"Sor Mar¨ªa me dijo que la madre era una chica joven sin medios"
Alejandro Alcalde, padre adoptivo de la ni?a robada por la monja, declara ante el juez
Alejandro Alcalde, el padre adoptivo de la supuesta beb¨¦ robada Pilar Alcalde, ha asegurado hoy ante el juez Adolfo Carretero que no dio dinero a la monja Mar¨ªa G¨®mez Valbuena, imputada por la supuesta sustracci¨®n del beb¨¦ que adopt¨® en 1982, cuando la religiosa le entreg¨® a la ni?a. Seg¨²n ha dicho, sor Mar¨ªa le cont¨® que la madre biol¨®gica "era una chica joven que no ten¨ªa medios y que no pod¨ªa atender a su hija" por lo que hab¨ªa decidido darla en adopci¨®n. Alcalde y su exmujer, Juana Antonia,? han comparecido hoy como testigos en el juzgado n¨²mero 47 de Madrid, un d¨ªa despu¨¦s de que sor Mar¨ªa se acogiese a su derecho a no declarar y no respondiera a las preguntas del juez. Sobre ella se mantiene la imputaci¨®n por los delitos de detenci¨®n ilegal y falsedad en documento p¨²blico. No obstante, poco despu¨¦s, la monja defendi¨® su inocencia en una carta abierta a la opini¨®n p¨²blica.
En declaraciones ayer a este peri¨®dico, Alejandro Alcalde relat¨® que lleg¨® hasta la monja tras un largo periplo, junto a la que entonces era su esposa, por las Diputaciones de Madrid, A Coru?a, Lugo, Zaragoza, buscando un ni?o que adoptar. ¡°La primera vez que nos vimos con ella nos lo puso muy dif¨ªcil. Luego nos pidi¨® todo tipo de datos. Nos pregunt¨® si ¨¦ramos cat¨®licos, me hizo llevar un documento de mi empresa acreditando que yo ocupaba el cargo que le hab¨ªa dicho que ten¨ªa y que ganaba lo que le hab¨ªa dicho que ganaba...¡±, recuerda.
"Era de una terrible frialdad"
¡°Sor Mar¨ªa era una mujer muy fuerte. Ahora la veo y ni la reconozco, parece la mitad de su sombra y no solo por la edad. Era una mujer de una terrible frialdad, pero yo le estaba inmensamente agradecido porque me hab¨ªa dado una hija¡±, explica. ¡°Recuerdo que en 1981 sali¨® un reportaje que hablaba del tr¨¢fico de ni?os. Yo me pele¨¦ con todo el mundo defendiendo a sor Mar¨ªa. Estaba convencido de que todo era mentira. Ahora no s¨¦ qu¨¦ pensar¡±.
Alejandro recuerda que la monja le ofreci¨® cambiar de beb¨¦ antes de la adopci¨®n. ¡°Pilar naci¨® muy malita. Estuvo 40 d¨ªas hospitalizada y sor Mar¨ªa nos ofreci¨® echarnos para atr¨¢s y esperar a otro ni?o. Yo le dije que no. Aquella ni?a ya era mi hija¡±. Tambi¨¦n recuerda haberle pagado, en total, ¡°unas 100.000 pesetas¡±, pero aclara: ¡°Yo no compr¨¦ una ni?a. Me pasaron facturas por la estancia de la madre, la anestesia, el quir¨®fano, el papeleo... Las guardo todas y ma?ana [por hoy] se las ense?ar¨¦ al juez¡±.
Est¨¢ convencido de que lo que haya podido hacer sor Mar¨ªa ¡°lo hizo pensando que era lo mejor¡± para su hija, Pilar, a la que llev¨® con frecuencia cada a?o a visitar a la monja para que esta viera c¨®mo iba creciendo la ni?a. Aunque aquella relaci¨®n cordial se torci¨® cuando Pilar cumpli¨® 15 a?os y quiso conocer a su madre biol¨®gica, y Alejandro la acompa?¨® a ver a la monja para que les diera informaci¨®n. ¡°?Pero por qu¨¦ buscas a tu madre? Podr¨ªa estar metida en drogas, o ser una prostituta, probablemente no quiera saber nada de ti¡±, recuerda Alejandro que sor Mar¨ªa le dijo a su hija. Decidido a ayudarla a encontrar a su madre biol¨®gica, Alejandro contrat¨® a un detective y a una abogada. No consigui¨® nada. Volvi¨® muchas veces m¨¢s a intentar sonsacarle algo a sor Mar¨ªa. ¡°Incluso le ped¨ª a una monja con la que me llevaba muy bien que hablara con ella e intercediera por m¨ª. ¡®?Es muy dura! Me ha dicho que no y que no!', me dijo tras verse con ella. La ¨²ltima vez que vi a sor Mar¨ªa fue hace tres a?os. Me acababan de diagnosticar una enfermedad y acud¨ª a ella desesperado para intentar solucionar esto. Me dio una pista falsa. Coment¨® que la madre pod¨ªa estar en M¨¢laga. Y ya no me recibi¨® m¨¢s¡±.
¡°Yo no puedo decir que sor Mar¨ªa le rob¨® a Marisa a su hija porque no lo s¨¦. Ma?ana [por hoy] le contar¨¦ al juez todo esto, mi verdad¡±. Alejandro a?ade algo m¨¢s: ¡°Los padres adoptivos deber¨ªan ayudar a sus hijos a buscar a sus padres biol¨®gicos. Tienen derecho a saber qui¨¦nes son¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.