?Qui¨¦n quita el Ayuntamiento?
La idea de fusionar municipios para ganar en eficacia choca con un localismo muy arraigado ?Puede exigirse una poblaci¨®n m¨ªnima?
En Espa?a hay 8.116 municipios y la inmensa mayor¨ªa, cerca de 6.800, tiene menos de 5.000 habitantes. En casi 3.800 pueblos no pasan de 500 almas. Ya La Pepa, en 1812, consider¨® la necesidad de abordar una ¡°divisi¨®n m¨¢s conveniente del territorio espa?ol por una ley constitucional, luego que las circunstancias pol¨ªticas de la naci¨®n lo permitan¡±. Y dec¨ªa aquella Constituci¨®n en su art¨ªculo 310: ¡°Se pondr¨¢ Ayuntamiento en los pueblos que no le tengan y en que convenga le haya, no pudiendo dejar de haberle en los que por s¨ª o con su comarca lleguen a mil almas, y tambi¨¦n se les se?alar¨¢ t¨¦rmino correspondiente¡±.
Y una vez puesto, a ver qui¨¦n se lo quita. Hoy tienen Ayuntamiento pueblos muy muy peque?os, hay leyes sobre la reorganizaci¨®n local, pero no se ha abordado nunca en serio, a decir de los expertos. A pesar de ello, el debate no cesa. Siglo tras siglo. La crisis econ¨®mica lo trae de nuevo: se ha hablado de eliminar las Diputaciones, de suprimir pueblos, de fusiones entre municipios. Hace unos d¨ªas, los alcaldes de dos pueblos gallegos, Oza y Cesuras, plantearon unirse en un solo Consistorio con la idea del ahorro econ¨®mico. La misma idea que impulsa el plan del presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, para extender las fusiones a muchos m¨¢s pueblos, algo que ya cuenta con el frontal rechazo de medio centenar de alcaldes de las cuatro provincias gallegas que, incluso, se han constituido en asociaci¨®n para pelear.
De hecho, hay muchos expertos que consideran equivocada la motivaci¨®n econ¨®mica, aunque nadie se opone a la fusi¨®n voluntaria. ¡°Las fusiones o la supresi¨®n de municipios no debe plantearse en t¨¦rminos de ahorro, porque no creo que en la mayor parte de esos municipios peque?os realmente se ahorrara algo, no tienen empleados en su Administraci¨®n y la inmensa mayor¨ªa de los alcaldes no cobra. Este tema debe quedar al margen de la crisis. Si lo enfoc¨¢ramos con criterios econ¨®micos todos vivir¨ªamos en Madrid, Barcelona, Valencia...¡±, dice Antonio Embid Irujo, catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza.
Muchos expertos discuten que unir pueblos sirva para gastar menos
En realidad no se conoce un estudio econ¨®mico riguroso que haya medido el ahorro que supondr¨ªa la fusi¨®n o supresi¨®n de municipios. ¡°Si se reducen municipios caer¨ªan los peque?os, que alguno puede estar endeudado, pero en general no lo est¨¢n. Este asunto no debe pivotar sobre los problemas de d¨¦ficit p¨²blico¡±, coincide el catedr¨¢tico de Derecho Administrativo de la Universidad de Le¨®n y eurodiputado por UPyD Francisco Sosa Wagner.
El vicepresidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias (FEMP), Fernando Mart¨ªnez Ma¨ªllo, tambi¨¦n se?ala la inexistencia de estudios econ¨®micos relevantes para decantarse por la supresi¨®n de municipios. Y cree, sin embargo, que hay otras razones que no recomiendan hacerlo por m¨¢s peque?os que sean los pueblos. ¡°Su eliminaci¨®n generar¨ªa conflictos, es la Administraci¨®n m¨¢s querida por los ciudadanos, hay motivos hist¨®ricos y culturales para mantener la estructura del pa¨ªs¡±, dice. ¡°Despu¨¦s de todo¡±, a?ade, ¡°los pueblos no van a desaparecer, la gente seguir¨¢ viviendo en ellos y los servicios habr¨¢ que seguir llev¨¢ndolos hasta all¨ª¡±, avisa.
