"Los nadie no son seres humanos, sino recursos humanos"
Los intelectuales reflexionan sobre ecolog¨ªa y espiritualidad en una jornada interreligiosa
"Las religiones suelen centrarse en la defensa de la vida antes del nacimiento y despu¨¦s de la muerte, y apenas prestan atenci¨®n a la vida humana en la tierra, cuando la vida a defender debe ser prioritariamente la de quienes la ven amenazada a diario, la de los pobres, marginados y excluidos, la de los nadie, que, al decir de Eduardo Galeano, no son seres humanos, sino recursos humanos, no tienen cara, sino brazos, no tienen nombre, sino n¨²mero, cuestan menos que la bala que los mata". Esta es una de las frases del manifiesto con que se ha cerrado en Madrid la novena jornada de la Asociaci¨®n para el Di¨¢logo Interreligioso en Madrid (ADIM). Este a?o su tema ha sido "Ecolog¨ªa y Religiones", en el Centro Cultural Soka, de la tradici¨®n buddhista Soka Gakkai, en la ciudad de Rivas Vaciamadrid.
Hubo discursos y ponencias del presidente del centro Soka, Enrique Caputo; de la presidenta de ADIM, Margarita Pintos, de Alicia Puleo Garc¨ªa, profesora de Filosof¨ªa Moral de la Universidad de Valladolid y miembro del Consejo de la C¨¢tedra de Estudios de G¨¦nero de la misma Universidad, y de Juan Jos¨¦ Tamayo, director de la C¨¢tedra de Teolog¨ªa y Ciencias de las Religiones "Ignacio Ellacur¨ªa" de la Universidad Carlos III de Madrid.
Margarita Pintos analiz¨® los textos de las diferentes tradiciones religiosas en torno a la ecolog¨ªa, desde el budismo, hasta el cristianismo, pasando por el juda¨ªsmo y otras religiones, como la Fe Baha¡¯i, culminando su intervenci¨®n con una afirmaci¨®n que pueden compartir las espiritualidades religiosas y laicas: "La espiritualidad que proponemos es la que quiere sanar a la Madre Tierra y devolver su magia al mundo".
Fue Tamayo quien, a partir de la Carta de la Tierra y la Declaraci¨®n sobre el Bien Com¨²n de la Madre Tierra y de la Humanidad, propuso en forma afor¨ªstica los principios de la contribuci¨®n de las religiones para construir un mundo eco-humano.
La espiritualidad que proponemos es la que quiere sanar a la Madre Tierra", Margarita Pintos
1. Trabajar por la protecci¨®n de la naturaleza y de la vida. La defensa de la vida humana lleva derechamente a la de la naturaleza, ya que seres humanos y naturaleza forman una comunidad vital. La destrucci¨®n del tejido de la vida de la naturaleza es destrucci¨®n de la vida humana.
2. Trabajar por la paz desde la no-violencia activa y por la resoluci¨®n de los conflictos a trav¨¦s de la negociaci¨®n, fomentando la reconciliaci¨®n y el perd¨®n. Las religiones han sido con frecuencia fuentes de violencia y generadoras de conflictos, pero tambi¨¦n agentes de paz y de concordia. Tomando prestado el t¨ªtulo de la novela de Le¨®n Tolstoy, podemos afirmar que "guerra y paz" constituyen la dial¨¦ctica de las religiones. En las religiones se encuentran algunas de las m¨¢s bellas utop¨ªas de la paz; propuestas de un mundo reconciliado; un lenguaje de armon¨ªa; el imperativo ¨¦tico "no matar¨¢s"; el trabajo por la paz a trav¨¦s de la lucha por la justicia; l¨ªderes religiosos, activistas sociales, m¨ªsticos, m¨ªsticas, cuya filosof¨ªa, estilo de vida, m¨¦todo de acci¨®n es la no violencia activa: Confucio, Jes¨²s de Nazaret, Francisco de As¨ªs, Teresa de Jes¨²s, Juan de la Cruz, Swmi Vivekananda, Abul Kalam Azad, Mahatma Gandhi, Luther King, monse?or Romero, Teresa de Calcuta, Raimon Panikkar, Ignacio Ellacur¨ªa, Abdul Ghaffar Jan, Dalai Lama, Nelson Mandela, Asgha Ali Engineer, etc.
