Esta es mi vida, pero no soy yo
Las empresas buscan f¨®rmulas para que sus empleados sean m¨¢s felices y, por tanto, m¨¢s productivos. Pero ?es posible serlo en plena crisis, mientras uno teme perder su empleo?
En las preguntas no hay direcciones prohibidas, de modo que tambi¨¦n se pueden hacer a contracorriente. Eso las vuelve m¨¢s inoportunas, pero a la vez m¨¢s visibles. Aqu¨ª y ahora, por ejemplo, y en mitad de esta ¨¦poca sombr¨ªa en la que millones de personas pierden su empleo y otras viven amedrentadas por la posibilidad de ser tambi¨¦n despedidas, ?no es el momento oportuno para apreciar lo que vale un trabajo y para volver a pensar en la necesidad de ser felices llev¨¢ndolo a cabo? Es verdad que en estos instantes tenemos todas las razones del mundo para seguir ¡°viviendo en continuo di¨¢logo con el p¨¢nico¡±, como recuerda que hemos hecho tradicionalmente el historiador Jean Felumeau en su libro El miedo en Occidente, reci¨¦n publicado por la editorial Taurus. Y tambi¨¦n es cierto que cuando las crisis queman y el Estado de derecho se tuerce, los pa¨ªses se llenan de ciudadanos dispuestos a hacer lo que sea para salir adelante. Pero eso, naturalmente, no es lo ideal. ¡°Si tu trabajo te cansa pero no te aburre, es que es el tuyo¡±, escribi¨® el psiquiatra Carlos Castilla del Pino.
Sin olvidar nunca aquella idea de Mark Twain seg¨²n la cual en este mundo existen tres tipos de enga?os, que son las mentiras, las patra?as y las encuestas, un estudio reciente de la empresa de gesti¨®n de recursos humanos Adecco deja varias pistas interesantes, aunque algunas tan contradictorias como que ocho de cada diez espa?oles se declare feliz en el trabajo pero un 44,7% asegure que cambiar¨ªa de profesi¨®n si pudiera echar el tiempo atr¨¢s. Aparte de eso, tres de cada cuatro piensan que para ser feliz en el trabajo hay que tener vocaci¨®n; el 97%, que los asalariados contentos son m¨¢s productivos y, en general, que los factores m¨¢s importantes para conseguir estarlo son el ambiente laboral, el sueldo, la realizaci¨®n personal y el horario.
El 44,7% de espa?oles cambiar¨ªa de profesi¨®n, seg¨²n datos de Adecco
Santiago V¨¢zquez, que es soci¨®logo, economista, licenciado en Ciencias Pol¨ªticas y director de Personas de la compa?¨ªa de telecomunicaciones por cable R, opina que para que las cosas mejoren lo primero que debemos hacer es cambiar de mentalidad: ¡°Por una parte, nos han ense?ado que el trabajo es una especie de condena, una cortapisa que nos impide hacer las cosas que realmente nos gustan; y, por otra, existe la idea, muy extendida, de que sentirse satisfecho es ser conformista, mientras que el esp¨ªritu cr¨ªtico es m¨¢s respetable, de modo que en cualquier empresa en la que el 90% de los operarios est¨¦n satisfechos y el 10% est¨¦ inc¨®modo por la raz¨®n que sea, este ¨²ltimo grupo ser¨¢ el que m¨¢s ruido haga, el que m¨¢s se deje notar y o¨ªr. Y, sin embargo, no hace falta esforzarse mucho para entender que si la b¨²squeda del bienestar es el motor de la vida, tambi¨¦n debe serlo en el ¨¢mbito laboral. Y eso vale siempre, incluso en circunstancias tan adversas como las que sufrimos hoy d¨ªa. El empresario que piense que por haber m¨¢s de cinco millones de personas en paro puede descuidar a su plantilla, dado que ser¨ªa tan f¨¢cil de sustituir, cometer¨¢ dos errores: el primero, olvidar que una crisis es tambi¨¦n una buena ocasi¨®n para sobreponerse a las dificultades y ganar prestigio; el segundo, no saber que los buenos resultados no se consiguen generando angustia o incertidumbre, sino confianza. ?D¨®nde juega mejor y es m¨¢s decisivo Messi: en el Barcelona, donde le animan a ser el mejor futbolista del mundo, o en la selecci¨®n argentina, donde se lo exigen?¡±.
