Irse a Laponia s¨ª, pero por un empleo digno
En tiempos de crisis, el parado est¨¢ m¨¢s dispuesto a la movilidad geogr¨¢fica La hipoteca y las relaciones familiares frenan los desplazamientos La inmigraci¨®n ha aportado flexibilidad
La idea de unos parados acomodadizos que prefieren agotar la prestaci¨®n a moverse de su ciudad est¨¢ muy extendida, pero esta crisis la est¨¢ cambiando. Pese a que la patronal parece insistir en ese clich¨¦ ¡ªel lunes pasado por medio de Jos¨¦ Luis Feito, directivo de la CEOE y su relato de que los n¨®rdicos aceptan cualquier empleo ¡°como si es en Laponia¡±, y despu¨¦s mediante su presidente, Joan Rosell, enunciando en una entrevista que los desempleados encuentran ¡°milagrosamente¡± trabajo cuando est¨¢ a punto de acabarse el subsidio¡ª, la idea generalizada entre los expertos consultados es que en un escenario de recesi¨®n como el actual el problema no es de incentivos ni de movilidad, el drama es sencillamente que no hay trabajo. Espa?a ofrece una movilidad laboral en la l¨ªnea de la media europea, aunque lejos de modelos m¨¢s din¨¢micos como el de Estados Unidos. La apuesta por la propiedad de la vivienda, en vez del alquiler, el apego a la tierra natal y unos lazos familiares estrechos constituyen un freno a la disposici¨®n del parado a desplazarse all¨ª donde est¨¦ el empleo.
Para refutar esta teor¨ªa abanderada por algunos empresarios, Fernando Vald¨¦s Dal-Re, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo de la Universidad Complutense, tira de datos: ¡°La prestaci¨®n cubre aproximadamente a un 62% de los parados. De estos, un 40% percibe una prestaci¨®n asistencial, de alrededor de 400 euros. Entre los dem¨¢s, la media es de unos 850 euros mensuales. Decir que esto hace que no busquen empleo es ignorar la realidad¡±.
Hay algunos estudios (como Incentivos y Desincentivos a la b¨²squeda de empleo, Consejo Econ¨®mico y Social, 2002) que sostienen lo contrario: que las prestaciones por desempleo mejoran la b¨²squeda de trabajo, no tan solo inicialmente sino a lo largo del proceso de desempleo y que, adem¨¢s, permiten un aumento de la probabilidad de no caer en el des¨¢nimo, seg¨²n apunta Remedios Roqueta Buj, catedr¨¢tica de Derecho del Trabajo de la Universidad de Valencia. ¡°El problema radica no tanto en las prestaciones por desempleo, sino en las condiciones laborales y sobre todo salariales del nuevo trabajo. Si el salario es inferior a la prestaci¨®n ¡ªlo que no es improbable en el contexto actual¡ª, puede entorpecer la aceptaci¨®n de la oferta de empleo, m¨¢xime si el trabajador tiene que desplazarse. Por ello, en tales supuestos se podr¨ªan arbitrar f¨®rmulas que permitieran al trabajador compatibilizar el trabajo con un porcentaje de la prestaci¨®n¡±, argumenta. Roqueta apuesta por corregir ¡°algunas disfunciones¡± del sistema espa?ol: ¡°Por ejemplo, el subsidio por desempleo se extingue cuando el titular realiza un trabajo por cuenta ajena de duraci¨®n igual o superior a un a?o. Y, aunque al t¨¦rmino del nuevo contrato puede optar por acceder a la nueva prestaci¨®n generada por este o por reabrir el derecho a la prestaci¨®n anterior (si no estuviera agotada), en este ¨²ltimo caso perder¨¢ las nuevas cotizaciones que no surtir¨¢n ning¨²n efecto de cara a futuras prestaciones¡±, expone.
Fin de la prestaci¨®n
- Las razones para la retirada de la prestaci¨®n de desempleo en Espa?a, m¨¢s all¨¢ del fallecimiento, la jubilaci¨®n o agotar el subsidio son las siguientes:
- Cuando el beneficiario realiza un trabajo por cuenta ajena durante 12 meses o m¨¢s; o uno por cuenta propia durante 24 o m¨¢s.
- Cuando el beneficiario comete una falta muy grave por irregularidades como cobrar m¨¢s de lo debido, realizar trabajos en negro o llegar a acuerdo con el empresario.
