Por un mundo sin tuberculosis
La tuberculosis causa una mortalidad de aproximadamente dos millones de personas al a?o
El 24 de marzo es el D¨ªa Mundial de la Tuberculosis y se conmemora el d¨ªa en que el doctor Robert Koch anunci¨® en Berl¨ªn en el 1882 que hab¨ªa descubierto la bacteria responsable de la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis). Este d¨ªa se aprovecha para llamar la atenci¨®n de la sociedad y mejorar el conocimiento general sobre esta enfermedad que, junto con la malaria y el sida, son las responsables del mayor n¨²mero de muertes por enfermedades infecciosas del planeta. La tuberculosis causa una mortalidad de aproximadamente dos millones de personas y se diagnostican ocho millones de casos nuevos cada a?o.
Esta situaci¨®n indujo a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud a reconocer la tuberculosis como una emergencia sanitaria global y a la realizaci¨®n de diferentes campa?as de sensibilizaci¨®n y lucha contra la enfermedad, como la ¡°STOP-TB in my lifetime¡± (Alto a la tuberculosis durante mi vida) con lemas como ¡°I want a World free of TB¡± o ¡°I want zero TB deaths¡± (por un mundo libre de tuberculosis) de la STOP-TB-Partnership o la campa?a ¡°Imagine a day with TB¡± (Imag¨ªnate un d¨ªa con tuberculosis) promovida por el TBNET (Tuberculosis network european trialsgroup). Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados para su control, la tuberculosis sigue constituyendo en la actualidad uno de los problemas sanitarios de mayor trascendencia a nivel mundial. Su asociaci¨®n en muchos casos con el sida ha supuesto una verdadera lacra en aquellos pa¨ªses con alta incidencia de infecci¨®n por el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV), siendo especialmente dram¨¢tico en algunos pa¨ªses del continente africano, asi¨¢tico y sudamericano.
El factor esencial para el control de la tuberculosis es el diagn¨®stico de la enfermedad en sus primeras etapas y el tratamiento correcto de los pacientes. El diagn¨®stico de la tuberculosis se basa fundamentalmente en el examen cl¨ªnico de los pacientes, combinado con el estudio microsc¨®pico y el cultivo de las muestras biol¨®gicas, aunque las t¨¦cnicas disponibles no son suficientes: el estudio microsc¨®pico no presenta suficiente sensibilidad para detectar todos los casos y el cultivo de M. tuberculosis requiere aproximadamente de unas 8 semanas para su aislamiento. Adem¨¢s, en un 10%-20% de los casos no se consigue el aislamiento de la bacteria.
La incorporaci¨®n de nuevos medios de cultivo l¨ªquidos adaptados a equipos automatizados han permitido reducir el tiempo de aislamiento de M. tuberculosis. Se han desarrollado t¨¦cnicas basadas en la amplificaci¨®n gen¨¦tica que proveen resultados r¨¢pidos, pero que requieren personal especializado y un laboratorio suficientemente equipado. En muchas ocasiones todos estos avances t¨¦cnicos que mejoran el diagn¨®stico de la enfermedad no est¨¢n disponibles en aquellas zonas del planeta donde m¨¢s se necesitan.
Otro problema que se ha a?adido al control de la enfermedad es la aparici¨®n de cepas de M. tuberculosis resistentes a los antibi¨®ticos habitualmente utilizados para el tratamiento de la enfermedad. Incluso se han descrito cepas multirresistentes y cepas extremadamente resistentes a los f¨¢rmacos de primera y segunda l¨ªnea, dificult¨¢ndose extraordinariamente el manejo de estos pacientes, que requieren tratamientos muy largos y con f¨¢rmacos en algunos casos mucho menos eficaces que los habituales.
En nuestro pa¨ªs, estas cepas extremadamente resistentes han sido detectadas en muy pocos casos, pero en otros pa¨ªses son muy prevalentes y suponen un verdadero problema de salud mundial.
Se est¨¢n llevando a cabo esfuerzos para el desarrollo de t¨¦cnicas de laboratorio cada vez m¨¢s sensibles y espec¨ªficas que permitan diagnosticar la enfermedad y nuevas t¨¦cnicas que permitan identificar aquellas cepas resistentes a los antibi¨®ticos antituberculosos en las primeras fases de la enfermedad. Simult¨¢neamente se est¨¢ llevando a cabo una intensa actividad investigadora para el desarrollo de nuevos antibi¨®ticos m¨¢s efectivos, menos t¨®xicos y que permitan acortar los tratamientos, as¨ª como de nuevas vacunas.
En nuestro pa¨ªs existe una actividad investigadora de primer nivel en todos los ¨¢mbitos, diagn¨®stico, tratamiento y prevenci¨®n, que se suma a una excelente calidad asistencial por parte de los profesionales sanitarios. Sin embargo, toda esta calidad investigadora y asistencial no se corresponde con la incidencia tan elevada que tiene la tuberculosis en nuestro pa¨ªs. Seg¨²n el informe sobre la situaci¨®n de la tuberculosis en Espa?a, en 2010 hubo 7.089 casos nuevos de tuberculosis, es decir, una incidencia de 15,4 casos cada 100.000 habitantes, existiendo una extraordinaria diversidad entre las diferentes comunidades aut¨®nomas. Esto nos sit¨²a, seg¨²n el ¨²ltimo informe del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC), en el octavo pa¨ªs con m¨¢s incidencia de los 30 que incluye la EU/EEA (European Union/ European Economical Area), solo detr¨¢s de Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Portugal y Ruman¨ªa. No cabe duda de que la instauraci¨®n de un Plan Nacional para la Prevenci¨®n y Control de la Tuberculosis en Espa?a, reivindicado durante muchos a?os por diferentes sociedades cient¨ªficas, como la Sociedad Espa?ola de Neumolog¨ªa, a las autoridades sanitarias, ayudar¨ªa considerablemente a mejorar esta situaci¨®n.
Jos¨¦ Dom¨ªnguez es Investigador Miguel Servet e Investigador del CIBER Enfermedades Respiratorias, miembro del grupo CIBERES de Vicente Ausina en el Servicio de Microbiolog¨ªa del Institut d¡¯Investigaci¨® Germans Trias i Pujol y Universitat Aut¨°noma de Barcelona.
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