Vistas (al cambio global) desde Sierra Nevada
El disfrute del paisaje que ofrece esta cordillera va m¨¢s all¨¢ del placer est¨¦tico. Esta cordillera se ha convertido en observatorio cient¨ªfico privilegiado y ¨²nico en Espa?a para detectar las variables del cambio global
Desde las cumbres y laderas de Sierra Nevada es posible medir alguno de los ¨ªndices m¨¢s claros del cambio global y traducirlos casi de inmediato en medidas concretas para evitar el deterioro de la mayor reserva de biodiversidad del Mediterr¨¢neo espa?ol. Es el objetivo del Observatorio de Cambio Global de Sierra Nevada. Est¨¢ en juego no solo la supervivencia de su impresionante variedad biol¨®gica (m¨¢s de 2.100 especies vegetales, 200 de vertebrados y un n¨²mero a¨²n por precisar de invertebrados), sino sobre todo el buen funcionamiento de los ecosistemas, que suministran servicios como suelo f¨¦rtil, agua para cultivos y -que no se olvide- disfrute esc¨¦nico.
Un sistema de monta?a es una realidad ecol¨®gica muy compleja
Para protegerlos, los cient¨ªficos echan mano de su pericia y de la ¨²ltima tecnolog¨ªa de medici¨®n de la ¡°vitalidad¡± de Sierra Nevada. Y es que un sistema de monta?a es una realidad ecol¨®gica muy compleja, pero precisamente por ese motivo resulta muy jugoso a los expertos en cambio global. Las variables son tantas y tan diversas (se miden unas cien, como la pluviosidad, la temperatura del suelo o la evaporaci¨®n) que en su conjunto aportan indicios claros de c¨®mo el cambio global ocurre tambi¨¦n a escala local. En palabras del catedr¨¢tico de ecolog¨ªa de la Universidad de Granada Regino Zamora, que trabaja como coordinador cient¨ªfico del Observatorio, ¡°en las monta?as se concentran las condiciones ambientales que, en otros entornos, solo se expresan en superficies muy extensas¡±.
?Cient¨ªficos "de bota" y "de bata"
El trabajo de seguimiento de sus casi 80 cient¨ªficos y t¨¦cnicos, tanto de los "de bota" (los que trabajan en el terreno) como los "de bata" (los que analizan los resultados en el laboratorio), se basa en estar alerta a esas variables, desde las enfermedades de la fauna al adelantamiento de la floraci¨®n, pasando por el incremento de las plagas y los incendios. La introducci¨®n de especies invasoras y la p¨¦rdida de biodiversidad son otros indicadores interesantes.
Adem¨¢s, est¨¢n muy atentos a los cambios en la extensi¨®n y duraci¨®n de la cubierta de nieve mediante estaciones meteorol¨®gicas y datos de sat¨¦lites, y a las condiciones clim¨¢ticas de Sierra Nevada, que cuenta con m¨¢s de 40 estaciones meteorol¨®gicas en su per¨ªmetro. Y no se olvidan de los elementos que m¨¢s directamente tienen que ver con la actividad de los hombres, como la expansi¨®n de las ¨¢reas ¨®ptimas de cultivo o la evoluci¨®n en los usos ganaderos y forestales.
Las especies invasoras y la p¨¦rdida de biodiversidad son buenos indicadores
Para entender este modelo de trabajo hay que pensar en un "ciclo de la vida" que re¨²ne a cient¨ªficos y gestores. Los cient¨ªficos recogen los datos sobre el terreno y los interpretan. As¨ª crean mapas clim¨¢ticos de alta resoluci¨®n o hacen inventario de la biodiversidad, y luego ¡°pasan el bal¨®n¡± a los gestores, para que tomen medidas en consecuencia. El resultado de estas medidas de gesti¨®n es evaluado por cient¨ªficos y gestores a posteriori y sirve para definir los problemas y plantear nuevos objetivos, que derivan en nuevos enfoques cient¨ªficos.
Un caso concreto: la restauraci¨®n del bosque cuando ocurre un incendio forestal. ?C¨®mo mejorar la eficacia de la restauraci¨®n forestal despu¨¦s de un incendio? Aprovechado la capacidad de recolonizaci¨®n natural de algunas especies. Lo explica Regino Zamora: ¡°En vez de repoblar de forma homog¨¦nea con s¨®lo especies de ¨¢rboles, que es la t¨ªpica repoblaci¨®n uniforme, utilizamos adem¨¢s arbustos¡±. Estas especies se distribuyen de manera muy heterog¨¦nea en lo que se denominan ¡°islas de vegetaci¨®n¡±. Para la creaci¨®n de esos n¨²cleos se eligen especies de matorral que crezcan muy r¨¢pido para generar en poco tiempo cobertura vegetal y que florezcan y fructifiquen (preferiblemente de frutos carnosos) lo antes posible. De este modo la fauna los diseminar¨¢ por la zona quemada m¨¢s pr¨®xima.
En otros casos, los datos cient¨ªficos desmontan la utilidad de medidas de conservaci¨®n tradicionales. La mayor parte de la inversi¨®n para reducir el impacto de la procesionaria sobre los pinares se dedica a fumigar con qu¨ªmicos que inhiben el crecimiento de las larvas de todo tipo de insectos. Tras analizar el grado de infecci¨®n de todos los pinares de Andaluc¨ªa, han comprobado que la fumigaci¨®n no tiene el efecto letal sobre la plaga que se deseaba.