- Cuando el beneficiario rechaza por tercera vez en un a?o una oferta de empleo adecuado o a participar en acciones de formaci¨®n. Se consideran empleos adecuados aquellos que se adecuan a las caracter¨ªsticas del trabajador y que est¨¢n a menos de 30 kil¨®metros de su lugar de residencia.
- Cuando el beneficiario comete cuatro faltas leves en un a?o, como no comparecer ante las oficinas de empleo o no renovar la demanda a tiempo.
- Cuando el beneficiario no comunica la baja al producirse situaciones de suspensi¨®n o extinci¨®n del derecho, o se dejan de reunir los requisitos para su suspensi¨®n.
Algunas de estas afirmaciones podr¨ªan ser contradictorias con que hay una ¡°evidencia emp¨ªrica universal, no solo en Espa?a que muestra que cuando se van agotando las prestaciones aumenta la salida del paro¡±, seg¨²n Florentino Felgueroso, director de la c¨¢tedra de Capital Humano de la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada. ¡°Pero es una evidencia de bonanza. Cuando las cosas van mal, cambian¡±, matiza. Adem¨¢s, en su opini¨®n, aceptar un trabajo r¨¢pidamente mientras se cobra el desempleo puede ser contraproducente. ¡°Si aprovechas ese periodo para reciclarte o para buscar buenos empleos, el trabajo que consigas va a ser mejor, durar¨¢ m¨¢s. Lo contrario puede llevar a puestos precarios que deriven de nuevo en el paro¡±. Cree que lo m¨¢s adecuado es una retribuci¨®n decreciente que incentive al trabajador a buscar trabajo con cada vez m¨¢s ah¨ªnco, algo que de alguna forma ya sucede en Espa?a.
Felgueroso tambi¨¦n asegura que hay ¡°evidencia emp¨ªrica de que cuando se agotan las prestaciones aumenta la movilidad laboral en Espa?a¡±. ¡°Seg¨²n estudios cient¨ªficos rigurosos, se multiplica por nueve la posibilidad de moverse. Evidentemente, lo que indican es que cuando te acercas al agotamiento barajas m¨¢s posibilidades¡±, a?ade.
En Espa?a, uno de los problemas cl¨¢sicos que los expertos han apuntado en el sistema laboral ha sido la baja movilidad. Hay varios factores para que esto suceda. Uno lo apunta Vald¨¦s Dal-Re: ¡°La mentalidad siempre ha sido de permanecer en el entorno cercano y, si es posible, hacer toda la vida en el mismo¡±. Y otro tiene que ver con la vivienda. Antonio Mart¨ªn, doctor de Sociolog¨ªa del Trabajo de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona explica que las hipotecas atan a miles de trabajadores a su ciudad. ¡°Esto ha sido fundamental para el desarrollo econ¨®mico, que se ha basado en un keynesianismo privado. No podemos pedir las dos cosas: hipotecas y movilidad interprovincial. Es una contradicci¨®n de nuestro modelo de crecimiento¡±, se?ala. A pesar de todo, sostiene que en Espa?a la movilidad dentro del pa¨ªs no est¨¢ muy lejos de los pa¨ªses del entorno. Es de un 10% de los trabajadores. En las ¨¦pocas en las que ha hecho falta trasvase de empleados de unas regiones a otras se ha paliado sobradamente con inmigrantes, cuya tasa de movilidad es cercana al 30%, ya que suelen tener menos arraigo familiar y no es tan frecuente que tengan hipotecas.
El subsidio es ¨²til para conseguir un puesto acorde con la preparaci¨®n
Ahora se considera un puesto de trabajo adecuado (de los que no se pueden rechazar m¨¢s de dos veces para mantener la prestaci¨®n) el que est¨¢ a menos de 30 kil¨®metros de la localidad de residencia. Una soluci¨®n que propone la catedr¨¢tica Roqueta es aumentar esta distancia. ¡°Pero hacerlo con car¨¢cter general puede ser contraproducente, pues existen personas con cargas familiares o que no cuentan con medios de transporte para el desplazamiento. Adem¨¢s, imponer la aceptaci¨®n de una oferta de empleo que exija un cambio de domicilio con independencia de la cuant¨ªa de la prestaci¨®n a que tenga derecho el trabajador y por un salario bajo el que se ha se?alado no parece justo. La soluci¨®n a estos casos pasar¨ªa por permitir compatibilizar el trabajo y percibir un porcentaje de la prestaci¨®n¡±, matiza.