3. Practicar la tolerancia y el di¨¢logo. La tolerancia no ha sido precisamente una virtud que haya caracterizado a las religiones ni en el comportamiento con sus seguidores, especialmente con las mujeres, ni en la sociedad, y menos a¨²n con los no creyentes o con los creyentes de otros credos religiosos. Una de sus pr¨¢cticas m¨¢s extendidas y arraigadas ha sido la intolerancia, que hoy adopta la forma extrema de fundamentalismo, fen¨®meno que, aun cuando no pertenece a la naturaleza de las religiones ni est¨¢ vinculado directamente a ellas, es una de sus m¨¢s graves y peligrosas patolog¨ªas, sobre todo en las religiones monote¨ªstas.
4. Crear redes de solidaridad interhumana. Ello exige superar los localismos, tribalismos, confesionalismos, gremialismos y endogamias en que con frecuencia se ven envueltas las comunidades religiosas, evitar el discurso frentista del "nosotros-ellos" y ensanchar el "nosotros" superando todo tipo de discriminaciones (etnia, religi¨®n, cultura, clase social, geograf¨ªa, lengua, etc¨¦tera).
5. Luchar contra las discriminaciones y violencias de g¨¦nero y construir una comunidad mundial de hombres y mujeres bajo el signo de la igualdad y el respeto a las diferencias. Las discriminaciones y la violencia de g¨¦nero se dan por doquier en la sociedad y se refuerzan en las religiones, la mayor¨ªa de las cuales tiene una ideolog¨ªa androc¨¦ntrica, que se traduce mim¨¦ticamente en una organizaci¨®n patriarcal y en legitimaci¨®n del machismo social. Pero las religiones cuentan tambi¨¦n con tradiciones emancipatorias e igualitarias, la mayor¨ªa de las veces subterr¨¢neas y desactivadas, y con experiencias de comunidades inclusivas de hombres y mujeres, que pueden colaborar en la lucha por la emancipaci¨®n de las mujeres y en la elaboraci¨®n de la teor¨ªa de g¨¦nero.
6. Fomentar la hospitalidad y la acogida a los inmigrantes, refugiados, desplazados, asilados pol¨ªticos. En el origen de la mayor¨ªa de las religiones se encuentra un fen¨®meno de migraci¨®n, animada por la necesidad de supervivencia y la b¨²squeda de mejores condiciones de vida, por librarse de la represi¨®n pol¨ªtica y recuperar la libertad, por el deseo de buscar nuevos horizontes de sentido. Muchos de los l¨ªderes y reformadores religiosos se vieron obligados a migrar de su territorio al sentirse incomprendidos y ser perseguidos por el poder pol¨ªtico y econ¨®mico, y encontraron acogida en otras comunidades.
7. Ser portadoras de preocupaciones antropol¨®gicas. Las religiones son portadoras de preocupaciones antropol¨®gicas profundas, de preguntas significativas por el sentido y el sin-sentido de la vida y de la muerte, de experiencias-l¨ªmite y de propuestas alternativas de vida no mediadas por la raz¨®n calculadora.
8. Compaginar la sabidur¨ªa m¨ªtica y la b¨²squeda racional. Las religiones no pueden renunciar a los mitos, que son relatos portadores de m¨²ltiples y profundos significados antropol¨®gicos, y de criterios morales, al tiempo que cauces de expresi¨®n y de comunicaci¨®n de experiencias no racionalizables. El mito no limita el conocimiento humano, menos a¨²n lo anula. Todo lo contrario, lo potencia y permite su desarrollo. Tambi¨¦n Prometeo es un mito, que simboliza la rebeld¨ªa contra la arbitrariedad de los dioses, el pensamiento cr¨ªtico, el actuar subversivo.
