El Gobierno cuida de sus votantes m¨¢s fieles
Las reformas laboral y fiscal castiga a la clase media, el electorado m¨¢s voluble Pensionistas y aut¨®nomos, los m¨¢s devotos del PP, los m¨¢s beneficiados
Cuando el PP gan¨® con holgura las elecciones municipales en mayo de 2011, en medio de la contestaci¨®n callejera del 15-M, casi todos los analistas dedujeron que la gran masa de votantes que nunca se manifiesta, m¨¢s conocida por clase media, hab¨ªa optado en las urnas por un mensaje de calma y estabilidad frente al folclore de la protesta. Y cuando en noviembre, el partido de Mariano Rajoy volvi¨® a arrasar en los comicios generales recurriendo al cl¨¢sico axioma liberal ¡°a menos impuestos, m¨¢s riqueza¡±, adornado con los lazos democristianos de mantener los derechos sociales (el ¡°no abarataremos el despido¡± repetido hasta la saciedad en la campa?a de los populares), se confirm¨® el respaldo de esa inmensa capa media de la sociedad que, al margen de su ideolog¨ªa cambiante, mantiene la econom¨ªa con el consumo y sus tributos.
Lo que nadie pod¨ªa prever, y menos a¨²n esos presumibles votantes del PP, es que las primeras reformas del Ejecutivo no solo no ir¨ªan dirigidas a apuntalar su calidad de vida, sino que pondr¨ªan en peligro todo su esquema vital y salarial. Y es que la reforma fiscal y laboral de Rajoy ataca frontalmente a la clase media acomodada. Puede que no sea el objetivo, pero la consecuencia de ambas reformas es debilitar el privilegiado estatus de los asalariados de ingresos medios-altos, con antig¨¹edad consolidada en la empresa. ?Pero realmente las reformas del PP al actuar contra esa clase media acomodada no est¨¢n atacando a una parte importante de sus votantes?
Aparentemente, eso pod¨ªa parecer, sobre todo si se tiene en cuenta el llamamiento al sacrificio tan churchiliano que ha hecho el Gobierno a la sociedad espa?ola. Aunque de esa expiaci¨®n colectiva se han librado dos colectivos a los que otras reformas del PP benefician notablemente: los aut¨®nomos y los pensionistas. Los primeros van a recibir un bal¨®n de ox¨ªgeno en mayo tras aprobar el Consejo de Ministros la liberaci¨®n de un pr¨¦stamo sindicado para Ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas de 35.000 millones de euros para comenzar a pagar las deudas que tienen con sus proveedores. Y a los jubilados se les ha revalorizado la pensi¨®n el 1% en 2012, en un contexto de recortes salariales generalizado. La pensi¨®n media, de 810,85 euros, se incrementa este a?o en 8,11 euros al mes, una mejora anual de 113,52 euros.
El 58,3% de los comerciantes vota al PP frente al 13,9% al PSOE, seg¨²n el CIS
El hecho de que las primeras reformas del PP penalicen a una clase media acomodada de asalariados y premien a aut¨®nomos y jubilados puede no ser tan inocente. Porque estos ¨²ltimos son precisamente el primer y m¨¢s s¨®lido basti¨®n electoral del PP. Las reformas laboral y fiscal pasan factura, como parecen apuntar las recientes elecciones andaluzas, con una ca¨ªda para el PP de 420.000 votos y cinco puntos respecto a las generales del 20 de noviembre.
A simple vista, podr¨ªa parecer que el PP se ha hecho un haraquiri castigando a parte de su electorado natural. Pero si se profundiza en los datos, la conclusi¨®n no es tan simple. El bar¨®metro de voto del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS) de enero ¡ªel ¨²ltimo que segmenta la intenci¨®n de voto por estratos socioecon¨®micos¡ª pone de manifiesto que los empleados cualificados y profesionales por cuenta ajena que se han visto castigados por las reformas no son el electorado m¨¢s fiel al PP. Aunque el partido de Rajoy barri¨® en todos los segmentos, empresarios, aut¨®nomos, comerciantes y jubilados son los que con m¨¢s fervor auparon en las urnas a los populares.
