Francia se rebela contra las trabas laborales al estudiante extranjero
La ley que prioriza a nacionales y residentes al conceder visados de trabajo puede obligar a marcharse del pa¨ªs a los talentos formados en las universidades
En plena crisis econ¨®mica y con la vista puesta en las presidenciales de la pr¨®xima primavera, Francia se ha propuesto reducir en un 10% su inmigraci¨®n legal. Para ello, el ministro del Interior, Claude Gu¨¦ant, no ha dudado en tocar el tab¨² de los estudiantes extracomunitarios, que hasta ahora se beneficiaban de cierta permisividad en materia de empleo. En una pol¨¦mica circular del 31 de mayo llama a endurecer las condiciones de obtenci¨®n del cambio de estatuto de estudiante a trabajador, algo que ha puesto en pie de guerra al mundo universitario. El Gobierno se ha visto obligado a matizar su postura, pero no convence a sus detractores. Este jueves el colectivo estudiantil del 31 de mayo se volvi¨® a manifestar pidiendo la retirada del controvertido texto.
Se estima que son cientos los reci¨¦n diplomados extracomunitarios afectados por las nuevas restricciones. Cada a?o, unos 6.000 solicitan el cambio de estatuto de estudiante a trabajador. La Conferencia de Presidentes de las Universidades ha remitido al Gobierno m¨¢s de 500 casos denegados que cree ileg¨ªtimos. El ministro de Educaci¨®n, Laurent Wauquiez, que ha reconocido que la circular ha sido mal interpretada por las Administraciones y provocado algunos errores en su aplicaci¨®n, aseguraba la semana pasada que hab¨ªan sido revisados la mitad con soluci¨®n favorable. El resto deber¨ªa ser tratado antes de finales de a?o.
El origen de la pol¨¦mica es la circular firmada por Gu¨¦ant, y el ministro de trabajo, Xavier Bertrand, que llama a reforzar los controles en las tramitaciones de los visados laborales y cita expl¨ªcitamente el caso de los estudiantes. Los primeros efectos del endurecimiento se han hecho notar a partir del verano, seg¨²n las asociaciones, y la protesta se ha organizado con el inicio del curso acad¨¦mico. Cientos de manifestantes salieron as¨ª a la calle el pasado 12 de noviembre y cada jueves el n¨²cleo duro repite la operaci¨®n. La movilizaci¨®n ha llegado hasta los directores de las grandes universidades, que a trav¨¦s de la Conferencia de Presidentes manifestaron en un comunicado su preocupaci¨®n por la situaci¨®n. El primer ministro, Fran?ois Fillon, remiti¨® un correo privado a la misma instituci¨®n, asegurando que de ninguna forma el Gobierno cuestionaba el acceso laboral de los estudiantes extranjeros.
El caso de Nabil Sebti, marroqu¨ª de 25 a?os, residente en Francia desde hace 10 a?os, ilustra el alcance de la pol¨¦mica y del malestar en el seno del Gobierno por la dimensi¨®n que ha alcanzado. Diplomado por la prestigiosa Haute ?cole de Commerce (HEC), Sebti hab¨ªa montado dos peque?as empresas. Cuando fue a pedir este verano el cambio de estatuto no le dejaron ni entregar la demanda. A finales de septiembre cre¨® el colectivo del 31 de mayo y desde entonces ha sido el rostro visible de la protesta, omnipresente en los medios de comunicaci¨®n. El jueves recibi¨® una llamada de la Administraci¨®n, dispuesta, esta vez s¨ª, a examinar su caso. "Gracias pero el domingo me vuelvo a Marruecos, ya lo tengo decidido", respondi¨® desde la entrada de la Universidad de Sorbonne 3, donde se encontraba manifest¨¢ndose. "He salido en todas las televisiones y ahora me convocan", explic¨®. "No lo rechazo por bondad o sacrificio, pero no estoy de acuerdo con esta pol¨ªtica del caso por caso, hay que encontrar una soluci¨®n general, son miles los afectados".
Los expertos del gabinete Conseil Migration advierten de que la circular en s¨ª no cambia las condiciones legales, pero s¨ª la interpretaci¨®n. "Una cosa es el texto y otra lo que se lee entre l¨ªneas, es decir, las consignas", explica su director, Alexandre George. "El principio de condicionar el visado de trabajo a la mano de obra disponible, se aplica desde hace tiempo, pero exist¨ªa una generosidad en su aplicaci¨®n en los casos de los estudiantes con formaciones superiores". En el centro del problema est¨¢ una legislaci¨®n compleja sometida a interpretaci¨®n. De forma general, la obtenci¨®n de un visado de trabajo para los no europeos depende de si existe mano de obra suficiente entre los trabajadores en busca de empleo ya instalados en el pa¨ªs, sean franceses o extranjeros, y de la adecuaci¨®n del puesto a las competencias del trabajador.
Desde 2006, en l¨ªnea con una voluntad de favorecer la inmigraci¨®n m¨¢s competente y el atractivo de las universidades, los estudiantes con formaci¨®n superior al m¨¢ster 2 pueden optar a autorizaciones provisionales de estancia (APS), de seis meses, a la espera de lograr un empleo. Este dispositivo no est¨¢ sometido a la situaci¨®n del empleo y permite as¨ª poder llevar a cabo, una vez lograda una promesa de contrato laboral, un cambio de estatuto de estudiante a trabajador sin las trabas habitualmente impuestas a los extracomunitarios. Pero en la pr¨¢ctica, muchos estudiantes recurren al cambio de estatuto -un procedimiento donde s¨ª se aplica el acceso condicionado a la mano de obra disponible- porque las condiciones de la APS la hacen pr¨¢cticamente inaplicable: la inscripci¨®n debe hacerse cuatro meses antes de que expire el visado estudiantil, que, siguiendo el ciclo acad¨¦mico, suele vencer en septiembre-octubre. Pero entre los documentos requeridos se reclama el diploma, algo que en el mes de junio a¨²n no tiene el estudiante.
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