? Siempre hay voluntarios pendientes y tambi¨¦n participa el personal encargado de vigilar los parques p¨²blicos. Miller admite pueden desaparecer algunos, pero su mensaje a los conciudadanos es claro: si lo coges no podremos donarlo a quien lo necesita. Es la otra forma de apoyar su causa.
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