Cierto, pero es precisamente la prestaci¨®n y distribuci¨®n de los servicios una de las razones que justificar¨ªan, seg¨²n algunos, la reorganizaci¨®n del mapa municipal. ¡°Para la prestaci¨®n de servicios p¨²blicos se necesita un m¨ªnimo escalaf¨®n de funcionarios, que garantice la eficacia¡±, dice Sosa Wagner.
¡°Para prestar servicios se requiere capacidad recaudatoria y para eso hay que tener una poblaci¨®n suficiente. Habr¨¢ que ver las formas de reorganizar, pero creo que la necesidad es imperiosa¡±, asegura Luciano Parejo, tambi¨¦n catedr¨¢tico de Derecho Administrativo, en la Universidad Carlos III. Aunque advierte: ¡°Hemos de aprovechar lo que tenemos porque ya hemos fracasado con otros intentos, hay que reconfigurar las Diputaciones¡±, dice.
El municipio es una Administraci¨®n muy querida por los ciudadanos
Antonio Embid afirma: ¡°Suprimir municipios no sirve de nada, mucha prudencia y poco dogmatismo con esto. Si es que, adem¨¢s, los servicios, agua, recogida de basuras, ya se est¨¢n prestando de una forma com¨²n, agrupada, mediante mancomunidades. Ese segundo nivel local es el que debe usarse para los servicios, que ese es el problema, no el ahorro¡±. Y a?ade: ¡°Ser¨ªa un error que se fijara por ley un n¨²mero de habitantes a partir del cual suprimir un municipio¡±.
Mart¨ªnez Ma¨ªllo aclara desde el primer momento que cerrar pueblos atendiendo al tama?o no est¨¢ en la agenda de negociaci¨®n de la FEMP con el Gobierno. Pero no descarta debatir sobre el reparto competencial, precisamente para atender esos servicios ¡°que, de todas formas, han de seguir llegando hasta donde vive la gente¡±. ¡°La duplicidad de servicios entre las entidades locales y supralocales; eso s¨ª puede debatirse. Desde ese punto de vista, puede que haya ineficiencias que corregir, pero nada se soluciona en el terreno econ¨®mico suprimiendo un Ayuntamiento¡±. Es posible, admite, que el n¨²mero de mancomunidades, por ejemplo, sea excesivo: ¡°Se puede hablar sobre ello¡±. En Espa?a hay 1.025 mancomunidades de variados objetivos: agua, bombero, basuras...
N¨²ria Bosch es catedr¨¢tica de Hacienda P¨²blica de la Universidad de Barcelona y est¨¢ convencida de que ¡°la fusi¨®n de municipios aumenta la calidad del servicio p¨²blico¡±. Pero tambi¨¦n opina que pueden crecer los gastos si no se afina en esta operaci¨®n. Esa es una de las conclusiones de un estudio sobre la reorganizaci¨®n del Gobierno local que ha dirigido, junto a Albert Sol¨¦, como miembros del Instituto de Econom¨ªa de Barcelona (IEB). ¡°En todo caso, no es un proceso sencillo, la reorganizaci¨®n deber¨ªa depender de cada zona, no es lo mismo el ¨¢mbito rural que el urbano, por ejemplo. Es f¨¢cil fusionar esos municipios que casi son un continuo urbano, pero los pueblitos aislados quiz¨¢ no tanto; las mancomunidades puede que funcionen mejor para estos peque?os pueblos, pero estas agrupaciones quiz¨¢ sobran en los entornos urbanos¡±, opina.
