Calamares gigantes versus cachalotes
En el Ca?¨®n de Avil¨¦s, un abismo de 5.000 metros de profundidad, habita el calamar gigante. Hasta all¨ª acuden los cachalotes para alimentarse y se produce una lucha tit¨¢nica. El Centro de Interpretaci¨®n del Medio Marino la recrea en un v¨ªdeo.
Los calamares gigantes fueron tomados durante mucho tiempo por criaturas mitol¨®gicas o de ficci¨®n, como en el caso del temible kraken de la mitolog¨ªa n¨®rdica, que hac¨ªa naufragar grandes nav¨ªos en el abrazo mortal de sus tent¨¢culos, o en el del calamar que atacaba al submarino Nautilus, gobernado por el capit¨¢n Nemo, en 20.000 leguas de viaje submarino, la novela de Julio Verne. Lo cierto es que existen (los Architeuthis dux, los cient¨ªficos los han encontrado varados en la playas o dentro de los cuerpos de sus principales depredadores, los cachalotes) y que son animales bastante ins¨®litos: pueden llegar a medir 20 metros, tienen tres corazones, la sangre azul, y el mayor ojo del reino animal, de hasta 25 cent¨ªmetros de di¨¢metro.
El calamar gigante puede llegar a medir 20 metros, tiene tres corazones, la sangre azul, y el mayor ojo del reino animal
El cachalote sacude al kraken contra las paredes de ca?¨®n para devorarlo en una lucha de colosos
Tambi¨¦n es ins¨®lito el Ca?¨®n de Avil¨¦s. A unas millas al este del Cabo Pe?as (el punto m¨¢s septentrional de Asturias y el segundo de Espa?a), se encuentra este abismo submarino de unos 5.000 metros de profundidad y 32 kil¨®metros de ancho. En ese oscuro talud que se produce cuando se acaba la plataforma continental, viven los calamares gigantes. Y ah¨ª es donde van los hambrientos cachalotes a buscarlos. El cachalote (Physeter macrocephalus) es un animal no menos formidable: tambi¨¦n puede llegar a medir 20 metros. Este cet¨¢ceo tiene dentro de su cr¨¢neo cavidades llenas de un material parecido a la cera llamado espemarceti. Mediante la licuaci¨®n o solidificaci¨®n del espemaceti, el cachalote consigue variar su flotabilidad y sumergirse a gran profundidad en busca de sus deseados calamares. El espemaceti tiene otros usos para los humanos como lubricante, material para la fabricaci¨®n de velas o excipiente en ciertos f¨¢rmacos.
En el Ca?¨®n de Avil¨¦s discurre el singular duelo entre ambos monstruos marinos. Aunque nadie haya presenciado nunca una de estas dram¨¢ticas batallas, puede verse en el reciente video en 3D (a¨²n en pruebas) que se muestra en el Centro de Interpretaci¨®n del Medio Marino de Pe?as. En ¨¦l se muestra el rifirrafe en el que el calamar se resiste, agarr¨¢ndose al cachalote de igual manera que se agarraba al citado Nautilus. El cachalote lo sacude contra las paredes de ca?¨®n para devorarlo. Se han encontrado cachalotes con marcas de las ventosas del calamar, fruto de la violenta pelea, o con el pico del calamar, dif¨ªcil de digerir, en el est¨®mago. No es lo ¨²nico que se reproduce en el video: el visitante puede experimentar el gr¨¢cil vuelo de las gaviotas sobre al cabo, sumergirse en el agua o vivir un fuerte temporal y naufragio frente a la costa asturiana, el mar rugiente bandeando a una embarcaci¨®n como a un pelele hasta sepultarla en el lecho marino.
Precisamente a las tormentas y los naufragios dedica este centro, ubicado desde 2005 en el edificio del propio faro del Cabo Pe?as, otra de sus salas. Las galernas son temporales muy repentinos y violentos (t¨ªpicos del mar Cant¨¢brico), dif¨ªciles de prever, que cogen por sorpresa a los marineros a veces con desenlaces dram¨¢ticos. En un d¨ªa calmo y soleado, de pronto comienza a soplar un fuerte viento oeste-noreste. En segundos, surgen grandes olas, el mar es blanco, solo de espuma agitada, y la lluvia cae en horizontal en vez de vertical. La terrible galerna del S¨¢bado de Gloria, en 1878, tristemente c¨¦lebre, dej¨® s¨²bitamente m¨¢s de mil hu¨¦rfanos, hijos de marineros, en la costa cant¨¢brica.
Otra sala est¨¢ dedicada a los faros de la costa asturiana y a algunos de los m¨¢s importantes faros de la historia, como el Faro de Alejandr¨ªa o la Torre de H¨¦rcules. Hay una sala dedicada a explicar la fauna marina de las inmediaciones del Cabo (incluidos los extra?os peces abisales de las profundidades), de gran diversidad debido a la riqueza de sus aguas y al sustrato rocoso que el cabo ofrece. El entorno natural del Cabo Pe?as es un espacio protegido, de gran valor paisaj¨ªstico. Una senda lo bordea, equipada con paneles explicativos sobre la fauna y la flora del lugar. Los acantilados cortan orgullosos el mar y, enfrente, se escapa un pel¨ªn m¨¢s hacia el norte la isla de la Erbosa. En d¨ªas claros, mirando hacia el sureste, se adivinan los Picos de Europa. Por ¨²ltimo, en el Centro de Interpretaci¨®n, hay una sala dedicada a las bondades del concejo de Goz¨®n, en el que se sit¨²a. Un lugar, por cierto, de rica gastronom¨ªa y famoso marisco. Pero si ustedes se han imaginado cortando en rodajas al calamar gigante para fre¨ªrlo en aros dorados y grandes como hula-hops, tendremos que decepcionarles. Los tejidos del calamar gigante contienen iones amonio para aumentar su flotabilidad y resultan altamente t¨®xicos para el ser humano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.