Es un buen argumento, pero ?es tambi¨¦n un buen ejemplo? ?Los conflictos que pueda tener una figura del deporte, es decir, alguien admirado, rico y joven, son comparables a los del resto de las personas? ?Tenemos que volver a confiar en la c¨¦lebre Pir¨¢mide de Maslow, esa teor¨ªa psicol¨®gica seg¨²n la cual las necesidades de los seres humanos obedecen a una jerarqu¨ªa y se dividen en cinco niveles, situ¨¢ndose lo puramente biol¨®gico en la base y la ¡°autorrealizaci¨®n¡±, o ¡°necesidad de ser¡± (B-needs), en la cima? ¡°No se trata de estar arriba o abajo, sino en tu sitio¡±, concluye Santiago V¨¢zquez, ¡°pero es evidente que todos tenemos unas necesidades elementales, un derecho a prosperar y, a partir de ah¨ª, muchas posibilidades abiertas. Un barrendero puede ser feliz y Michael Jackson, Whitney Houston o Amy Winehouse no, como indican sus vidas turbulentas y sus muertes tr¨¢gicas. Es obvio que alguien que est¨¢ haciendo cola en una oficina del Inem no tiene nada de lo que re¨ªrse; pero tambi¨¦n que otros muchos mejorar¨ªamos si le dedic¨¢ramos menos tiempo a lamentarnos por lo que nos falta y a temer perder lo que tenemos, y m¨¢s a valorarlo en su justa medida¡±. Lo cual, en cierto sentido, nos recuerda que no hay nada m¨¢s l¨®gico que ¡°buscar la felicidad de forma intuitiva, lo mismo que los borrachos buscan su casa sabiendo que tienen una¡±, como escribi¨® Voltaire, pero tambi¨¦n que habitamos un mundo en el que la realidad contradice a la raz¨®n y la ¨²nica filosof¨ªa posible es la de los mercados.
Romper con la dicotom¨ªa
Vicente del Bosque. "Las dos mejores razones por las que uno puede estar contento con lo que hace son sentirse un privilegiado y notar que te quieren. A m¨ª eso me pas¨® de futbolista y me pasa ahora de seleccionador. Pero tambi¨¦n hubiese sido feliz de maestro, por eso estudi¨¦ Magisterio".
Eduard Punset. "La actual dicotom¨ªa entre trabajo y felicidad desaparecer¨¢ a medida que se cambien los esquemas de la revoluci¨®n industrial por estrategias menos fundamentadas en los conocimientos acad¨¦micos y m¨¢s en la creatividad".
Santiago V¨¢zquez. "Los buenos resultados no se consiguen generando angustia o incertidumbre, sino confianza. ?D¨®nde juega mejor y es m¨¢s decisivo Messi: en el Barcelona, donde le animan a ser el mejor futbolista del mundo, o en la selecci¨®n argentina, donde se lo exigen?".
Gustavo Mart¨ªn Garzo. "Habr¨ªa que recuperar la noci¨®n del trabajo gustoso, como lo llamaba Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Antes muchos amaban su oficio (...) y eran felices al entregarlo bien hecho, pero ahora vivimos unos tiempos en los que solo importa la rentabilidad".
Pero donde no alcanza la filosof¨ªa, llegan los libros de autoayuda, y por eso la b¨²squeda de un camino que lleve del trabajo a la alegr¨ªa ha dado lugar a diversas reflexiones, desde las que ofrece en sus famosos libros el psic¨®logo norteamericano Martin Seligman, a las que aporta el Dal¨¢i Lama en El arte de la felicidad en el trabajo o las que contienen otros t¨ªtulos igual de expl¨ªcitos, como La hora feliz es de 9 a 5, de Alexander Kjerulf. El primero, un best seller mundial famoso por haber creado el concepto de ¡°optimismo aprendido¡±, sostiene en obras como La aut¨¦ntica felicidad que esta ¡°se logra sabiendo identificar en qu¨¦ somos fuertes y usando esa informaci¨®n en el trabajo, con la familia y durante nuestros momentos de ocio¡±. El segundo, en conversaci¨®n con el neur¨®logo y psiquiatra Howard C. Cutler, recomienda ¡°cultivar la mente, adiestrarla para encarar las dificultades desde la serenidad e identificar las emociones destructivas para conseguir un ambiente laboral ¨®ptimo¡±. El tercero, asegura que es posible ¡°llenarnos de energ¨ªa mientras trabajamos, pas¨¢rnoslo bien, hacer una labor fant¨¢stica, disfrutar de las personas con las que compartimos la oficina, asombrar a nuestros clientes, estar orgullosos de lo que hacemos, y tener tantas ganas de que lleguen los lunes por la ma?ana como otras personas anhelan los viernes por la tarde¡±.