Luciano Parejo tambi¨¦n cree que las mancomunidades deber¨ªan deshacerse de la carga que suponen municipios de m¨¢s de 5.000 habitantes. ¡°Municipios grandes y Diputaciones supone duplicar los ¨®rganos de administraci¨®n¡±, coincide Sosa Wagner. En todo caso, a?ade este ¨²ltimo, sea lo que sea habr¨¢ que hacerlo sobre la base del acuerdo pol¨ªtico, teniendo en cuenta la eficacia en la prestaci¨®n de servicios y buscando que el municipio responda a una organizaci¨®n pol¨ªtica no a una agrupaci¨®n familiar. ¡°Para montar un sistema democr¨¢tico se necesita algo m¨¢s que la uni¨®n de unas familias. Creo que por debajo de tres o cuatro mil habitantes no tienen mucho sentido¡±, afirma.
Las ranas no votan por desecar la charca en que viven, dec¨ªan en Alemania
Sosa Wagner cree que fusionar municipios hasta que alcancen esa cifra de habitantes no supone, en ning¨²n caso, que se pierda la representatividad pol¨ªtica de los peque?os pueblos. ¡°En Le¨®n, Asturias, Galicia, ya hay una organizaci¨®n por parroquias, pedan¨ªas, que tienen garantizada su representatividad y cierto nivel de administraci¨®n de bienes comunales, por ejemplo¡±.
La representatividad pol¨ªtica de las aldeas no es un asunto menor para Antonio Embid: ¡°Los pueblos temen, y con raz¨®n, que les quiten capacidad pol¨ªtica para luchar por sus cosas, su escuela, su centro m¨¦dico. La desaparici¨®n de aquellos funcionarios a lo largo de los a?os, los maestros, los m¨¦dicos, ha contribuido a la despoblaci¨®n de muchos municipios¡±, afirma.
Pero el debate persiste, con crisis y sin ella. Y cabe preguntarse, tambi¨¦n, qui¨¦n ser¨ªa el encargado de dibujar el nuevo mapa llegado el caso. ¡°Las comunidades aut¨®nomas, sin ninguna duda, ellas tienen las competencias¡±, responde de inmediato Sosa Wagner, en la creencia, adem¨¢s, de que cada territorio es diferente y buscar¨¢ el modelo adecuado.
¡°Corresponder¨ªa al Estado¡±, opina, sin embargo, Luciano Parejo. ¡°El municipio es una pata del Estado, tanto como las comunidades aut¨®nomas, aunque lo regulara solo mediante una ley b¨¢sica¡±, que luego pueda desarrollarse en el ¨¢mbito regional.
En muchos pa¨ªses europeos se reorganiz¨® el mapa local en el siglo XX
La b¨²squeda de acuerdos, para hacer lo que sea, es materia coincidente entre los expertos, pero el consenso no siempre es posible cuando se aborda una medida pol¨¦mica, y esta, sin duda, lo ser¨ªa. ¡°Las ranas nunca votar¨¢n la desecaci¨®n de la charca en la que viven, dec¨ªan en Alemania¡±, recuerda Sosa Wagner.
Y parece que las ranas latinas son a¨²n m¨¢s reacias a prescindir de su charca. La Europa m¨¢s al norte ya puso en marcha hace d¨¦cadas dr¨¢sticas reorganizaciones locales que redujeron significativamente el n¨²mero de municipios. En el sur, el asunto es m¨¢s complejo. En Espa?a, bien al contrario, el n¨²mero de municipios ha crecido en las ¨²ltimas d¨¦cadas, aunque no mucho, porque las peticiones de segregaci¨®n, de independencia, tardan a?os en resolverse en la Administraci¨®n. No es f¨¢cil, la segregaci¨®n requiere unas condiciones administrativas que no siempre est¨¢n acordes con el deseo independentista. ¡°En el Levante ha ocurrido m¨¢s veces, porque hace siglos los pueblos se formaron en la monta?a, en el interior, de espaldas a los envites piratas de la costa, y ahora que los n¨²cleos costeros han crecido tanto no se ven representados por aquellos que viven all¨ª arriba¡±, bromea Sosa Wagner. Poco a poco, algunos han conseguido su ansiada identidad.
