Aborto, no
No toca. El aborto no toca. No es ni necesario ni urgente que el Tribunal Constitucional dirima sobre el recurso interpuesto por el Partido Popular y el Gobierno de Navarra contra la ley de plazos ¡ªoficialmente bautizada como Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupci¨®n Voluntaria del Embarazo¡ª. As¨ª lo ha dicho el presidente del Constitucional, Pascual Sala. Ha asegurado, sin m¨¢s explicaciones, que esta alta instituci¨®n del Estado organiza su trabajo ¡°de acuerdo con las necesidades y la urgencia del momento¡± y que hay ¡°otros asuntos de importancia y mucho m¨¢s antiguos¡± que resolver antes que la ley de plazos.
Sala podr¨ªa haber argumentado que trabajar para una ley que est¨¢ a punto de ser derogada es un trabajo bald¨ªo. Aunque discutible, al menos habr¨ªa sido una raz¨®n. Tambi¨¦n lo habr¨ªa sido alegar que hay demasiado trabajo en el tribunal, pero tampoco lo ha hecho; quiz¨¢ porque ello habr¨ªa vaciado el argumento por el cual ha prometido dirimir cuanto antes sobre la legalidad del partido de la izquierda abertzale Sortu, vetado por el Supremo, de manera que este sepa antes de las elecciones aut¨®nomas vascas del pr¨®ximo a?o si puede o no participar en ellas.
En este asunto no solo hay una flagrante contradicci¨®n. Hay tambi¨¦n un sesgo conservador y, por decirlo suavemente, poco sensible hacia los problemas sociales. De otro modo, es dif¨ªcil de entender que el Constitucional no haya despejado todav¨ªa el recurso de anticonstitucionalidad contra la ley de matrimonio homosexual presentado en octubre de 2005, hace ya seis a?os y medio. Tambi¨¦n es dif¨ªcil de entender que la ley de plazos no sea urgente y s¨ª lo sea la legalizaci¨®n de Sortu cuando la izquierda abertzale ha demostrado su pericia en participar en la vida pol¨ªtica con distintas siglas. Por lo dem¨¢s, ambos recursos son igualmente antiguos: el de Sortu se present¨® en mayo de 2010 y el de la ley de plazos, en julio de ese mismo a?o.
El Constitucional muestra un sesgo conservador al aparcar el recurso contra la Ley de Salud Sexual
Esta decisi¨®n del Tribunal Constitucional de aplazar sine die el recurso contra la ley de plazos es, para colmo, un bal¨®n de ox¨ªgeno para el ministro m¨¢s reaccionario del Gobierno de Rajoy: Alberto Ruiz-gallard¨®n. El exalcalde de Madrid lidera una contrarreforma de la justicia que incluye anular la ley de plazos y volver al aborto en determinados supuestos. Asegura, faltando a la verdad de los hechos, que el Constitucional ya se ha pronunciado contra esta ley y se permite el lujo de asegurar que su derogaci¨®n es lo m¨¢s progresista que har¨¢ nunca.
El Tribunal Constitucional tuvo que dirimir en el pasado por dos veces la primera ley del aborto de 1985 y la Ley de Reproducci¨®n Asistida de 1989. En ambos casos se?al¨® que los no nacidos no son titulares del derecho fundamental a la vida, pero Gallard¨®n contin¨²a su irritante cruzada mezclando y manipulando conceptos. Dijo en el Congreso que las espa?olas abortan porque hay una ¡°violencia estructural¡± que las empuja a ello para evitar, por ejemplo, ser despedidas por embarazo, lo que el ministro no acompa?a de una reforma laboral en consecuencia o de pol¨ªticas natalistas. Esta semana ha insistido en su insultante estrategia afirmando en el Senado que ¡°la libertad de la maternidad es lo que hace aut¨¦nticamente mujer a la mujer¡±.
Seg¨²n este ministro, entonces, las inf¨¦rtiles y las que ya no tienen la regla no son mujeres de verdad. Ya que la ley de plazos est¨¢ sentenciada y Espa?a volver¨¢ a ser una excepci¨®n en Europa a este respecto, quiz¨¢ no es mucho pedir que Gallard¨®n se abstenga de hacer comentarios tan hirientes, aunque lo peor es que se le d¨¦ alas desde el Constitucional, donde, por cierto, las magistradas, letradas y jefas de departamento son excepci¨®n. Pero eso, seguramente, es irrelevante, como lo es que en la cruzada emprendida por Mayor Oreja y otros eurodiputados contra el aborto haya solo hombres.
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