Viaje al manto de la Tierra
Un equipo internacional de investigadores explora los mejores lugares para perforar la corteza terrestre y llegar hasta la masa de roca fundida que constituye el interior del planeta, para terminar en el n¨²cleo, a 2.900 kil¨®metros de profundidad.
Hace casi cincuenta a?os un grupo de atrevidos y visionarios cient¨ªficos intentaron por primera vez agujerear la corteza terrestre y llegar al manto, la masa de roca fundida que constituye el interior del planeta hasta el n¨²cleo, a 2.900 kil¨®metros de profundidad. No lo lograron, pero su sue?o sigue vigente. Un equipo internacional de investigadores explora ahora los mejores sitios para volver a perforar, con el mismo objetivo. Si tienen ¨¦xito las primeras muestras del manto terrestre podr¨ªan estar en los laboratorios dentro de 15 a?os. Los investigadores aseguran que son esenciales para entender el origen y la evoluci¨®n del planeta, y comparan su valor cient¨ªfico con el de las rocas lunares recogidas por los astronautas del programa Apolo.
"Perforar el manto es el mayor desaf¨ªo en la historia de las ciencias de la Tierra", escriben dos cient¨ªficos en 'Nature'
Cerca de Hawai, en las costas de Baja California; y cerca de Costa Rica el grosor de la corteza es de s¨®lo seis kil¨®metros
Se cuenta que fue un s¨¢bado de abril de 1957, en La Jolla, California (Estados Unidos), durante una cata de vinos entre amigos, cuando naci¨® el Proyecto Mohole. El anfitri¨®n era Walter Munk, el primero en demostrar de forma rigurosa por qu¨¦ la Luna siempre oculta una de sus caras a la Tierra, y entre los invitados estaba Harry Hess, uno de los fundadores de la teor¨ªa de la tect¨®nica de placas. Parece que la idea fue de Hess: agujerear la corteza terrestre, llegar al manto y tomar una muestra. Un proyecto caro, tecnol¨®gicamente muy ambicioso y, cient¨ªficamente, golos¨ªsimo. En el a?o del lanzamiento del Sputnik deb¨ªa de intuirse ya que acabar¨ªa siendo m¨¢s sencillo salir al espacio que conocer a fondo el interior del propio planeta. Pero los catadores de vinos lograron echar a andar su idea. En 1964 se obtuvo la primera muestra de corteza terrestre: un cilindro de basalto varios metros extra¨ªdo del fondo oce¨¢nico, a 3.800 metros de profundidad en las proximidades de la isla de Guadalupe, en Baja California (M¨¦xico) -a un coste de unos 40 millones de d¨®lares actuales, seg¨²n explican en Nature Damon Teagle y Beno?t Ildefonse, de las universidades de Southampton y Montpellier respectivamente-.
Fue la ¨²nica muestra obtenida, y desde luego quedaba muy lejos del manto terrestre. En 1966 el congreso estadounidense cancel¨® la financiaci¨®n del Proyecto Mohole. Pero ya hab¨ªa quedado demostrado que era posible perforar el suelo oce¨¢nico. Y es m¨¢s, quedaron sentadas las bases para la colaboraci¨®n internacional que a lo largo de cuatro d¨¦cadas ha seguido obteniendo muestras del suelo oce¨¢nico, el Deep Sea Drilling Program (IODP). Ninguna de ellas, no obstante, procede de perforaciones de m¨¢s de dos kil¨®metros de profundidad, lo que prueba lo dif¨ªcil del proceso.
El manto representa el 68% de la masa de la Tierra. Su existencia fue demostrada a principios del siglo pasado. El meteor¨®logo croata Andrija Mohorovi?i? advirti¨® que las ondas s¨ªsmicas que viajaban a m¨¢s de 30 kil¨®metros de profundidad eran m¨¢s r¨¢pidas, un indicio claro de que a partir de esa profundidad la composici¨®n de las rocas deb¨ªa cambiar.
Hoy se sabe que casi la totalidad del material que integra la corteza terrestre -los continentes, el suelo oce¨¢nico- procede del manto. La tect¨®nica de placas explica c¨®mo: la corteza nueva se crea en las dorsales oce¨¢nicas, en el lugar donde se separan las placas de los continentes y emerge material del manto, mientras que en las fosas oce¨¢nicas el borde de una placa se inserta bajo la placa vecina y vuelve al manto. Se estima que cada 200 millones de a?os el 60% de la superficie del planeta se renueva por completo. Pero ?qu¨¦ pasa cuando el material est¨¢ en el manto? ?Qu¨¦ procesos qu¨ªmicos y f¨ªsicos ocurren? Disponer de muestras ayudar¨¢ a averiguarlo.
En algunos lugares en el Pac¨ªfico el grosor de la corteza es de s¨®lo seis kil¨®metros. Son regiones pr¨®ximas a la dorsal mediooce¨¢nica, donde se forma corteza nueva muy r¨¢pidamente -franjas de m¨¢s de 20 cent¨ªmetros cada a?o-. Los investigadores estudian tres de estos lugares para retomar el Proyecto Mohole: en las cercan¨ªas de Hawai; en las costas de Baja California; y cerca de Costa Rica. Dicen que la tecnolog¨ªa necesaria est¨¢ disponible en t¨¦rminos generales, aunque hace falta mejorar las puntas de perforaci¨®n, los lubricantes, etc¨¦tera. Desde luego sigue sin ser una empresa sencilla: los materiales que se empleen deber¨¢n soportar enormes presiones, y temperaturas de m¨¢s de 300 grados.
Pero es un sue?o al que no piensan renunciar: "Perforar el manto es el mayor desaf¨ªo en la historia de las ciencias de la Tierra", escriben Teagle e Ildefonse. "Nos proporcionar¨¢ un legado de conocimientos b¨¢sicos fundamentales" acerca del planeta que ocupamos.
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