El cambio global a escala local
?Se ha hecho notar ya el cambio global en Sierra Nevada? O, mejor dicho, ?puede confirmarse? En el an¨¢lisis de este fen¨®meno hay que estar alerta a largas series temporales de datos que permitan fijar tendencias generales y discriminar los acontecimientos puntuales. El observatorio a¨²n est¨¢ poniendo en marcha algunas metodolog¨ªas, pero ya ha obtenido resultados llamativos. Eso s¨ª, para que algunos sean s¨®lidos tendr¨¢ que transcurrir m¨¢s tiempo (y obtener a¨²n m¨¢s datos):
-La cubierta de nieve se va reduciendo de manera patente, sobre todo en las cotas m¨¢s altas. Se retrasa el inicio de las primeras nieves y se adelanta la fecha del deshielo. Tambi¨¦n aumentan las temperaturas m¨¢ximas y m¨ªnimas, aunque los cambios son a¨²n d¨¦biles.
-Han ocurrido cambios muy importantes en los usos del suelo y la cubierta vegetal en los ¨²ltimos 60 a?os. Por ejemplo, se ha observado un aumento de la superficie ocupada por otros bosques naturales (encinares y robledales), que los cient¨ªficos atribuyen al abandono de la ganader¨ªa y la agricultura extensivas. ¡°En algunas ocasiones, hemos observado un desplazamiento en altura del l¨ªmite del ¨¢rbol, probablemente provocado por una combinaci¨®n de cambio clim¨¢tico y abandono de usos tradicionales, que frenaban el desarrollo del bosque. Estos cambios en el funcionamiento del bosque implican que es necesario redise?ar las pol¨ªticas de gesti¨®n de dichas forestas para adaptarse al cambio global¡±, apunta Regino Zamora.
-Se ha analizado el ¨ªndice de bienestar de la poblaci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Hemos observado c¨®mo el hecho de que Sierra Nevada sea un espacio protegido ha amortiguado el descenso del bienestar de la poblaci¨®n desde finales de los a?os ochenta del siglo pasado. Es decir, el bienestar se ha reducido menos en los municipios que hay dentro del espacio protegido que en los que est¨¢n fuera¡±, explica Zamora.
Para llegar a estos resultados, los cient¨ªficos y t¨¦cnicos han creado un complejo sistema de informaci¨®n. ¡°Se trata de una herramienta que nos permite gestionar de manera coherente y homog¨¦nea toda la gran cantidad de datos que se generan en virtud de m¨¢s de 40 metodolog¨ªas diferentes. El sistema de informaci¨®n nos permite gestionar y consultar todos estos datos. Tambi¨¦n es capaz de sintetizar y agregar los datos en bruto para obtener indicadores de estado de los ecosistemas¡±, indica el catedr¨¢tico de ecolog¨ªa. La tecnolog¨ªa va de la mano de las casi 80 personas que colaboran directa o indirectamente con el proyecto: ¡°Contamos con una wiki dentro de este sistema de informaci¨®n que recoge centenares de art¨ªculos diferentes sobre las metodolog¨ªas de seguimiento y los resultados que obtenemos¡±.
Un modelo muy imitado, pero con una financiaci¨®n incierta
El modelo de Sierra Nevada, iniciado en 2006, ha inspirado la red de Observatorios de seguimiento del cambio global de Andaluc¨ªa, en la que se incluyen espacios con gran trayectoria en el seguimiento como Do?ana y otros de reciente creaci¨®n (zonas ¨¢ridas de Andaluc¨ªa, medio litoral y monte mediterr¨¢neo). Por otro lado, el programa de seguimiento de los efectos del cambio global en los Parques Nacionales de Espa?a tambi¨¦n ha asumido alguna de las ideas b¨¢sicas.
Del proyecto forman parte la Consejer¨ªa de Medio Ambiente de la Junta de Andaluc¨ªa -principal financiador-, la Agencia de Medio Ambiente de Andaluc¨ªa -sus t¨¦cnicos se ocupan de la toma de datos sobre el terreno- y el Laboratorio de Ecolog¨ªa del Centro Andaluz de Medio Ambiente, que coordina la parte cient¨ªfica. Cuenta con un presupuesto cercano a los 500.000 euros anuales, que ser¨ªa mayor si no fuera por la participaci¨®n de personal p¨²blico, los agentes de medio ambiente.
Sin embargo, el Observatorio no es ajeno al actual panorama de crisis econ¨®mica de las administraciones regionales y estatales, y sigue buscando apoyos a?adidos para sus proyectos.
Aunque no todo es un problema de fondos. ¡°Es tremendamente complejo transmitir conocimiento ¨²til a los gestores cuando, en buena medida, ese conocimiento todav¨ªa no est¨¢ consolidado¡±, confiesa Regino Zamora. Adem¨¢s, los investigadores y los gestores tienen una forma muy distinta de aproximarse al cambio global. ¡°Los gestores necesitan respuestas r¨¢pidas para adoptar decisiones lo m¨¢s r¨¢pidamente posible y los cient¨ªficos demandan tiempo para realizar las investigaciones oportunas frente a un problema ambiental determinado¡±. El Observatorio de Sierra Nevada tambi¨¦n es un laboratorio para mejorar su entendimiento.
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