Kjerulf, que es dan¨¦s, presume de que los escandinavos, tradicionalmente los trabajadores m¨¢s dichosos del mundo, hayan sido capaces hasta de inventar una palabra, arbejdsgl?de ¡ªcuyas dos mitades, arbejde y gl?de significan, por supuesto, trabajo y felicidad¡ª, y afirma que la presencia obsesiva de ese t¨¦rmino en los pa¨ªses n¨®rdicos ha sido la clave del ¨¦xito de empresas como Nokia, IKEA, Carlsberg, Lego o Ericsson. Su conclusi¨®n es que cuando sube el agua suben todos los barcos, porque el hecho de que los operarios felices sean ¡°m¨¢s eficaces, m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s flexibles, se preocupen por la calidad de los productos y caigan menos en el absentismo hace que sus empresas atraigan a personas m¨¢s competentes, tengan mayores ventas y clientes m¨¢s fieles¡±. Otra investigaci¨®n, esta vez llevada a cabo por corporaci¨®n Gallup, calcul¨® hace unos a?os que la infelicidad de sus empleados le costaba a algunas de las firmas comerciales m¨¢s competentes de Estados Unidos cerca de 400.000 millones de d¨®lares anuales.
¡°El empresario que descuide al personal por el paro¡±, dice un soci¨®logo, ¡°yerra¡±
Para contener esa hemorragia, muchas compa?¨ªas que ya se hab¨ªan tomado muy en serio las t¨¢cticas del branding que el popular rey del marketing, Tom Peters, explic¨® en libros como En Busca de la excelencia, Nuevas organizaciones en tiempos de caos o El meollo del branding, donde sentenciaba que lo que singulariza a una marca comercial son sus activos intangibles y que ¡°la pasi¨®n es la materia prima de los negocios¡±, ahora empiezan tambi¨¦n a creerle cuando dice que ning¨²n negocio puede hacerse grande si no consigue ¡°establecer expectativas razonables y claras para sus empleados y garantizarles la autonom¨ªa necesaria para que puedan hacer aportaciones directas a su trabajo¡±. De forma muy gr¨¢fica, Peters sostiene que el epitafio m¨¢s triste que se puede poner sobre la tumba de cualquiera, es este: ¡°Podr¨ªa haber hecho cosas realmente fant¨¢sticas... pero su jefe no se lo permiti¨®¡±.
Los Premios E&E a la Innovaci¨®n en Recursos Humanos, que recientemente han celebrado su novena edici¨®n, dan un indicio de por d¨®nde van las cosas: DHL se llev¨® uno por fomentar la identificaci¨®n de sus trabajadores con la compa?¨ªa invit¨¢ndoles a debatir y gestionar cinco proyectos de expansi¨®n; Philips Ib¨¦rica, porque puso en marcha, en el verano de 2010, las Recognition cards, un sistema orientado a motivar a sus mejores profesionales con unos puntos que pod¨ªan canjear por diversos productos de la marca; o la propia R, donde trabaja Santiago V¨¢zquez, por haber desarrollado un modelo de felicidad en el trabajo que, entre otras cosas, ordena aumentar o reducir los incentivos variables de los jefes de cada departamento seg¨²n el clima laboral que logren establecer en ¨¦l. El porvenir est¨¢ en manos de todos aquellos que sean capaces de darle la vuelta a la fatalidad y conseguir que las espinas est¨¦n llenas de rosas.
Un firma, R, da incentivos a los jefes seg¨²n el clima laboral que logren
Eduard Punset, autor de libros como Viaje al optimismo o Excusas para no pensar y conductor del programa Redes, ha defendido que ¡°la felicidad de los empleados debe ser un objetivo primordial de las empresas¡± y que estas ¡°tienen que aceptar que la gente controle parte de los procesos en que est¨¢ inmersa, para que as¨ª pueda desarrollar sus cualidades innatas¡±. Pero a?ade ahora que, en su opini¨®n, tampoco suelen vivir bien aquellos que consideran el trabajo su centro de gravedad: ¡°Los estudios m¨¢s serios sobre las dimensiones de la felicidad coinciden en no identificar el trabajo como una de sus fuentes b¨¢sicas, porque antes que eso est¨¢n las relaciones personales, el control de la propia vida e incluso los niveles de renta. Y las investigaciones m¨¢s recientes en el campo de la neurolog¨ªa ponen de manifiesto la necesidad de conciliar entretenimiento y conocimiento: es preciso entretener para ense?ar. Lamentablemente, muchas universidades no han asimilado todav¨ªa este principio, y el mundo corporativo est¨¢ todav¨ªa m¨¢s lejos de practicarlo. De todos modos, la actual dicotom¨ªa entre trabajo y felicidad desaparecer¨¢ a medida que se cambien los esquemas de la revoluci¨®n industrial por estrategias menos fundamentadas en los conocimientos acad¨¦micos y m¨¢s en la creatividad¡±.