Resulta arriesgado, adem¨¢s, comparar la movilidad de Espa?a con las de pa¨ªses que no tienen nada que ver en cuanto a estructura econ¨®mica y extensi¨®n. ¡°Se habla mucho de Dinamarca, pero all¨ª se puede ir en bicicleta de una ciudad a otra¡±, ironiza Arturo Bronstein, secretario general de la Sociedad Internacional de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Cuando habla de crear empleo se muestra desconfiado con recetas ideales y con dogmas. ¡°Muchas posturas tienen m¨¢s de ideol¨®gico que otra cosa. Hay muy poco demostrado cient¨ªficamente, lo ¨²nico que se sabe es que cuando crece la actividad econ¨®mica, se crea empleo¡±, asegura. Por eso no conf¨ªa en enfatizar mucho en teor¨ªas sobre las prestaciones ¡ª¡°yo creo que un subsidio alto puede desincentivar la b¨²squeda de empleo, pero es una opini¨®n, no est¨¢ demostrado¡±¡ª o la movilidad laboral: ¡°La flexibilidad para que los trabajadores se desplacen puede ser importante, pero tampoco es f¨¢cil porque en la mayor¨ªa de familias hay dos personas que trabajan y si quiere seguir unida, no le sale a cuenta renunciar a un sueldo para cambiar de ciudad¡±.
A pesar de todo, la mayor¨ªa de los parados parecen dispuestos a mudarse si le ofrecen un trabajo. Seg¨²n una encuesta de la empresa de ocupaci¨®n Ranstad de 2011, un 68% de los desempleados espa?oles cambiar¨ªan de ciudad. Los j¨®venes de entre 25 y 34 a?os son los m¨¢s dispuestos a hacerlo para conseguir un empleo (70%). En el lado opuesto est¨¢n los que tienen entre 45 y 65 a?os (39%). Los universitarios son los m¨¢s dispuestos a mudarse (71%), seguidos por quienes han cursado bachillerato (70,5%), mientras que las personas sin estudios contestan afirmativamente a esta respuesta solo en un 57%.
Si hay fraude, tambi¨¦n hay que mirar a los empresarios
Esta tendencia a moverse cada vez m¨¢s la ha notado Francisco Vega, t¨¦cnico en la direcci¨®n del Servicio Canario de Empleo, la comunidad aut¨®noma con m¨¢s paro de Espa?a. ¡°Si a un desempleado le ofreces una buena oferta, la acepta donde sea, incluso en las islas, con el problema a?adido que tienen. Lo que no aceptan es un trabajo que no le va a compensar: si le das un sueldo con el que no se va a poder pagar el nuevo alquiler o los desplazamientos, si son empleos de una duraci¨®n muy limitada, considera que no tiene sentido cogerlo y permanece con la prestaci¨®n¡±, cuenta.
En esto mismo incide Paloma L¨®pez, secretaria confederal de Empleo y Migraciones de Comisiones Obreras: ¡°El 60% de los espa?oles que trabajan tienen salarios mileuristas, con sueldos as¨ª es dif¨ªcil afrontar el traslado de una familia. En otros pa¨ªses existen incentivos y ayudas a la movilidad que aqu¨ª no tenemos¡±.
Adem¨¢s de todos estos factores, lo razonable en opini¨®n de los expertos consultados es que el trabajador rechace puestos de trabajo que no se adecuen a su formaci¨®n. ¡°Lo contrario es la expresi¨®n m¨¢s rancia del ultraliberalismo y va contra la dignidad del trabajador¡±, dice Toni Ferrer, secretario de acci¨®n sindical de UGT. Este peri¨®dico ha solicitado repetidamente la postura de la patronal, m¨¢s all¨¢ de las declaraciones p¨²blicas de sus dirigentes, pero la petici¨®n no ha sido atendida.
