Las agresiones registradas a m¨¦dicos aumentan un 9% en un a?o
La OMS y la OIT calculan que el 25% de la violencia laboral se produce en el entorno sanitario
En los dos a?os de su existencia, el registro de agresiones a m¨¦dicos de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC) ha incluido 947 casos, seg¨²n los datos que ha presentado su responsable, Jos¨¦ Manuel Becerra. Estos incidentes se dividen en 451 en 2010 y 496 en 2011, lo que indica un aumento del 9%.
Sin embargo, los datos en s¨ª son poco relevantes. Lo que importa es lo que significan. El registro solo se nutre de los casos que llegan a los colegios provinciales o auton¨®micos, por lo que sus responsables no dudan en afirmar que sus datos son solo la punta del iceberg del fen¨®meno. Y que lo que importa es que este va en aumento.
El fen¨®meno de las agresiones no es exclusivo de los m¨¦dicos. Todo el personal del servicio sanitario (m¨¦dicos, pero tambi¨¦n enfermer¨ªa, celadores o administrativos) est¨¢ sujeto a ello. De hecho, organizaciones como la Internacional del Trabajo (OIT) o la Mundial de la Salud (OMS) calculan que ese ¨¢mbito registra el 25% de los casos de violencia en el entorno laboral.
Teniendo en cuenta, por tanto, este aspecto de sistema centinela del observatorio, los datos recopilados indican que es en primaria donde hay m¨¢s violencia. Esto es normal, ya que ¡°son los que dan la cara ante el usuario¡±, dijo el presidente de la OMC, Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn.
El retrato robot de los agredidos corresponde a un var¨®n, de entre 46 y 55 a?os, que presta atenci¨®n en primaria, y en la sanidad p¨²blica, seg¨²n dijo Seraf¨ªn Romero, secretario general del Consejo General de Colegios Oficiales de M¨¦dicos.
Claro que este perfil puede cambiar, y, de hecho se feminiza, si se tiene en cuenta otras profesiones sanitarias. Por eso, el despacho de abogados especializado en salud Asjusa-Letramed afirma que la mayor¨ªa de las agresiones son a mujeres. Igor Pinedo, del despacho, concreta ¡°que los castigos se fijan en funci¨®n de la gravedad de la agresi¨®n. As¨ª, si la agresi¨®n se califica como una falta leve, es decir, que ha sido una amenaza verbal, vejaci¨®n o injuria, la pena oscila entre 10 y 20 d¨ªas de multa, y las multas pueden ir de 2 a 400 euros al d¨ªa. Si la agresi¨®n se califica como delito de atentado contra funcionario p¨²blico, el denunciado se enfrenta a una pena de entre uno y tres a?os de prisi¨®n, tal vez m¨¢s si concurre con otro tipo de delitos¡±.
El observatorio de la OMC no detalla las condenas. Sobre el tipo de agresi¨®n, especifica que el 22% implica lesiones f¨ªsicas ¨Caunque ha habido alguno en que se ha llegado a la muerte-. De ellas, en un 72% de los casos se present¨® denuncia.
El delito de atentado contra funcionario p¨²blico se pena con entre uno y tres a?os de prisi¨®n
Romero admite que ¡°el agresor ha estado estigmatizado¡±. En los dos a?os de datos se detecta que solo el 9% tiene antecedentes de toxicoman¨ªa, y un 17% con patolog¨ªas psiqui¨¢tricas. El 56% no tiene ning¨²n antecedente que pueda considerarse un s¨ªntoma previo a la agresi¨®n. En un 28% de los casos no es el propio afectado, sino un familiar.
La principal causa de los ataques es que el m¨¦dico no satisfaga las expectativas del paciente. Romero indica que la negativa del m¨¦dico a conceder la incapacidad laboral o no recetar lo que el paciente quiere ¡°no es tan frecuente¡±.
Pero aparte de recoger los casos, el objetivo de los colegios es que ¡°la agresi¨®n no salga gratis¡±. En sus protocolos de actuaci¨®n est¨¢ personarse como acusaci¨®n y crear v¨ªas de comunicaci¨®n directas con la fiscal¨ªa. Ya hay acuerdo con algunas, que m¨¢s all¨¢ de considerar estas agresiones como atentados a funcionario p¨²blico ¨Clo que endurece las penas-, algo de lo que ya hay jurisprudencia, consiste en permitir, por ejemplo, que el colegio se persone o que el afectado d¨¦ la direcci¨®n de esta instituci¨®n como la propia. Con ello se evita que el agresor pueda tomar represalias sobre la familia, por ejemplo, indic¨® Rodr¨ªguez Send¨ªn.
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