Solo uno de cada 10 animales amenazados est¨¢ protegido
Espa?a necesitar¨ªa al menos 23 ¨¢reas protegidas m¨¢s para vertebrados terrestres y plantas, y alrededor de 70 nuevas reservas (o microrreservas) para los invertebrados amenazados, seg¨²n un informe del Observatorio de la Sostenibilidad
"Tan solo el 9,4% de las especies animales con peor estado de conservaci¨®n poseen al menos un plan de actuaci¨®n en alguna parte de su ¨¢rea de distribuci¨®n". El resto, es decir la gran mayor¨ªa, no tiene ninguno, seg¨²n revela el informe Biodiversidad 2010. La mitad de actuaciones aprobadas (53,5%), as¨ª como la mitad de las especies para las que se ha adoptado alg¨²n programa (48,4%), son aves; casi una cuarta parte, mam¨ªferos; y solo seis especies de invertebrados, otras seis de peces, cuatro de anfibios y tres de reptiles. "La peor situaci¨®n se da en Regi¨®n de Murcia, Comunidad de Madrid y Andaluc¨ªa, que no han aprobado ning¨²n plan de actuaci¨®n [ni para animales ni para plantas] durante los 20 a?os transcurridos desde que apareci¨® el primer Cat¨¢logo de Especies Amenazadas", destaca este octavo estudio tem¨¢tico del Observatorio de la Sostenibilidad en Espa?a (OSE), que denuncia asimismo el caso de Cantabria y Galicia, donde "solo se ha aprobado el plan de recuperaci¨®n del oso pardo".
Espa?a necesitar¨ªa al menos 23 ¨¢reas protegidas m¨¢s para vertebrados terrestres y plantas, y alrededor de 70 nuevas reservas (o microrreservas) para los invertebrados amenazados. Es una de las recetas de este trabajo cuyas conclusiones, a la vista de los datos recopilados, no pintan nada bien para la fauna ib¨¦rica en peligro de extinci¨®n. "Para un conjunto de 96 especies, los modelos estiman que perder¨¢n condiciones clim¨¢ticas favorables en un 13% de la superficie que ocupan actualmente, lo que provocar¨¢, probablemente, extinciones locales". Las mayores p¨¦rdidas se producir¨¢n "en el Sistema Central, Sierra Morena y Picos de Europa, as¨ª como las serran¨ªas de C¨¢diz, y las ¨¢reas comprendidas entre los l¨ªmites de las provincias del Pa¨ªs Vasco y Navarra, sur de Galicia y norte de Zamora".
Este an¨¢lisis pone de manifiesto que la presi¨®n sobre el territorio debe disminuir tambi¨¦n en las zonas no protegidas actualmente pero que pueden ser los refugios de ma?ana, teniendo en cuenta el previsible desplazamiento hacia el norte, y hacia las partes altas de las montanas, de las distribuciones de los ¨¢rboles, como consecuencia del cambio clim¨¢tico. "Ser¨ªa aconsejable una pol¨ªtica de adaptaci¨®n mediante, por ejemplo, la creaci¨®n de corredores ecol¨®gicos que permitan huir en la direcci¨®n necesaria; la protecci¨®n de ¨¢reas que vayan a ser fundamentales para conservar algunas especies en el futuro; o, incluso, la facilitaci¨®n de propagaci¨®n de las que no puedan moverse al ritmo que impondr¨¢ el cambio clim¨¢tico", recomienda.
"La conectividad y coherencia ecol¨®gica del territorio son dos aspectos fundamentales para conservar la biodiversidad que no est¨¢n siendo tenidos suficientemente en cuenta", se lamentan los investigadores, que alertan del "peligro de eliminar los corredores ecol¨®gicos, creando guetos de h¨¢bitats protegidos aislados entre s¨ª". Para evitarlo, resulta fundamental "aplicar una pol¨ªtica agraria y de desarrollo rural eficaz, que potencie la agricultura extensiva y que promueva el pago a los agricultores y ganaderos por los servicios ambientales que prestan al resto de la sociedad, al conservar la biodiversidad con sus actividades".
Espa?a, que se caracteriza dentro de Europa por su riqueza de vida, est¨¢ perdi¨¦ndola a marchas forzadas y, al igual que el resto de pa¨ªses del continente, tampoco ha sido capaz de alcanzar el objetivo europeo 2010 para detener su hemorragia. Causada principalmente por el cambio clim¨¢tico, los incendios forestales, las especies ex¨®ticas invasoras, el uso insostenible de los recursos naturales, la contaminaci¨®n y los cambios de uso del suelo, entre los que destacan "la artificializaci¨®n del territorio, la agricultura intensiva y el desarrollo de infraestructuras de transporte". El 20% de las nuevas zonas artificiales se han construido sobre bosques, matorrales y pastizales, seg¨²n enfatiza la investigaci¨®n, que sentencia: "En los ¨²ltimos 20 a?os, las zonas donde habitan especies en peligro de extinci¨®n han sufrido el mismo grado de modificaci¨®n por la actividad humana que el resto del territorio. Albergar poblaciones de especies amenazadas no parece, pues, "ser un factor decisivo capaz de detener la presi¨®n transformadora de nuestros usos econ¨®micos".
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