Empresarios, aut¨®nomos y agricultores (lo que el CIS engloba en la categor¨ªa de ¡°viejas clases medias¡±) son los que m¨¢s soporte dieron al PP frente a los socialistas: el 51,8% vot¨® al PP frente al 21,3% al PSOE. Por el contrario, donde menos diferencias se observan es en el segmento de los obreros cualificados (32,4% al PP por 31% al PSOE).
Entre los empleados gana el PP, pero con la menor diferencia respecto al PSOE
Si ampliamos la encuesta a los inactivos, se reproducen las mayores diferencias entre los que votaron al PP y al PSOE en las mismas categor¨ªas. El apoyo al PP es masivo entre empresarios con asalariados y altos ejecutivos (41% por el PP frente al 21% del PSOE) y masiva entre comerciantes y peque?os empresarios (58,3% PP y 13,9% PSOE), agricultores (56,3 / 12,5%) y jubilados (43,1% / 26%).
No es de extra?ar que Lorenzo Amor, presidente de la Asociaci¨®n de Trabajadores Aut¨®nomos (ATA), hable maravillas de las reformas del PP. ¡°Van encaminadas en la buena direcci¨®n. Valoramos especialmente el plan de pago para Ayuntamientos y comunidades porque va a significar aire fresco para 1,4 millones de aut¨®nomos afectados por la morosidad. Tambi¨¦n nos gusta la reforma laboral, que no es como dicen la del despido, y va a permitir crear empleos. O el contrato para emprendedores, sobre el que se ha hecho mucha demagogia por lo del a?o de prueba, pero que va a propiciar que los j¨®venes encuentren su primer empleo¡±, se?ala Amor.
Donde las diferencias entre ambos grandes partidos son menores es precisamente en las clases m¨¢s perjudicadas por la reforma: personal administrativo y de servicios (34% PP frente a 18,1% PSOE), obreros cualificados (35,8% / 26,8%) y obreros no cualificados (36,4% / 24,7%). Resumiendo, el PP apuesta justamente por su lectorado m¨¢s fiel ¡ªtenderos y jubilados¡ª y sacrifica al m¨¢s voluble, los asalariados.
Los peque?os empresarios
van a poder cobrar
las deudas atrasadas
El peso de la reforma fiscal de Rajoy con la que espera recaudar 4.111 millones de euros suplementarios recae en los asalariados. Y dentro de estos, en los m¨¢s pudientes. As¨ª, mientras que a los que tienen una base imponible de 17.707 euros se les recarga solo un 0,7% y pasan a tributar al 24%, a los que ganan m¨¢s de 33.000 euros se les aplica un recargo del 3% y Hacienda se lleva el 40% de sus ingresos.
¡°Desde luego que afecta a las clases medias, pero es que, en caso contrario, el efecto recaudatorio ser¨ªa peque?o. Aproximadamente, el 50% de la recaudaci¨®n por IRPF se obtiene entre las bases imponibles que van desde los 20.000 a los 72.000 euros. El 30% se obtiene de las bases superiores a 72.000 euros y el 10% de las que est¨¢n por debajo de 20.000 euros¡±, seg¨²n Luis del Amo, de REAF, con los ¨²ltimos datos de recaudaci¨®n de la Agencia Tributaria.
El Gobierno adujo para ese aumento de la progresividad que deb¨ªan ser solidarios los que m¨¢s ganaban y ten¨ªan su trabajo m¨¢s seguro. Pero apenas mes y medio despu¨¦s, la reforma laboral ha quebrado ese argumento, porque est¨¢ dise?ada justo para reducir dr¨¢sticamente el coste del despido de esos trabajadores solidarios.
Los sueldos se revisan
legalmente a la baja;
las pensiones al alza
Aunque los casos son infinitos, grosso modo se puede deducir que la regla es que el coste del despido se ha reducido a un tercio del que hab¨ªa antes de la reforma. Es decir, que si un empleado con una antig¨¹edad de 15 a?os deb¨ªa recibir unos 74.000 euros por despido improcedente, ahora solo le corresponder¨¢n 32.900 euros por despido procedente. Y es que, salvo excepciones, y al contrario de lo que sucede ahora, que el 90% de los despidos son improcedentes o pactados, al ampliar la reforma las causas econ¨®micas (basta una ca¨ªda de ventas continuada o perspectiva de p¨¦rdidas), y con una econom¨ªa en recesi¨®n, casi todos los despidos pueden ser procedentes (20 d¨ªas con un m¨¢ximo de 12 mensualidades).
