"La verdadera aventura est¨¢ aqu¨ª, no en la Ant¨¢rtida"
El aventurero es el primer espa?ol que llega al Polo Sur desde la costa sin ayuda externa
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Cuesta imaginar a Albert Bosch, un torrente de conversaci¨®n, energ¨ªa en estado puro que lo mismo compite en moto, buggy o lo que se tercie en el Dakar, sube el Everest, corre el Marat¨®n de las Arenas como si el S¨¢hara fuera el jard¨ªn de su casa o se empe?a en cruzar la Ant¨¢rtida, sin nadie con quien hablar. Sin nadie con quien charlar durante 48 de los 67 d¨ªas que tard¨® en alcanzar el Polo Sur andando desde la costa. ¡°En la cuarta jornada de marcha, con 30 kil¨®metros recorridos, mi compa?ero Carles Gel se lesion¨® y tuvo que abandonar. Fue un palo tremendo, que adem¨¢s cambiaba radicalmente un plan dise?ado durante meses. Y encima un viento terrible, que hac¨ªa bueno el fr¨ªo de hasta 45 grados bajo cero, impidi¨® cualquier movimiento durante 15 d¨ªas... Pero siempre fui feliz, fue una experiencia enriquecedora en un entorno hostil pero hermoso, lejos de la crisis y la prima riesgo¡±, ametralla con las palabras mientras se empapa en agua mineral con gas. ¡°Sin hielo, por favor. ?Ya he visto bastante!¡±, bromea con el camarero.
La haza?a de este aventurero multidisciplinar (Sant Joan de les Abadesses, Girona, 1966) va m¨¢s all¨¢ de que afrontara en solitario el entorno terrestre m¨¢s inh¨®spito. ¡°Un desierto helado donde no te cruzas con osos polares como en el ?rtico, o ni siquiera hay virus que puedan infectarte una herida¡±. Bosch valora especialmente a la gallega Chus Lago, que en enero de 2009 se convirti¨® en la primera espa?ola en alcanzar el punto m¨¢s austral de la Tierra, el punto donde convergen todos los meridianos. Sola. Con la ¨²nica compa?¨ªa de su sombra, en un d¨ªa perpetuo que dura seis meses.
Lo m¨¢s dif¨ªcil de la expedici¨®n fue combatir la pereza", dice
Bosch la imit¨® dos a?os despu¨¦s tras un periplo de 1.180 kil¨®metros a pelo. Sobre esqu¨ªs y tirando de un trineo que pesaba 138 kilos. Pero sobre todo con la distinci¨®n que le ha valido el reconocimiento de la Sociedad Geogr¨¢fica Espa?ola: ser el primer espa?ol en presentarse en el Polo Sur desde la costa sin recibir ning¨²n tipo de ayuda externa (Lago la necesit¨® tras quedarse sin comida a punto de hacer meta). ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil fue combatir la pereza, mantener la disciplina, no caer en el autoenga?o¡±, asiente Bosch, que renunci¨® a la tecnolog¨ªa que otras expediciones recientes s¨ª han empleado, autopropulsadas con cometas para llegar al sanctasanct¨®rum helado que Roald Amundsen alcanz¨® el 14 de diciembre de 1911, 35 d¨ªas antes que Robert Scott. El pionero noruego alcanz¨® en 55 d¨ªas el extremo sur en trineos tirados por perros, de los que solo 11 de 52 sobrevivieron a la caminata de 1.300 kil¨®metros. Al resto se los comieron. ¡°Yo llegu¨¦ el 4 de enero, ensayando conferencias en voz alta sobre liderazgo y gesti¨®n de crisis. So?ando despierto con celebraciones en las que siempre hab¨ªa comida y me imaginaba delante de una paella o un plat de carn d¡¯olla... ?Me hubiera comido un perro y lo que hiciera falta!¡±, recuerda, todav¨ªa empachado de las barritas energ¨¦ticas y comida liofilizada.
Inquieto por el calor seco y sofocante de Madrid, donde la lluvia va camino de ser un bien de lujo, Bosch resume sus reflexiones polares. Impresiones que cree que pueden servir de algo para los 5,3 millones de parados que ha dejado la crisis. ¡°La verdadera aventura est¨¢ aqu¨ª, no en la Ant¨¢rtida... A veces corremos mucho sin saber ad¨®nde, deber¨ªamos olvidarnos del reloj y coger la br¨²jula. Y recordar que las cosas buenas se acaban, pero las malas tambi¨¦n¡±.
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