9. Respetar el mundo de la increencia en sus diferentes modalidades y las razones de la increencia. En torno al 20% de la poblaci¨®n mundial se ubica en el espacio plural de la increencia (ate¨ªsmo, agnosticismo, indiferencia religiosa, etc¨¦tera). Si hay razones para creer, tambi¨¦n las hay para no creer. Los derechos de la fe y los de la increencia merecen el mismo respeto.
10. Colaborar, desde una actitud cr¨ªtica y autocr¨ªtica, en la construcci¨®n de una sociedad alternativa. Las religiones deben colaborar en la construcci¨®n de una sociedad alternativa, en la propuesta de una cultura emancipatoria, la elaboraci¨®n de un proyecto pol¨ªtico contrahegem¨®nico, la puesta en marcha de una globalizaci¨®n desde abajo, de la solidaridad, de la esperanza, inclusiva de los sectores, pueblos, pa¨ªses, regiones y continentes que la globalizaci¨®n realmente existente, dominada por el neoliberalismo, excluye.
11. Combatir el fatalismo y transmitir esperanza. Tarea de las religiones es combatir el fatalismo y el determinismo, que ellas mismas suelen justificar apelando al cumplimiento de la voluntad de Dios o de los dioses, a la fuerza del destino, que se impone de manera inexorable sobre la libertad de los seres humanos, as¨ª como la tendencia a mirar al pasado est¨¢ticamente. La alternativa al fatalismo es la esperanza. Donde hay religi¨®n, hay esperanza.
12. Activar el principio-compasi¨®n. Las religiones no se han mostrado sensibles ante el sufrimiento humano en general y ante el de los inocentes en particular, y menos a¨²n ante los dolores de parto de la naturaleza. Han recurrido a sacrificios humanos y de animales como parte necesaria de sus rituales. El chivo expiatorio es el ejemplo m¨¢s paradigm¨¢tico. Como contrapunto, la compasi¨®n est¨¢ tambi¨¦n en el centro de las religiones.
13. Promover y practicar el Bien Vivir, que no debe confundirse con el vivir mejor. Vivir mejor suele ser la mayor¨ªa de las veces a costa del otro (explotaci¨®n), vivir mejor que el otro (competitividad), desinteresarse de la suerte del otro (ego¨ªsmo e individualismo). El Bien Vivir es, sin embargo, vivir en comunidad, hermandad y sororidad, en armon¨ªa entre las personas y la naturaleza; compartir y no competir; alcanzar el equilibrio entre los seres humanos, entre ¨¦stos y la naturaleza, entre los hombres y las mujeres; vivir con creatividad y acci¨®n conjunta; recuperar la cultura de la vida en armon¨ªa y respetar a la Madre Tierra; respetar su capacidad de autorregulaci¨®n de la vida y del planeta; volver al camino del equilibrio; en definitiva, volver a ser.
Las jornadas concluyeron con la exposici¨®n de ejemplos de "buenas pr¨¢cticas ecol¨®gicas en las religiones": Un v¨ªdeo de Soka Gakkai en Espa?a sobre "Una revoluci¨®n silenciosa"; el trabajado por la paz y la sostenibilidad de Valeriane Bernard, dirigente del movimiento espiritual Brahma Kumaris para las Naciones Unidas en Ginebra; una experiencia de la Comunidad Baha¡¯i, expuesta por Daniel Truran, director de European Baha¡¯i Bunsiness Forum, y la experiencia de la Comunidad Agr¨ªcola Nueva Vrajamandala, en Hungr¨ªa, del movimiento "Conciencia de Khrisna" , expuesta por su director Christian Jansen.
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