¡°La pertenencia a un lugar, y que tenga representatividad propia est¨¢ muy arraigada en el sur¡±, sostiene Luciano Parejo.
En otros pa¨ªses no se anduvieron con contemplaciones, lo que no quiere decir que ahorraran pleitos. Hubo muchos en Alemania, pero los tribunales fallaron a favor del nuevo dise?o decretado. ¡°En Inglaterra, Suecia, Holanda, Alemania, Dinamarca, B¨¦lgica, se abordaron planes sobre esto a mediados del siglo pasado. En Inglaterra se suprimieron algo m¨¢s del 70% de los municipios, y en Alemania alrededor de la mitad. Y se usaron criterios num¨¦ricos, por habitantes¡±, explica Luciano Parejo, buen conocedor de la situaci¨®n europea. Francia y Portugal est¨¢n ahora en debates similares. El caso de Francia es llamativo porque tiene m¨¢s de 30.000 municipios.
Y en Espa?a, como se ha dicho, el asunto va y viene. En este caso alentado por la feroz crisis econ¨®mica y el ahorro de dinero p¨²blico, una cuesti¨®n que los expertos no creen determinante para emprender ese camino, sino la representatividad pol¨ªtica y la prestaci¨®n de servicios. ¡°Por supuesto tendr¨ªa que hablarse este asunto al margen de la crisis, pero la crisis ha tra¨ªdo de nuevo esta cuesti¨®n y ha puesto de manifiesto ciertos problemas: puede que no se trate de la inoperancia de ciertos Ayuntamientos, pero quiz¨¢ s¨ª de la duplicidad de servicios y de repensar las Administraciones supralocales¡±, concluye N¨²ria Bosch. ¡°Y si no fuera por la crisis, quiz¨¢ no estar¨ªamos hablando de ello¡±.
Ozasuras o Cesuroza
Los primeros que vieron clara la fusi¨®n, antes que los alcaldes, que el presidente Feij¨®o, que el resto de los vecinos, fueron los socios de la Casa de Andaluc¨ªa de A Coru?a. Llevan a?os celebrando el Roc¨ªo con su caracter¨ªstico peregrinaje de carromatos y volantes por las m¨¢s de 20 parroquias que suman Oza y Cesuras. Las cabeceras de estos dos municipios de la provincia coru?esa, pr¨®ximos a Betanzos, distan tres o cinco kil¨®metros, seg¨²n qu¨¦ carretera se elija. En la m¨¢s larga, a mitad de camino y en terrenos de Cesuras, antes de saltar la noticia de la fusi¨®n, los alcaldes (que ya se han acostumbrado a negociar juntos), ya le hab¨ªan arrancado a la Xunta de Galicia la promesa de una guarder¨ªa compartida. En la v¨ªa m¨¢s corta, la principal, ondea sin embargo, desde hace nada, una pancarta que revela temores vecinales: ¡°Sin informaci¨®n, no a la fusi¨®n¡±, reza.
A todos los vecinos, los 2.225 de Cesuras y los 3.229 de Oza dos R¨ªos, les han escrito sus alcaldes. La carta habla de ¡°uni¨®n voluntaria¡±, ¡°entre iguales¡±, de ¡°experiencia ilusionante¡±. Tambi¨¦n de ¡°mejora de los servicios¡± porque van a convertirse, argumentan, en un Ayuntamiento de m¨¢s de 5.000 habitantes y eso da derecho a una raci¨®n mayor del pastel de los Gobiernos central y regional. Ser¨¢, prometen los regidores, ¡°bastante m¨¢s dinero¡± del que recibir¨ªan ¡°por separado¡±, y adem¨¢s, al renegociar unidos contratas como la de recogida de basuras, tambi¨¦n ¡°ahorrar¨¢n¡±. Todo esto, siguen, ¡°respetando la identidad¡± y el ¡°equilibrio¡±, manteniendo los dos centros de salud, los colegios y las casas consistoriales.
