La agon¨ªa del hielo
Los glaciares espa?oles est¨¢n heridos de muerte. Ir¨¢n desapareciendo poco a poco y en menos de 70 a?os no quedar¨¢ ninguno. Otros, m¨¢s pesimistas, no les dan m¨¢s de 20 a?os de vida
En los lugares m¨¢s altos e inaccesibles del Pirineo Aragon¨¦s sobreviven a duras penas los ¨²ltimos glaciares espa?oles, masas de hielo permanente que se deslizan lentamente ladera abajo empujadas por su propio peso.
Son los restos de enormes extensiones de hielo, que labraron profundos valles y tuvieron decenas de kil¨®metros de longitud, y que ahora est¨¢n condenadas a desaparecer. "Ya lo hicieron hace millones de a?os, cuando la lluvia y el calor hizo de esas monta?as una zona subtropical. De ello dan cuanta ejemplares aislados de madro?os y de la planta oreja de oso, pervivientes de un paisaje que fue similar a la laurisilva canaria", explica Eduardo Mart¨ªnez, t¨¦cnico de medioambiente del Gobierno de Arag¨®n, comunidad que declar¨® a estos glaciares Monumento Natural en 1990.
Desde 1894 los glaciares espa?oles han perdido casi el 90% de su superficie.
Los macizos monta?osos donde se encuentran fueon declarados Monumento Natural en 1990
El retroceso de los glaciares forma parte de un proceso de vaiv¨¦n que tiene su m¨¢ximo en las ¨¦pocas glaciales (la ¨²ltima finaliz¨® hace unos 10.000 a?os) y tambi¨¦n periodos m¨¢s templados en los que desaparece toda la nieve.
Este es el momento que estamos viviendo ahora, en el cual la subida constante de las temperaturas est¨¢ derritiendo estos gigantes de hielo. Para Greenpeace, "el retroceso de estas masas heladas es uno de los impactos m¨¢s evidentes del cambio clim¨¢tico, que afecta a un ecosistema m¨¢s amplio que el propio del glaciar".
Y lo est¨¢ haciendo a marchas forzadas. Cada a?o el calor se lleva una dentellada blanca de las cumbres. De hecho ya solo quedan en Espa?a nueve glaciares, algunos muy peque?os, de los 25 que hab¨ªa a principios de siglo. Una docena han desaparecido por completo, el resto se ha convertido en neveros aislados en rec¨®nditos lugares donde malamente se conserva la nieve de un a?o para otro.
Pocos, m¨¢s peque?os y a m¨¢s altura. "Nieva menos y a cotas m¨¢s elevadas", confirma Fernando Pastor, director del Programa ERHIN perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente. A trav¨¦s de este programa se siguen las precipitaciones en forma de nieve en toda Espa?a como un recurso h¨ªdrico m¨¢s, pero sobre todo se utiliza para prevenir las avenidas en periodos de deshielo. Precisamente donde m¨¢s nieva en la Pen¨ªnsula es en los macizos de Vi?emal, Monte Perdido y Aneto-Maladeta, en el Pirineo aragon¨¦s, que coinciden con los mayores glaciares. Sin embargo, "la aportaci¨®n de estos a los r¨ªos es despreciable, pero su transformaci¨®n como indicador de la subida de las temperaturas es muy interesante", contin¨²a Pastor. "Es el reflejo m¨¢s evidente de que el clima est¨¢ cambiando, porque su evoluci¨®n desde que existen datos lleva a pensar en la desaparici¨®n total en poco tiempo".
Parece inevitable, aunque puede haber sorpresas. En el siglo XVI comenz¨® la Peque?a Edad de Hielo que dur¨® hasta 1860, cuando se observa la ¨²ltima m¨¢xima extensi¨®n de los glaciares en Europa. Desde entonces el retroceso ha sido continuo, pero puede llegar otro periodo fr¨ªo que de un respiro a estos heleros, aunque todo indica que ser¨¢ temporal. Seg¨²n Greenpeace, "la r¨¢pida subida de las temperaturas asociada a la actividad humana y el deshielo van cogidas de la mano".
A finales del siglo XIX, en 1894, la superficie de los glaciares espa?oles llegaba a las 1.779 hect¨¢reas (3.300 sumando la vertiente francesa) y en 2008, apenas cubr¨ªan 200 hect¨¢reas (179 m¨¢s en el pa¨ªs galo). Es un fen¨®meno global y todos los glaciares del mundo se encuentran en recesi¨®n.
As¨ª pues, parece inevitable que las nieves eternas se borren de las cumbres de los Pirineos, pero no ser¨¢n las ¨²nicas en desaparecer. Todo el h¨¢bitat se ver¨¢ alterado y tendr¨¢ consecuencias dram¨¢ticas para algunas especies, como el caso de la perdiz nival, que en oto?o torna su plumaje blanco. Lo que ahora es un camuflaje se volver¨¢ un reclamo para los depredadores.
Quedar¨¢ el recuerdo y la esperanza de volver a ver la grandeza de las cumbres perpetuamente nevadas, pero para eso quiz¨¢ haya que esperar otros 10.000 a?os.
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