Los glaciares del planeta pierden 148.000 millones de toneladas de hielo al a?o
El nivel de los oc¨¦anos est¨¢ subiendo 1,5 mil¨ªmetros al a?o, desde 2003, seg¨²n un estudio global realizado con datos de sat¨¦lites
Los glaciares y cubiertas heladas del planeta est¨¢n perdiendo cada a?o unos 148.000 millones de toneladas de hielo (162 kil¨®metros c¨²bicos), sin contar los bordes de la Ant¨¢rtida y de Groenlandia, que pierden otras 80.000 millones de toneladas. En total este hielo perdido est¨¢ provocando un aumento del nivel oce¨¢nico de 1,5 mil¨ªmetros anuales. Se trata de datos de la evoluci¨®n de los glaciares a escala global, desde 2003 hasta 2010, obtenidos con los sat¨¦lites Grace. ¡°La Tierra est¨¢ perdiendo una cantidad incre¨ªble de hielo cada a?o que va a parar al mar y este nuevo estudio nos ayudar¨¢ a responder a importantes interrogantes acerca de la subida del nivel y de como las regiones m¨¢s fr¨ªas del planeta est¨¢n respondiendo al cambio global¡±, afirma John Wahr, uno de los autores del estudio. La cantidad de total de hielo fundido en el planeta entre 2003 y 2010 cubrir¨ªa todo el territorio de Estados Unidos con casi medio metro de agua, a?ade el investigador.
Pero la cantidad de hielo perdido es aproximadamente un 30% inferior a las estimaciones que se ven¨ªan haciendo. Y en las elevadas cordilleras asi¨¢ticas los nuevos datos desvelan una p¨¦rdida mucho menor (hasta 10 veces) de lo que se hab¨ªa calculado a partir de registros parciales.
La subida del nivel se debe a dos factores fundamentalmente: la llamada expansi¨®n t¨¦rmica del agua al aumentar la temperatura con el cambio clim¨¢tico (como un cuerpo que se dilata con el calor) y el aumento de la cantidad del agua procedente de los glaciares y cubiertas heladas. El mil¨ªmetro y medio de subida anual ahora calculado corresponde s¨®lo al segundo factor, al hielo fundido de los glaciares.
En los bordes de la Ant¨¢rtida y de Groenlandia se destruyen 80.000 millones de toneladas de hielo
Existen en la Tierra unos 160.000 glaciares y cubiertas heladas y, hasta ahora, se tiene datos directos de su balance de hielo (la suma anual de fusi¨®n y formaci¨®n) de menos de 120. De solo 37 de ellos hay registros de m¨¢s de 30 a?os. Las estimaciones globales se ven¨ªan haciendo extrapolando los datos de esas mediciones directas al resto, con un alto grado de incertidumbre porque influyen mucho factores en la din¨¢mica de cada glaciar, desde su tama?o hasta la topograf¨ªa local, la altitud o el microclima, explica el experto Jonathan Bamber (Universidad de Bristol, Reino Unido), en la revista Nature, donde se presenta el nuevo estudio global de hielos. A?ade que los glaciales son un icono, un s¨ªmbolo, del cambio clim¨¢tico y que se ha venido asumiendo su retroceso notable en el planeta en las ¨²ltimas d¨¦cadas, siempre bas¨¢ndose en esos datos parciales. De ah¨ª la importancia de la investigaci¨®n de Wahr (Universidad de Colorado en Boulder, EE UU) y sus colegas, liderados por Thomas Jacob, que ofrece datos globales.
La misi¨®n Grace, una colaboraci¨®n de EE UU y Alemania, esta formada por dos sat¨¦lites que miden las min¨²sculas variaciones del campo gravitatorio terrestre debidas a los cambios de masa (capas heladas, oc¨¦anos, acu¨ªferos y agua acumulada en el suelo) que se producen en las regiones que van sobrevolando. Con estos sat¨¦lites se hab¨ªan medido ya los glaciares perif¨¦ricos de Groenlandia y la Ant¨¢rtida, pero no se hab¨ªa hecho un estudio global.
Las grandes cordilleras asi¨¢ticas (Himalaya, Pamir, Tibet, Karakorum y Tianshan, merecen menci¨®n aparte en este estudio, porque los resultados del equipo de Jacob muestran que la p¨¦rdida de hielo all¨ª es muy inferior de lo que se hab¨ªa calculado. Esto puede ser debido, seg¨²n explican, a que las estimaciones se hac¨ªan con datos tomados en las partes bajas y accesibles de los glaciares de esas cordilleras y extrapolando los registros a todas las alturas. As¨ª el c¨¢lculo previo de casi 50.000 millones de hielo perdido al a?o se reduce, con los nuevos datos de Grace, a unos 4.000 millones de toneladas. ¡°A diferencia de los glaciares bajos, muchos de los de gran altura estar¨ªan todav¨ªa demasiado fr¨ªos para perder masa incluso a pesar del calentamiento de la atm¨®sfera¡±, apunta Wahr en un comunicado de la Universidad de Colorado en Boulder. La respuesta de los hielos de las cordilleras asi¨¢ticas al calentamiento global es de la m¨¢xima importancia a escala regional porque, como recuerda Bamber, aproximadamente 1.400 millones de personas dependen de lo r¨ªos que fluyen desde el Himalaya y el Tibet.
Los resultados del nuevo estudio tendr¨¢n implicaciones importantes en las proyecciones clim¨¢ticas futuras, pero los cient¨ªficos todav¨ªa no pueden anticipar cu¨¢les ser¨¢n las tasas de p¨¦rdida de hielo de los glaciares en los a?os venideros, es decir c¨®mo de r¨¢pido se van a ir reduciendo.
En la Tierra y en la Luna
La estrategia de la misi¨®n Grace para medir las variaciones en el campo gravitatorio terrestre que ha permitido a Jacob y sus colegas estimar la p¨¦rdida de hielo de los glaciares de la Tierra es la misma que utiliza ahora otra pareja de sat¨¦lites para hacer lo mismo, pero en la Luna. Es la misi¨®n Grail, cuyos sat¨¦lites se pusieron en ¨®rbita lunar a principios de enero y que empezar¨¢n a tomar datos dentro de poco.
En ambos casos son dos sat¨¦lites volando en t¨¢ndem uno detr¨¢s de otro en ¨®rbita relativamente baja. Los Grace, lanzados en 2002, dan 16 vueltas a la Tierra cada d¨ªa a unos 500 kil¨®metros de altura a una distancia entre ellos de 200 kil¨®metros. Unos dispositivos miden esa distancia de uno a otro con una precisi¨®n de una micra (la cent¨¦sima parte del grosor de un cabello humano). Al sobrevolar, por ejemplo, una zona donde aumenta el campo magn¨¦tico el sat¨¦lite que va delante se acelera liger¨ªsimamente, aumentando la distancia con el que va detr¨¢s. A partir de este dato los cient¨ªficos pueden calcular las variaciones de masa que sobrevuelan los artefactos.
Pero son c¨¢lculos muy complicados porque la resoluci¨®n de las observaciones es demasiado grande (unos pocos centenares de metros) para apreciar la diferencia de la se?al entre un glaciar peque?o y otro. Gracias a los datos de grandes concentraciones de masas predefinidas, en combinaci¨®n con informaci¨®n regional de humedad atmosf¨¦rica, hidrolog¨ªa y datos de modelos, Jacob y sus colegas han podido desvelar la evoluci¨®n de los glaciares de la Tierra desde 2003 y 2010.
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