Cada dos d¨ªas se recibe una queja por discriminaci¨®n a una persona con VIH
Las cuestiones laborales suponen un tercio de las consultas atendidas Las aseguradoras se niegan a contratar p¨®lizas con los afectados
Tener VIH y vivir en Espa?a no es tan f¨¢cil. Al menos eso se desprende de las consultas por discriminaci¨®n que recibe el Observatorio de Derechos Humanos de la RedVIH, una de las mayores confederaciones de asociaciones de personas afectadas de Espa?a. Desde su creaci¨®n en 2003, han atendido m¨¢s de mil consultas, y su n¨²mero no desciende. En 2011 fueron 161, frente a 168 en 2010 y 137 en 2009. Ello supone que pr¨¢cticamente cada dos d¨ªas el observatorio recibe una denuncia.
La discriminaci¨®n en el puesto de trabajo (o antes de conseguir uno) es la primera causa. Si se toma la media de los ¨²ltimos tres a?os, representa un 29% de las quejas. ¡°Principalmente nos hemos encontrado con situaciones de despido, violaciones de la confidencialidad, cambios en las condiciones laborales, barreras para optar a puestos de trabajo o negativas a renovar contratos¡±, indica el observatorio en su informe.
La segunda causa de consulta es, parad¨®jicamente, la atenci¨®n sanitaria. En este ¨¢mbito, ¡°los casos m¨¢s habituales han tenido que ver con tratos vejatorios o abusos de poder, ruptura de la confidencialidad o dificultades para recibir el tratamiento en comunidades aut¨®nomas distintas a las de origen en el momento de cambiar la residencia¡±, indica.
La tercera (un 11%) es la que tiene que ver con la negativa a contratar seguros. Es lo que he ha pasado a Miguel (hombre supuesto), un hombre de 37 a?os que trabaja en una consultor¨ªa en Madrid. Miguel se hab¨ªa comprado una casa y, con la hipoteca, el banco le oblig¨® a formalizar un seguro de vida y otro del hogar. Como no le convenc¨ªan las condiciones, los anul¨®, y acudi¨® a una compa?¨ªa aseguradora. No quer¨ªa quedar sin cobertura, sobre todo porque si le pasaba algo, ser¨ªan sus padres los que tendr¨ªan que asumir el pr¨¦stamo de 150.000 euros.
Pero, en medio del proceso, en 2007, recibi¨® el diagn¨®stico de que ten¨ªa VIH. Y, a partir de ah¨ª, todos sus planes se truncaron. ¡°La primera compa?¨ªa a la que fui, Santa Luc¨ªa, se neg¨® a formalizarme el seguro. Tampoco lo hizo la segunda, Mapfre. En los dos casos me dijeron que era por el VIH¡±, relata.
Miguel no lo entiende. Tiene el mismo trabajo que antes, y su estado de salud es normal. Pero el colmo de lo absurdo fue que cuando volvi¨® a su banco, este le neg¨® el seguro que le hab¨ªa obligado a suscribir con anterioridad. ¡°No quise mentir, y esa parece ser la ¨²nica manera de conseguirlo¡±, dice.
Miguel no ha conseguido un seguro de vida ni de accidentes
Pero no solo le negaron un seguro de vida. Con la idea de proteger en la medida de lo posible a sus padres, intent¨® suscribir un seguro de accidentes. La negativa fue la misma. Por lo menos, el banco no ha revisado su hipoteca, comenta.
Estos tres motivos (laboral, sanitario y seguros) son tradicionalmente los primeros en la lista de reclamaciones del observatorio. Otros temas son los que tienen que ver con vivienda, criminalizaci¨®n de la transmisi¨®n (incluye la persecuci¨®n legal) o problemas con servicios sociales, como la negativa a ser admitidos en residencias. Lo que no se sabe es cu¨¢ntos m¨¢s casos puede haber, ya que este organismo tiene una capacidad y una proyecci¨®n limitada.
La discriminaci¨®n de las personas con VIH ya fue estudiada por el Plan Nacional para el Sida en 2005, en un estudio del que se encarg¨® a la Cruz Roja. Las conclusiones fueron en l¨ªnea con los datos del observatorio. Entonces se mencion¨® la posibilidad de negociar con bancos y aseguradoras para que eliminaran la infecci¨®n entre las exclusiones para obtener un seguro, pero, por lo visto, no se ha hecho (o no se ha conseguido).
El plan ha trabajado durante el anterior Gobierno en un proyecto contra la discriminaci¨®n, que precisamente tiene como objetivo principal su firma por organizaciones de empresarios y sindicatos. El documento ¨Ccon el que colabor¨® EL PA?S- qued¨® listo, e incluso se ha presentado a organizaciones internacionales. Ahora falta que el nuevo Gobierno nombre a un responsable del plan y saber si va a continuar con su desarrollo.
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