¡°Os pido calma y confianza, vamos a tener mucho m¨¢s¡±, promete a sus gobernados Pablo Gonz¨¢lez, el regidor del Ayuntamiento m¨¢s grande y el ¨²nico que cobra por ello. Tanto ¨¦l como su hom¨®logo, Juli¨¢n Lucas, reunidos en el Ayuntamiento de Oza, recuerdan que los municipios de m¨¢s de 5.000 habitantes ¡°tienen derecho a pediatra¡±. Gonz¨¢lez, adem¨¢s, suelta a volar la idea de un instituto: ahora los chicos de ambos pueblos (una grand¨ªsima parte nacidos de matrimonios mixtos entre cesuranos y ocenses) van en autobus al instituto de Betanzos.
Pero el aut¨¦ntico man¨¢ que anuncian los alcaldes sabe dulce y tiene chispa. Aqu¨ª hay algunas explotaciones ganaderas, alg¨²n aserradero, alg¨²n carpintero, pero los j¨®venes tienen que buscarse las habichuelas fuera. Begano, la embotelladora de Coca-Cola para el noroeste espa?ol, ha comprado 360.000 metros cuadrados de monte que ya ha sido recalificado. El Ayuntamiento de Oza habla de una inversi¨®n de 300 millones en 10 a?os y de un compromiso por parte de la multinacional: antes de la fusi¨®n, el 60% de las nuevas contrataciones iban a ser de empadronados en Oza. Ahora ser¨¢n el 100%, tanto de Oza como de Cesuras.
Claro que en el segundo de estos pueblos, donde el anuncio de fusi¨®n se ha topado con m¨¢s reticentes (ha habido ya manifestaciones encabezadas por el Bloque Nacionalista Galego), se extiende el rumor de que el proyecto est¨¢ parado: ¡°La Coca-Cola va a reforzar la planta de Asturias y lo que monten aqu¨ª, si lo montan, ser¨¢ un almac¨¦n¡±, comenta el due?o del bar, incr¨¦dulo con la uni¨®n de municipios. ¡°Lo que menos perdonamos es el secretismo con el que se hizo todo esto; parec¨ªa que [el presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez] Feij¨®o ten¨ªa prisa por algo. Y ojal¨¢ me equivoque, pero seguro que a los alcaldes les prometieron algo de su inter¨¦s por meterse en este l¨ªo¡±.
¡°Juli¨¢n Lucas no vuelve a ser elegido, eso est¨¢ claro¡±, advierte el vecino expresando el sentir de muchos cesuranos. En breve, una vez que se vote en los dos plenos municipales la fusi¨®n, se disolver¨¢n las corporaciones, se nombrar¨¢ una comisi¨®n gestora y se convocar¨¢n elecciones. Entonces, PP, PSOE (segunda fuerza en Oza) y BNG (segunda en Cesuras) tendr¨¢n que fundir tambi¨¦n sus listas. Ya no habr¨¢ 11 concejales en cada Ayuntamiento, sino 13 en total, y ya no todas las parroquias, como es tradici¨®n, van a estar representadas.
Y un alcalde se ir¨¢ para casa. Sea el que sea, ambos regidores pasar¨¢n a la historia como los ¨²ltimos de cada pueblo. Breves Gobiernos, porque tanto Gonz¨¢lez como Lucas se estrenaron en 2011. Sus antecesores estaban desde la Transici¨®n. ¡°Pod¨ªamos quedarnos sentados y dejar pasar el tiempo¡±, comentan los dos, ¡°pero el panorama econ¨®mico ya no es el que era hace cinco a?os y hab¨ªa que hacer algo¡±.
¡°Ahora solo va a haber una vaca de la que chupar¡±, resume Flora Rell¨¢n, vecina de Oza. ¡°Pero a nosotros nos da igual¡±, la secunda Elisa Delgado: ¡°Si no nos quitan las cosas que tenemos aqu¨ª... el centro de salud... Ni el nombre que le pongan al pueblo nos preocupa¡±.
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