Si alguien tiene una carga familiar es dif¨ªcil que rechace un trabajo"
Jes¨²s Cruz Villal¨®n, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla tambi¨¦n cree que el parado tiene que intentar conseguir un puesto acorde a su franja profesional. ¡°Diferente es que se convierta en parado de larga duraci¨®n; entonces s¨ª se le obliga a aceptar cualquier tipo de empleo. Pero eso es lo que ya hace la legislaci¨®n actual. No entiendo que la prestaci¨®n acomode al trabajador; puede haber casos excepcionales, pero la regla est¨¢ para la generalidad, no para la excepci¨®n. En ¨¦poca de bonanza pueden ser algo diferente, pero no mucho. Si la persona tiene cargas familiares, no suele ser tan irresponsable para no aceptar un puesto de trabajo¡±. Cruz Villal¨®n cree que si lo que preocupa es el despilfarro por la econom¨ªa sumergida y los fraudes que se pueden cometer con las prestaciones de desempleo, m¨¢s que al trabajador hay que mirar al empresario, que es muchas veces el que prefiere pagar en negro a empleados que ya cobran el paro.
A cuatro horas de casa... seg¨²n el pa¨ªs
Si en algo no sobresale Espa?a en legislaci¨®n laboral, ni por arriba ni por abajo, es en las condiciones que exige para mantener la prestaci¨®n por desempleo. La severidad con la que se suspenden estos ingresos a los parados por rechazar trabajos, no moverse de ciudad o desestimar cursos de formaci¨®n est¨¢ en la media de los 36 pa¨ªses que forman la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE). As¨ª lo muestra un estudio publicado hace apenas un mes por este organismo titulado Requisitos para la prestaci¨®n por desempleo, indicadores cuantitativos para pa¨ªses de la OCDE y de la Uni¨®n Europea.
En Australia, Dinamarca, Alemania, Hungr¨ªa Irlanda, Jap¨®n, Nueva Zelanda, Noruega y Polonia quienes perciben retribuciones tienen que aceptar ¡°cualquier trabajo que sean capaces de hacer, independientemente de su ocupaci¨®n previa¡± para no ser sancionados. En el otro lado del espectro se sit¨²an Grecia, Lituania, Ruman¨ªa y los mayores de 50 a?os en B¨¦lgica, que pueden rechazar trabajos en sus ¨¢reas de ocupaci¨®n indefinidamente sin sanciones.
En cuanto a la movilidad geogr¨¢fica, en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE hay un l¨ªmite de kil¨®metros en los que el beneficiario de la prestaci¨®n est¨¢ obligado a aceptar el puesto de trabajo. En Ruman¨ªa y Eslovaquia, los parados con prestaci¨®n tienen que aceptar mudarse, pero gozan de facilidades para la recolocaci¨®n y subsidios especiales para hacerlo. En Noruega, aunque en principio tienen que desplazarse, pueden evitarlo si alegan razones v¨¢lidas, como las circunstancias familiares. La mayor¨ªa de los dem¨¢s pa¨ªses consideran dentro de las ofertas que un desempleado podr¨ªa coger aquellas que requieran entre dos y cuatro horas de desplazamiento de su lugar de residencia. Estos criterios son acortados para personas con cargas familiares en algunos pa¨ªses, como Hungr¨ªa, Lituania o Portugal.
El estudio de la OCDE hace una media de todos los criterios anteriores, adem¨¢s del de la disponibilidad para aceptar trabajos durante cursos de formaci¨®n. Espa?a ocupa un puesto central, no est¨¢ ni entre los m¨¢s estrictos a la hora de retirar la prestaci¨®n ¡ªgrupo encabezado por Noruega, Alemania y Dinamarca¡ª ni entre los m¨¢s laxos ¡ªentre los que destacan Corea, B¨¦lgica y Estados Unidos¡ª.
Tambi¨¦n se mantiene en la parte central de la clasificaci¨®n si se tienen en cuenta las sanciones por rechazar trabajos o cursillos de formaci¨®n repetidamente. Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal, Ruman¨ªa, Eslovaquia, Eslovenia, Turqu¨ªa y Estados Unidos suspenden las ayudas por un primer rechazo de trabajo. Otros, como Dinamarca, Estonia, Alemania Jap¨®n y Corea lo hacen durante un periodo de un mes o menos tiempo. Muchos pa¨ªses tienen sanciones que van creciendo a medida que el trabajador va rechazando ofertas de trabajo o cursillos de formaci¨®n sin buenas razones para ello. B¨¦lgica, Dinamarca, Estonia y Finlandia suspenden la prestaci¨®n completamente tras el segundo rechazo. Suecia, junto con Espa?a, lo hace al tercero.
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