El cierre de 24 escuelas en China deja sin educaci¨®n a 20.000 hijos de emigrantes
La cifra se suma al centenar que ces¨® su actividad en 2006. El total de ni?os afectados ya es de unos 20 millones
El anuncio del cierre de 24 escuelas ilegales para hijos de campesinos emigrantes en Pek¨ªn ha desvelado la situaci¨®n de estos menores sin derecho a educaci¨®n, de los que se calcula hay 20 millones en la segunda potencia econ¨®mica del mundo.
"Un tercio de estos ni?os ha nacido en las ciudades a las que sus padres emigraron", explic¨® hoy Zhang Zhiqiang, fundador de la agrupaci¨®n no gubernamental Amigos de los Emigrantes.
Aunque nacieron en la urbe, al no estar registrados en Pek¨ªn, ni se les considera pequineses ni del pueblo de sus padres, del que heredan su registro civil, por lo que viven en la discriminaci¨®n.
En Pek¨ªn hay unos 437.000, agrega Zhang, una cifra que supera en 100.000 los que se calculaban en 2006, y algunos con malnutrici¨®n.
El principal motivo de discriminaci¨®n es la ley, ya que el "hukou", el sistema de registro civil implantado con la econom¨ªa comunista de la d¨¦cada de 1950 para evitar la emigraci¨®n, obliga a los campesinos a recibir educaci¨®n, asistencia m¨¦dica y pensiones en su provincia de origen, donde estas prestaciones se perdieron con la adopci¨®n del capitalismo en la d¨¦cada de 1990.
A pesar de ello, unos 140 millones de campesinos malviven en las ciudades, donde el salario es tres veces superior, hacinados en naves, cuartuchos, ruinas, subterr¨¢neos o lavabos p¨²blicos, y que con su tes¨®n y sacrificio son la base del milagro econ¨®mico chino.
Aunque en las zonas rurales los abuelos y familiares cuidan de 58 millones de hijos de emigrados, cada vez son m¨¢s los padres que se los llevan o que se convierten en progenitores en las grandes urbes.
El cierre de los 24 centros con el inicio del semestre, que en China empieza el 25 de agosto, deja sin escolarizaci¨®n a unos 20.000 menores, y ha desatado la alarma entre las restantes 200 escuelas de inmigrantes que sobreviven en la capital china tras la clausura masiva en 2006 de otro centenar.
Uno de los centros amenazados de las afueras de Pek¨ªn es la Escuela Experimental Primaria, en la bulliciosa aldea de Jianxinzhuang (distrito sure?o de Daxing), donde residen 220.000 emigrantes del total de 5 millones que se calcula en la capital; los 10.000 pequineses locales viven de arrendar vivienda a los "forasteros" en una convivencia que ambos califican de "dif¨ªcil".
Su director, Luo Liang, es un emigrante de Henan, de 44 a?os, que en 1996 vend¨ªa insignias de Mao Zedong en el metro de Pek¨ªn, hasta que, inspirado por otros coterr¨¢neos, decidi¨® en 2003 abrir una escuela para satisfacer la creciente demanda.
Empez¨® con unos 300 estudiantes y hoy acoge a 1.200, cuyos austeros padres pagan 800 yuanes por semestre (86 euros o 125 d¨®lares), frente a los 650 euros (940 d¨®lares) y tr¨¢mites imposibles que piden las escuelas p¨²blicas de la zona, ya que la educaci¨®n primaria es obligatoria pero no gratuita en el gigante asi¨¢tico.
Luo ha invertido en su rudimentaria escuela unos 324.000 euros, obtenidos de pr¨¦stamos del Banco Agr¨ªcola y de familiares, y si la cierran, el Gobierno no le reembolsar¨¢ ninguna cuant¨ªa.
El Bur¨® de Educaci¨®n envi¨® una carta a Luo en junio avisando de que deber¨¢ cerrar su escuela por riesgo de incendios, a pesar de que el centro cuenta con todas las licencias pertinentes, a excepci¨®n de la de ense?anza, lo que no fue un problema hasta que en 2006 empezaron las presiones de las autoridades locales.
"Es por el incendio en primavera de una factor¨ªa textil cercana, murieron campesinos emigrantes que viv¨ªan en muy malas condiciones. Somos las masas d¨¦biles. Los funcionarios no se preocupan por nosotros, s¨®lo les interesa conservar su trabajo", asegura Luo.
El anuncio no ha sido ¨®bice para que los padres, confiados en que el colegio no cierre, sigan inscribiendo a sus hijos para el semestre: "?Qu¨¦ vamos a hacer con los ni?os si no pueden ir a la escuela? Habr¨¢ que ponerlos a trabajar", sugiere una de las madres.
Discriminaci¨®n encubierta
Defensores de los emigrantes, como la ONG Bolet¨ªn Laboral de China, en Hong Kong, creen que detr¨¢s del cierre de escuelas est¨¢, aparte de la avidez de la urbanizaci¨®n y las inmobiliarias, una estrategia para limitar las escuelas y, por tanto, la emigraci¨®n.
"Est¨¢ claro que las autoridades est¨¢n usando cuestiones de seguridad como una excusa para cerrar las escuelas. Muchas de ellas llevan a?os operando sin problemas", manifest¨® a Efe Geoffrey Crothall, director de comunicaciones de la ONG.
Para Zhang, los motivos son dos: que el gobierno no quiere que los campesinos se queden en las ciudades y la voraz urbanizaci¨®n inmobiliaria e industrial que padece China.
Aunque Pek¨ªn anunci¨® en los ¨²ltimos a?os que garantizar¨¢ la educaci¨®n de los hijos de emigrantes, la iniciativa ha quedado en un peque?o pero insuficiente subsidio: "Las escuelas est¨¢n en ¨¢reas de emigrantes, el gobierno deber¨ªa financiarlas en lugar de cerrarlas", sugiere el abogado Tian Kun, defensor de los centros afectados.
La soluci¨®n, seg¨²n la profesora de Gesti¨®n P¨²blica de la Universidad de Tsinghua Jia Xijin, pasa por lograr una educaci¨®n p¨²blica igualitaria, ahora limitada por el "discriminatorio sistema del 'hukou'", y subsidiar las escuelas para emigrantes.
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