Un pueblo de Tarragona alquilar¨¢ terrenos para cultivar cannabis
El consistorio tiene previsto aprobar hoy la cesi¨®n para que les saque de la crisis
Rasquera, un pueblo agr¨ªcola de Tarragona de apenas 900 habitantes, ha visto en el cultivo de cannabis una salida a la crisis. El Ayuntamiento votar¨¢ hoy en el pleno municipal si alquila terrenos a una asociaci¨®n de autoconsumo de marihuana para que tengan sus plantas. Es la pol¨¦mica forma que han encontrado para intentar paliar una deuda municipal de 1,3 millones de euros, crear puestos de trabajo y conseguir ingresos.
El alcalde, Bernat Pellisa, de Esquerra Republicana, lleva ocho meses negociando con la Asociaci¨®n Barcelonesa Cann¨¢bica de Autoconsumo (ABCDA), un club con fines l¨²dico-terap¨¦uticos, formada por 5.000 socios. Pero no est¨¢ solo: la oposici¨®n le apoya, seg¨²n ha explicado ¨¦l mismo. Por eso espera superar sin problemas la votaci¨®n hoy en pleno. El terreno pertenece a un particular, que se lo ceder¨¢ al Ayuntamiento, que a su vez crear¨¢ un ente p¨²blico que se har¨¢ cargo de la plantaci¨®n. Una suerte de banco de terrenos.
¡°Es un plan anticrisis, nos permitir¨¢ poder seguir ofreciendo servicios municipales, como el reciclaje, que se ha tenido que suspender¡±, explica Pellisa. Fue ¨¦l mismo quien se puso en contacto con la ABCDA. En principio, la entidad pagar¨¢ 36.000 euros por la firma del convenio y despu¨¦s se ha comprometido a abonar 550.000 euros anuales por el alquiler de los campos y sufragar los gastos jur¨ªdicos y de seguridad del proyecto. Ayer se reunieron con abogados y un representante de la Generalitat. Pero todav¨ªa no han decidido cu¨¢ntos metros tendr¨¢ la plantaci¨®n.
¡°Es un plan para seguir ofreciendo servicios¡±, defiende el alcalde
¡°Todo el mundo nos mira con recelo, pero crearemos una empresa p¨²blica destinada a la investigaci¨®n del cannabis, y despu¨¦s se determinar¨¢ qu¨¦ cantidad de marihuana ser¨¢ para los socios¡±, dice el alcalde. Asegura que se est¨¢n llevando a cabo proyectos similares en otras partes de Espa?a, y que todos los estatutos est¨¢n revisados por la fiscal¨ªa.
Seg¨²n los primeros c¨¢lculos, el cultivo de marihuana crear¨¢ en Rasquera alrededor de 50 puestos de trabajo directos e indirectos. ¡°La poblaci¨®n est¨¢ muy envejecida, queremos frenar la fuga de vecinos y dar trabajo a la gente joven¡±, afirma Pellisa. Pero, en el proyecto, seg¨²n el alcalde, hay un trasfondo mayor: ¡°Servir¨¢ para medir la hipocres¨ªa de la sociedad, los ni?os de 14 a?os ya acceden a las drogas, mientras que si se legalizase el consumo racional de cannabis para los mayores de 21, las mafias dejar¨ªan de lucrarse y se podr¨ªan investigar los beneficios terap¨¦uticos que genera esta industria, adem¨¢s de revertir en la Seguridad Social¡±.
El departamento de Interior catal¨¢n guarda silencio, a la espera de que le llegue formalmente la propuesta. Pero el encaje de la plantaci¨®n choca con el art¨ªculo 368 del C¨®digo Penal, que proh¨ªbe el cultivo, la elaboraci¨®n o el tr¨¢fico de drogas. ¡°Es complicado. Jur¨ªdicamente, con el C¨®digo Penal en la mano, ser¨ªa dif¨ªcil¡±, asegura el letrado penalista Javier Rodrig¨¢lvarez. Aunque deja una puerta abierta: ¡°Si se puede demostrar que cada una de las parcelas es individualizada para el autoconsumo...¡±. Aun as¨ª, conllevar¨ªa una gesti¨®n compleja: ¡°?Qui¨¦n manipular¨ªa y sacar¨ªa la marihuana? ?Qui¨¦n la cultivar¨ªa?¡±.
La asociaci¨®n prev¨¦
pagar 550.000 euros
anuales al municipio
Por no mencionar el precedente que puede suponer. ¡°Aquellos con intereses de otra ¨ªndole podr¨ªan intentar constituirse como una asociaci¨®n para hacer lo mismo¡±, augura el letrado. E incluso podr¨ªa tener eco internacional y que Espa?a fuese un foco de atracci¨®n.
Las asociaciones cann¨¢bicas lo ven con buenos ojos. ¡°Habr¨¢ que estudiar bien el convenio, requerir¨¢ un protocolo de actuaci¨®n que tenga en cuenta a la polic¨ªa, a salud y a justicia, pero es muy positivo¡±, defiende el vicepresidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Cann¨¢bicas (FAC), Iker Val. Aunque aseguran que esa no es su v¨ªa, porque se basa en asociaciones demasiado grandes (ABCDA no forma parte de la FAC).
Adem¨¢s, son conscientes de los problemas derivados del limbo legal en el que se encuentran las asociaciones de consumo cann¨¢bico. ¡°La jurisprudencia del Supremo sobre cultivo y consumo compartido se refiere a consumo de ciertas personas y cerrado. La fiscal¨ªa en el Pa¨ªs Vasco [donde m¨¢s avanzado est¨¢ el debate] nos dice que en un c¨ªrculo cerrado no caben lecturas de 4.000 socios¡±, explica Aitor Bri¨®n, letrado de la federaci¨®n. Y a?ade: "Alquilar el terreno no tiene problema. ?Pero en base a qu¨¦ previsi¨®n de cultivo se va a trabajar? ?Qui¨¦nes ser¨¢n los empleados? Interpretando la jurisprudencia a pie juntillas tienen que ser socios y ha de haber una previsi¨®n¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.