"El reciclaje de bombillas me est¨¢ haciendo la vida imposible"
Una afectada de sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple denuncia que la rotura de l¨¢mparas de bajo consumo en un contenedor cercano a su domicilio le ha obligado a dejar su casa
Mareos, n¨¢useas y desfallecimientos. Ese es el d¨ªa a d¨ªa de Mercedes de Grado desde que le diagnosticaron sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple. La combusti¨®n de los coches, el jab¨®n, un perfume, el tinte para el pelo o la lej¨ªa son un riesgo inasumible para ella, por eso su casa sol¨ªa ser un "territorio seguro" donde no entran la mayor¨ªa de los productos qu¨ªmicos. Sin embargo, Mercedes ha comenzado a sentir que su cuerpo se rebela tambi¨¦n entre esas cuatro paredes y ha tenido que abandonar su burbuja. Cree que la culpa de sus males la tiene una peque?a caja de cart¨®n.
Su domicilio madrile?o se encuentra a menos de 100 metros de un hipermercado donde han instalado un peque?o contenedor para recoger bombillas de bajo consumo y fluorescentes usados. Se trata de un recipiente compacto, de poco peso, con una capacidad m¨¢xima de 15 kilos. Los clientes tiran all¨ª sus l¨¢mparas viejas a trav¨¦s de una peque?a apertura con un dispositivo que solo permite que caigan una a una. Despu¨¦s, las bombillas se deslizan por una rampa y un sistema de frenos en el interior trata de evitar su ruptura. Es, en definitiva, un mecanismo mucho m¨¢s complejo de lo que cabr¨ªa esperar de ese recipiente verde y amarillo.
Su dise?o procura evitar que estos luminosos se rompan y liberen el mercurio que contienen (entre tres y cinco miligramos por unidad, mil veces menos que un term¨®metro tradicional). "Este metal pesado es extremadamente t¨®xico, ya que tiene apetencia por el tejido graso y se queda fijado en el organismo", se?ala Jos¨¦ Francisco Tinao, m¨¦dico internista y director de la Cl¨ªnica Medicina Integrativa. El doctor explica que el metilmercurio traspasa f¨¢cilmente la barrera placentaria y la sangu¨ªnea del cerebro, por lo que es especialmente perjudicial para mujeres embarazadas y en edad f¨¦rtil. Ellas pueden acumularlo en su organismo y traspas¨¢rselo a sus hijos, quienes podr¨ªan sufrir da?os en el sistema nervioso, el h¨ªgado y los ri?ones. "Las personas que sufren sensibilidad qu¨ªmica m¨²ltiple son los otros grandes afectados", indica el internista. "La cantidad de mercurio de la que estamos hablando, que podr¨ªa caber en la punta de un bol¨ªgrafo, puede ser inapreciable para el resto y resultar insoportable en su cuerpo. La enfermedad los a¨ªsla de su entorno y tienen una calidad de vida horrible", a?ade.
Ambilamp, la asociaci¨®n para el reciclaje de l¨¢mparas que han creado los fabricantes, defiende la utilidad de estas bombillas, que duran hasta 10 veces m¨¢s que las incandescentes y gastan un 75% menos de electricidad. Afirman, adem¨¢s, que las l¨¢mparas de bajo consumo son inocuas mientras se mantienen intactas y que el dise?o de sus contenedores evita la ruptura. Muchas ferreter¨ªas, tiendas de iluminaci¨®n y supermercados los tienen, porque el Real Decreto 208/2005 en desarrollo de la Ley de Residuos de Aparatos El¨¦ctricos y Electr¨®nicos les obliga a recoger las l¨¢mparas de sus clientes, una vez terminada su vida ¨²til. Esta medida est¨¢ pensada para que las bombillas de bajo consumo no acaben en los cubos de basura convencionales, donde se romper¨ªan. El problema viene si ni siquiera los cub¨ªculos habilitados son seguros. "El dise?o de los contenedores de bombillas de bajo consumo deber¨ªa evitar accidentes, pero hemos recibido quejas de clientes de establecimientos donde se les daba un mal uso o se hab¨ªan situado en lugares de paso donde recib¨ªan golpes", denuncia Leticia Baselga, coordinadora del ¨¢rea de Residuos de Ecologistas en Acci¨®n.
"El residuo de mercurio no es peligroso, hay mucha rumorolog¨ªa que hace mal", mantienen fuentes de la Asociaci¨®n Espa?ola de Fabricantes de Iluminaci¨®n (Anfalum). A su proclama institucional se suma la de David Horcajada, director de marketing de Ambilamp: "Aunque se rompieran todas las l¨¢mparas que caben en una de nuestras cajas, no se evaporar¨ªa lo suficiente como para superar los l¨ªmites permitidos". Sin embargo, los propios fabricantes indican en sus p¨¢ginas web que, en caso de rotura de una bombilla -solo una-, el usuario debe ventilar y desalojar la habitaci¨®n durante 20 o 30 minutos. Tampoco es recomendable recoger los restos con la aspiradora, ya que podr¨ªa inhalarse polvo contaminado con el t¨®xico. En su lugar, recomiendan limpiar las piezas rotas con guantes y tirarlas a la basura en una bolsa de pl¨¢stico cerrada.
Estas precauciones no convencen a Mercedes de Grado, quien afirma que el reciclaje de bombillas le est¨¢ haciendo "la vida imposible". "No hay suficiente informaci¨®n. La mayor¨ªa de los consumidores ni siquiera saben que no pueden tirarse a la basura. Los contenedores deber¨ªan indicar la peligrosidad de su contenido, adem¨¢s de la fragilidad", protesta. La ecologista Leticia Baselga apoya su reclamo. "La soluci¨®n es fomentar una recogida selectiva de estas l¨¢mparas solo en puntos limpios, lejos de la poblaci¨®n. Esto permitir¨ªa continuar con los beneficios ambientales del reciclaje y con los de ahorro energ¨¦tico", concluye.
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