Los puntos calientes de la biodiversidad
Identificar las especies y ambientes m¨¢s valiosos es vital para evitar su destrucci¨®n
Una de las ¨²ltimas aportaciones a la hora de catalogar lugares de biodiversidad de primera y, por lo tanto, dignos de invertir los m¨¢ximos esfuerzos en su protecci¨®n provino de un estudio de investigadores de las universidades Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico y de Stanford (California, Estados Unidos). Publicado en junio del pasado a?o en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, expon¨ªa las veinte ¨¢reas marinas claves para la protecci¨®n de los mam¨ªferos marinos. El trabajo ten¨ªa un valor especial porque los listados de puntos calientes (se suele utilizar mucho el t¨¦rmino ingl¨¦s hotspots) de la biodiversidad tienden a centrarse m¨¢s en ecosistemas terrestres.
De las 20 zonas detectadas, nueve las catalogan como cruciales porque afectan al 84% de todas las especies de mam¨ªferos marinos. Son las costas de Baja California, el extremo este de Norteam¨¦rica, Per¨², Argentina, noroeste de ?frica (islas Canarias incluidas), Sud¨¢frica, Jap¨®n, Australia y Nueva Zelanda. ¡°Un enfoque visual hacia d¨®nde se encuentra la riqueza, d¨®nde est¨¢n las especies en peligro de extinci¨®n y cu¨¢les son los corredores necesarios para proteger a todas las especies supone un buen comienzo para centrar esfuerzos¡±. Sandra Pompa, ec¨®loga del Instituto de Ecolog¨ªa de la universidad mexicana, resume el objetivo de esta investigaci¨®n, que se puede aplicar al resto de iniciativas.
Estos listados no tienen sentido sino se tienen en cuenta para dise?ar las pol¨ªticas de protecci¨®n y conservaci¨®n
De poco sirve que una ONG o una entidad cient¨ªfica elabore un ranking de los enclaves naturales m¨¢s sobresalientes de la Tierra y en grave riesgo de perder sus valores, si no sirve para que se tengan en cuenta en las pol¨ªticas de protecci¨®n y conservaci¨®n. A principios del a?o 2000, el profesor y ambientalista ingl¨¦s Norman Myers, considerado el creador e impulsor del t¨¦rmino hotspot, public¨® la lista de los primeros 25, gracias a la colaboraci¨®n entre la ONG Conservation International (CI) y un equipo de la Universidad de Oxford. Myers consider¨® imprescindible que, adem¨¢s de conocer el nombre de las zonas elegidas, se hablara de seguimiento, investigaci¨®n e inversi¨®n. Esta ¨²ltima se calcul¨® en 20 millones de d¨®lares por a?o y hotspot, unos 5.000 millones en total hasta hoy, pero, seg¨²n CI, en los ¨²ltimos 15 a?os solo se han gestionado 750 millones en las ¨¢reas se?aladas.
Aunque desde 2008 no se revisa la lista, los 25 puntos calientes son ahora 34 y en ellos habitan m¨¢s del 50% de las plantas y del 42% de los vertebrados terrestres. Aqu¨ª tambi¨¦n hay representaci¨®n espa?ola, ya que la cuenca mediterr¨¢nea es uno de los 34, aunque las que dominan son las ¨¢reas tropicales. No obstante, conviene hacer justicia y mencionar a BirdLife International, que desde 1979 lleva identificadas m¨¢s de 11.000 ¨¢reas importantes para las aves (IBA, en sus siglas en ingl¨¦s) en 200 pa¨ªses, 450 de ellas en Espa?a. En este caso, como en el de los mam¨ªferos marinos, se escoge un grupo de especies representativo de los puntos calientes con el objetivo de alcanzar una protecci¨®n integral de estos.
En los 34 puntos calientes habitan m¨¢s del 50% de las plantas y del 42% de los vertebrados terrestres
Otra iniciativa de cariz m¨¢s global es la emprendida por Alliance for Zero Extinction (AZE), un proyecto que cuenta con el apoyo de 75 ONG e identifica lugares estrat¨¦gicos que sirven como ¨²ltimo refugio de, al menos, una especie considerada ¡°en peligro¡± o ¡°en peligro cr¨ªtico de extinci¨®n¡±, seg¨²n la catalogaci¨®n de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (UICN). La lista re¨²ne 587 lugares que muestran la manera m¨¢s efectiva de proteger y conservar los h¨¢bitats de 920 especies, entre las que se incluyen tambi¨¦n con¨ªferas y arrecifes de coral. Aqu¨ª domina igualmente la franja tropical, y solo aparece un ¨¢rea espa?ola, el Parque Natural del Montseny, en Barcelona, asociado al trit¨®n del Montseny, catalogado en peligro de extinci¨®n en Espa?a.
Ninguno de los listados es perfecto. Incluso aquellos que se pretenden m¨¢s globales, especialmente en cuanto a las especies que abarcan, dejan fuera a peces e invertebrados, ambos con una funci¨®n trascendental en los ecosistemas donde se mueven. Sin embargo, todos sirven para su cometido principal: detectar y se?alar los focos calientes de la biodiversidad. Quiz¨¢, el paradigma de la relaci¨®n entre los lugares enlistados y la aplicaci¨®n de pol¨ªticas de protecci¨®n sea la red Natura 2000 europea. Seg¨²n la ¨²ltima revisi¨®n publicada, la red suma 26.106 lugares (entre zonas de especial protecci¨®n para las aves y lugares de inter¨¦s comunitario) demarcados por los 27 Estados miembros por su relevancia para especies prioritarias en el continente. Alcanzar una interacci¨®n sostenible entre las personas y la naturaleza en estos lugares supondr¨¢ una piedra de toque esencial para conocer el verdadero alcance de las listas de puntos calientes para la biodiversidad.
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