Aves con GPS

En pocos d¨ªas comenzar¨¢ la vuelta de miles de aves del sur de Europa a sus zonas de invernada en ?frica. Las migraciones de las aves son fen¨®menos fascinantes y peri¨®dicos que siguen muchos aficionados, y en Espa?a son especialmente espectaculares en la zona del Estrecho de Gibraltar, pero el tema es mucho m¨¢s complejo y de mayor alcance que una afici¨®n naturalista. Conocer los h¨¢bitos de las aves y c¨®mo cambian da pistas sobre el estado de los ecosistemas, la meteorolog¨ªa y tambi¨¦n la influencia del cambio clim¨¢tico, lo que resulta vital para su conservaci¨®n. Por eso, la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa (SEO) apuesta por nuevas v¨ªas de seguimiento electr¨®nico que complementen el tradicional anillamiento y ha empezado a instalar aparatos en varios ejemplares de distintas especies, adem¨¢s de reunir la informaci¨®n ya existente procedente de proyectos de investigaci¨®n universitarios, que hace p¨²blica en una web muy completa y accesible a todos. El proyecto est¨¢ patrocinado por la Fundaci¨®n Iberdrola, que preside el expol¨ªtico Manuel Mar¨ªn.

Una web p¨²blica re¨²ne toda la informaci¨®n del seguimiento con transmisores

Ni siquiera se sabe cu¨¢ntas especies son sedentarias."De muchas especies, como las que no se posan en el suelo, no se sabe nada, porque no se recuperan anillas", explica Eduardo de Juana, presidente de SEO/Birdlife. "A esta ignorancia se a?ade la preocupaci¨®n por el cambio clim¨¢tico, muchos de cuyos datos proceden de variaciones en el comportamiento de las aves". Existe urgencia por mejorar esta informaci¨®n, seg¨²n De Juana, porque se desconoce lo que est¨¢ pasando, por ejemplo, en el Sahel, donde invernan muchas aves que nidifican en Espa?a y cuyos humedales pueden llegar a desaparecer. Y adem¨¢s recalca el aspecto divulgativo del proyecto, tan importante para cualquier esfuerzo de conservaci¨®n, y de ah¨ª la web.

"Hay muchas razones por las que nos interesa saber qu¨¦ pasa con las aves migratorias", afirma Mar¨ªn, para quien las respuestas a los problemas medioambientales que se plantean vendr¨¢n de los sabios. Refiri¨¦ndose a las cosas que "salen mal" cuando se encaran estos problemas, se?ala que suele ser porque la falta de m¨¦todo implica falta de orden y, como consecuencia, de rigor.

La tecnolog¨ªa permite la marcaci¨®n de animales cada vez m¨¢s peque?os sin consecuencias perjudiciales, pero el precio es alto. SEO est¨¢ utilizando tres dispositivos, de coste diferente, y en 2011 se han marcado cerca de 70 ejemplares. Emisores de sat¨¦lite se han montado en cuatro aguilillas calzadas. Estos aparatos registran la localizaci¨®n geogr¨¢fica del ave y la se?al se recibe pr¨¢cticamente en tiempo real y con gran precisi¨®n, pero son los m¨¢s caros. Con Data Logger GPS se han marcado otras tres aguilillas calzadas y con geolocalizadores (los aparatos m¨¢s ligeros) 30 carriceros tordales, 15 abejarucos y 15 autillos (especie nocturna). Estos dos tipos de aparatos deben ser recuperados para descargar la informaci¨®n, por lo que el proceso es m¨¢s complicado.

Otras entidades colaboradoras han actuado sobre un mayor n¨²mero de ejemplares de otras especies.

"Es un programa a largo plazo, porque queremos marcar todas las especies que tocan Espa?a, que son m¨¢s de 400", indica Juan Carlos del Moral, coordinador del proyecto.

Estos nuevos sistemas permiten conocer la localizaci¨®n del ejemplar varias veces al d¨ªa durante varios a?os (los que dure el aparato o dure el ave), lo que permite sabe con exactitud cu¨¢nto tiempo permanecen en sus ¨¢reas de cr¨ªa e invernada, cu¨¢ndo inician la migraci¨®n, por qu¨¦ ruta, su velocidad y altitud, c¨®mo les condicionan los accidentes geogr¨¢ficos y qu¨¦ puntos utilizan para descansar.

En la web hay, hasta ahora, todos estos datos de 68 ejemplares de seis especies y se est¨¢ incorporando nueva informaci¨®n continuamente. Por ejemplo, dos aguilillas calzadas empezaron hace unos d¨ªas, con solo un d¨ªa de diferencia, su migraci¨®n, a pesar de vivir una en Madrid y otra en Castell¨®n. Y hay sorpresas. En su largu¨ªsimo viaje anual de Espa?a a Madagascar, los halcones de Eleonora seguidos por la Universidad de Alicante no mantienen siempre la misma ruta. La influencia de la meteorolog¨ªa se intuye, pero no se conoce, al igual que no se conoce exactamente c¨®mo se orientan.