Sin embargo, como advierte una vez m¨¢s Jean Delumeau en El miedo en Occidente, ¡°cuando las personas est¨¢n asustadas corren el riesgo de disgregarse, su personalidad se cuartea y su sensaci¨®n de estar adheridas al mundo desaparece¡±; as¨ª que ?c¨®mo se pueden combinar, en estos momentos, la b¨²squeda de la felicidad en el trabajo y el p¨¢nico a perderlo, en medio de esta crisis y justo despu¨¦s de la ¨²ltima reforma laboral? ¡°No dej¨¢ndose vencer o intimidar por el miedo¡±, concluye Punset. ¡°El miedo ha sido evolutivamente la mayor amenaza de la felicidad, a la que he definido como la ausencia del miedo¡±. El problema es cuando ese estado de alarma pasa de ser individual a ser colectivo. Delumeau lo resume con una pregunta inquietante: ¡°?Las civilizaciones pueden morir de miedo, como las personas?¡±.
¡°El miedo ha sido la
mayor amenaza de
la felicidad¡±, dice Punset
?Existen trabajos capaces de hacer felices por s¨ª mismos a las personas que los desempe?an? Seg¨²n un sondeo reci¨¦n llevado a cabo por la Universidad de Chicago y publicado por la revista Forbes, las 10 ocupaciones m¨¢s gratificantes que existen son, por este orden: cura, bombero, fisioterapeuta, escritor, profesor de educaci¨®n especial, maestro de escuela, artista, psic¨®logo, agente de ventas e ingeniero. El novelista Gustavo Mart¨ªn Garzo, a punto de publicar Y que se duerma el mar, est¨¢ de acuerdo con que su profesi¨®n est¨¦ en ese inventario, porque reconoce disfrutar escribiendo, lamenta que eso no les ocurra a demasiados profesionales y piensa que ¡°habr¨ªa que recuperar la noci¨®n del trabajo gustoso, como lo llamaba Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. Estar en paro es un drama tremendo, incomparable, pero tambi¨¦n es una pena que tanta gente que s¨ª trabaja piense m¨¢s en lo que saca de su oficio que en lo que le puede dar. Antes muchas personas amaban su trabajo, por modesto que fuera, y eran felices al entregarlo bien hecho, pero ahora vivimos un tiempo de prisas y de chapuzas, en el que solo importa la rentabilidad. Esa es la llave de este asunto: hacer las cosas de cualquier manera no puede hacer feliz nada m¨¢s que a un sinverg¨¹enza; hacerlas bien, puede hacer feliz a una persona honrada¡±.
Finalmente, nos hemos preguntado qui¨¦n podr¨ªa ser la persona m¨¢s feliz de Espa?a con su trabajo, y la respuesta, a todas luces, solo pod¨ªa ser una: Vicente del Bosque, el entrenador amable que nos ha hecho campeones del Mundo y de Europa. As¨ª que c¨®mo acabar este art¨ªculo sin preguntarle.
¡ª?Es usted feliz con su trabajo, seleccionador?
¡ªBueno, la felicidad es propia de la infancia, y ser futbolista profesional, como yo lo fui tantos a?os, es ir estirando la infancia todo lo que se puede, seguir jugando hasta que la diversi¨®n se convierta en oficio. Luego, los que nos hacemos entrenadores llevamos todo eso un poco m¨¢s all¨¢ todav¨ªa. Imagino que las dos mejores razones que uno puede tener para sentirse contento con lo que hace son sentirse un privilegiado y notar que te quieren. Y a m¨ª me pas¨® eso antes y me sigue pasando ahora. Un futbolista de ¨¦lite es un elegido, alguien que logra estar entre los pocos que consiguen lo que muchos querr¨ªan, y yo creo que casi todos los ni?os sue?an con ser estrellas, llegar a Primera Divisi¨®n, ser internacionales¡ todo eso. As¨ª que cuando yo lo era, claro que me sent¨ªa feliz. Y ahora, con los ¨¦xitos que hemos podido tener en la selecci¨®n, pues tambi¨¦n estoy contento por haber logrado nuestros objetivos, porque nuestra tarea haya tenido esa recompensa y porque siento todo el afecto que la gente me da, as¨ª que de nuevo se puede decir que tengo suficientes razones ser feliz en mi trabajo, dicho sea con toda la moderaci¨®n que le impone a uno la edad, por supuesto.
¡ªY si no hubiera sido futbolista y entrenador, ?en qu¨¦ otro trabajo cree que podr¨ªa haber sido feliz?
¡ªSeguramente de maestro. De hecho, ten¨ªa esa otra vida en la rec¨¢mara, por as¨ª decirlo, porque estudie Magisterio. Ense?ar es bonito, ir formando a los chicos, ser uno de esos profesores que dan todas las asignaturas: matem¨¢ticas, lengua, historia. Tampoco es tan diferente a ser entrenador.
As¨ª que ¨¦rase dos veces un hombre feliz. ?Cu¨¢ntos de nosotros podr¨ªamos decir, al menos, la mitad de eso?
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