¡°La reforma provocar¨¢ un aumento de la rotaci¨®n que no tiene por qu¨¦ ser malo en la bonanza econ¨®mica, pero que en una recesi¨®n como la actual puede tener efectos no deseados. Por grupos, lo que ganen los j¨®venes no cualificados lo perder¨¢n los trabajadores mayores con baja cualificaci¨®n, mucho m¨¢s caros no solo por antig¨¹edad, sino porque no tienen los beneficios fiscales de los j¨®venes (menores de 30 a?os). Los m¨¢s perjudicados ser¨¢n aquellos trabajadores en edad avanzada cuyos salarios (en general elevados) est¨¦n m¨¢s vinculados a su antig¨¹edad en la empresa que a su productividad. Los datos apuntan a sectores industriales de intensidad tecnol¨®gica reducida (como la confecci¨®n o el textil). O la intermediaci¨®n financiera, en la que en algunos puestos los trabajadores j¨®venes y mayores son f¨¢cilmente sustituibles. De no lograr que aquellos mayores expulsados vuelvan al mercado laboral, habr¨¢ m¨¢s efectos no deseados, esta vez, sobre la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones¡±, asegura Manuel Flores, catedr¨¢tico de la Universidad de Santiago de Compostela.
A simple vista, podr¨ªa parecer que el PP se ha hecho un haraquiri castigando a su electorado natural en aras al bien com¨²n, como se encarg¨® de recalcar el ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo. ¡°Lo que ha hecho este Gobierno, cuando intent¨® ajustar la situaci¨®n, lo primero fue subir el IRPF, que castiga fundamentalmente a la mayor¨ªa de los votantes del PP, hemos exigido un sacrificio a los funcionarios, que en su mayor¨ªa tambi¨¦n son votantes del PP; se ha intentado que el esfuerzo se reparta de forma equitativa¡±.
Si se reducen los salarios, caer¨¢n las cotizaciones y, m¨¢s tarde, los retiros
Pero la reforma fiscal y, sobre todo, la laboral puede provocar da?os colaterales y acabar golpeando tambi¨¦n al electorado m¨¢s devoto del PP. Al tensar tanto la cuerda sobre el segmento de la poblaci¨®n que mantiene el consumo, se corre el riesgo de provocar una voladura de la econom¨ªa, ya de por s¨ª maltrecha y en recesi¨®n. Y si cae a¨²n m¨¢s el consumo, los que m¨¢s lo van a notar son los comerciantes y los peque?os negocios. A esa ecuaci¨®n obvia se une una preocupante e ins¨®lita solidaridad intergeneracional por culpa de la crisis: las familias se ven obligadas cada vez m¨¢s a recurrir a la ayuda de sus mayores.
El estudio del Ministerio de Agricultura presentado esta semana revela un dato estremecedor: los hogares formados por jubilados incrementaron la cesta de la compra de alimentaci¨®n un 3% en 2011, mientras que las familias con hijos peque?os y de edad media las recortaron entre un 5% y un 7%. La raz¨®n de este curioso comportamiento, como apunt¨® el propio ministro, Miguel Arias Ca?ete, es que los pensionistas est¨¢n ayudando a sus hijos y familiares. ?De qu¨¦ sirve que mantengan las pensiones si deben dedicar parte de ellas a ayudar a los hijos que han perdido el trabajo o han visto bajar su salario?
Los efectos de la reforma laboral tambi¨¦n pueden recaer al final sobre los que han concluido su vida laboral. La nueva legislaci¨®n puede provocar el temido efecto sustituci¨®n, es decir, que las empresas la utilicen para deshacerse de sus trabajadores m¨¢s caros y los reemplacen por j¨®venes u otros con salarios mucho m¨¢s bajos y nuevos contratos.
Los jubilados gastan m¨¢s porque est¨¢n ayudando a sus familias
No ser¨ªa de extra?ar. De hecho, la equiparaci¨®n a la baja de las n¨®minas de temporales y fijos ya se est¨¢ produciendo. Los trabajadores con un contrato temporal tienen un sueldo medio anual (16.700 euros) un 30,4% inferior a la de los empleados con contrato indefinido (23.979 euros), seg¨²n la ¨²ltima Encuesta de Estructura Salarial (2009). Esa diferencia, por grande que parezca, se ha acortado en los ¨²ltimos a?os de forma acelerada (en 2002 era del 40%), pese a las trabas para los despidos de la legislaci¨®n laboral.
La desaparici¨®n de esa casta privilegiada de empleados fijos con empleos blindados de la que hablan algunos puede ser un revulsivo social, pero tambi¨¦n una amenaza para la estabilidad de las cuentas p¨²blicas y, en particular, las de la Seguridad Social. A menores sueldos, menores cotizaciones. Hoy, hacen falta 2,44 trabajadores para pagar la pensi¨®n de un jubilado, seg¨²n un estudio de la aseguradora Allianz. As¨ª, con 2,44 sueldos de 1.500 euros se paga una pensi¨®n de 700 euros. Si los empresarios reducen los salarios unilateralmente, como les permite la reforma, o si sustituyen plantillas caras por otras con sueldos m¨¢s bajos, habr¨¢ que adecuar la ecuaci¨®n. Es decir, que el Gobierno no tendr¨ªa m¨¢s remedio que reducir las pensiones.
¡°Si se apuesta por un adelgazamiento de caballo de los salarios, aunque no se atrevan a decirlo, la consecuencia m¨¢s inmediata ser¨¢ que habr¨¢ un adelgazamiento brutal y en la misma proporci¨®n de las cotizaciones. La pensi¨®n promedio ahora es de 22.000 euros. Si los salarios son inferiores a eso, ?c¨®mo vamos a pagar pensiones nuevas de 22.000 euros con salarios de 15.000?¡±, precisa Octavio Granado, ex secretario de Estado de la Seguridad Social. Gobernar para un grupo social af¨ªn ideol¨®gicamente puede ser eficaz en tiempos de bonanza. Pero en medio de un temporal, cuando se desata el p¨¢nico y comienzan a faltar los botes salvavidas, puede convertirse en el peor de los gobiernos.
Andaluc¨ªa, aviso para navegantes
El fiasco que han supuesto para el PP los resultados de los comicios en Andaluc¨ªa y, en menor medida, los de Asturias han puesto de manifiesto que el efecto de las primeras reformas y recortes no era tan neutro como presum¨ªan las encuestas.
El candidato del PP, Javier Arenas, ha conseguido una victoria tan hist¨®rica como p¨ªrrica, pero a costa de perder 420.000 votos respecto a las generales del 20 de noviembre y, lo que es m¨¢s significativo, cinco puntos porcentuales, al pasar del 45,6% que obtuvo el 20-N al 40,6% del pasado domingo.
Casi todos los analistas pronostican que esa desmovilizaci¨®n del electorado del PP se ha debido al desencanto y al temor por las primeras acciones de ajuste del Gobierno: subida de IRPF e IBI y amenazas de rebajas salariales y despidos m¨¢s baratos.
Frente a esa opini¨®n general, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, niega que las reformas le hayan pasado factura en las urnas. Una opini¨®n que sostiene la oposici¨®n, con el PSOE a la cabeza, y que los sindicatos han convertido en un argumento m¨¢s de movilizaci¨®n para la huelga general de ma?ana.
Con mayor o menor fuerza, lo cierto es que los comicios auton¨®micos del 25-M prueban que en ¨¦pocas de tribulaci¨®n el electorado se vuelve m¨¢s susceptible con todo lo que tenga que ver con su bolsillo. Y m¨¢s voluble con su voto.
Sin m¨¢s comicios a la vista, el Gobierno tiene las manos libres para aplicar sin tapujos las reformas pendientes y los recortes anunciados. Pero no puede vivir de espaldas a su electorado. Si la econom¨ªa se contrae demasiado, los aut¨®nomos seguir¨¢n sin cr¨¦dito y sin clientes, y los pensionistas no tendr¨¢n tan seguro la revalorizaci¨®n de sus pagas. El voto tiene buena memoria.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.