Obsesi¨®n episcopal por la homosexualidad
El obispo Reig insiste en llamar a la ¡°curaci¨®n¡± de los gais, frente al consenso cient¨ªfico de que no es una enfermedad. El mensaje alienta el odio contra un colectivo amenazado en medio mundo
Gai, una palabra francesa, quiere decir en espa?ol alegre, festivo. Quiz¨¢s proceda del lat¨ªn gaudium, es decir gozo, alegr¨ªa, placer. Una de las grandes enc¨ªclicas del siglo pasado se llama Gaudium et spes (Gozo y esperanza), de Pablo VI, como r¨²brica regocijada del Concilio Vaticano II, en 1965. En EE UU, donde escriben gay (con ye), la palabra se us¨® como sin¨®nimo de homosexualidad por primera vez, y en sentido peyorativo, en la pel¨ªcula La fiera de mi ni?a, de 1938, protagonizada por Cary Grant. Desde 1969, millones de personas la exhiben como santo y se?a de lo que desde entonces se conoce como el Orgullo Gay. En 1985 se instaur¨® el D¨ªa del Orgullo Gay, con concentraciones reivindicativas (pero sobre todo festivas) en las grandes capitales del mundo.
La jerarqu¨ªa cat¨®lica comparte la condena a la homosexualidad, pero muchos te¨®logos, no
Pues no. Con terquedad vaticana, el obispo de Alcal¨¢ de Henares, Juan Antonio Reig Pla, insiste en que los homosexuales son unos pobres diablos que, enfermos de muy mala manera, pasan la vida en un infierno o se arrastran por el fango del pecado, luchando algunos de ellos a brazo partido para curarse. Lo dijo en la homil¨ªa del Viernes Santo, en una eucarist¨ªa retransmitida por TVE-2. El obispo Reig calla que las teor¨ªas de que el homosexual es un enfermo que se puede curar han sido arrumbadas por la ciencia con estr¨¦pito, incluida una solemne proclamaci¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). Lo hizo el 17 de mayo de 1990, cuando excluy¨® la homosexualidad de la llamada Clasificaci¨®n Estad¨ªstica Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud. El Reino Unido hizo lo propio en 1994, seguido por el Ministerio de Salud ruso en 1999 y la Sociedad China de Psiquiatr¨ªa en 2001. La Asociaci¨®n Norteamericana de Psiquiatr¨ªa hab¨ªa votado previamente por unanimidad retirar esa tendencia sexual de la secci¨®n Desviaciones sexuales de la segunda edici¨®n del Manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de los trastornos mentales (el DSM-II). Sucedi¨® en 1973.
Hoy, solo sostienen que los gais son enfermos movimientos o gobiernos de intolerancia extrema, o sencillamente criminales, y all¨ª donde las religiones siguen ostentado mucho poder.
?Es que ha vuelto la Inquisici¨®n?
?Qu¨¦ est¨¢ pasando en Espa?a? ?Es que ha vuelto la Inquisici¨®n? El director de una revista cat¨®lica brit¨¢nica envi¨® hace unos d¨ªas estas dos preguntas a su colega espa?ol, el director de Vida Nueva, Juan Rubio. "Escr¨ªbeme algo para el peri¨®dico y cu¨¦ntame", urg¨ªa. "Le respond¨ª diciendo que prefer¨ªa el silencio, porque lleva el germen de la m¨¢s elocuente de las palabras, la de Jesucristo. Lo dem¨¢s son accidentes en este intenso caminar". Juan Rubio es un sacerdote sabio y tranquilo, con aspecto y maneras del famoso cura rural de Georges Bernanos. "En las cosas necesarias, la unidad; en las dudosas, la libertad; y en todas, la caridad", suele decir, citando a san Agust¨ªn. Nada que ver con sus jerarcas.
Inquisici¨®n no hay, pero s¨ª confusi¨®n extrema. El obispo Reig presenta una doble cara de la homosexualidad. Son degenerados, predic¨® el Viernes Santo. Son enfermos, matiza ahora. Es prueba de lo perdida que est¨¢ la jerarqu¨ªa en materia de sexo. La ciencia hace d¨¦cadas que les tiene fuera de tiesto. Quiz¨¢s dentro de cien a?os un papa pida perd¨®n, como hizo Juan Pablo II noventa veces a otras v¨ªctimas de la barbarie religiosa. Al principio, Roma rechaza cualquier idea de progreso con excomuniones e, incluso, con la hoguera. Luego, con el tiempo, casi siempre mucho tiempo, acaba aceptando lo que antes conden¨®. Por mucho que se empe?en, la Tierra sigue siendo redonda. ?Galileo, Galileo!
Lo malo es que las pr¨¦dicas episcopales excitan la violencia sobre un colectivo que, pese a estar saliendo del armario (como suele decirse) con cierto regocijo, sigue corriendo peligro en muchas partes del mundo. La misma semana de la homil¨ªa de Reig, Vargas Llosa relataba en EL PA?S el caso de un joven apaleado hasta la muerte, con horribles tormentos, por su condici¨®n homosexual. Sucedi¨® en Chile.
?Podr¨ªa ocurrir en Espa?a? Hasta la muerte de Franco, los homosexuales sufrieron c¨¢rcel y persecuciones. Hubo muertes, y muchos exilios. Permanecen los deslenguados y las exageraciones cada vez que surge una pol¨¦mica como la actual. Cuando se legaliz¨® el matrimonio entre personas del mismo sexo, el portavoz episcopal, Mart¨ªnez Camino, proclam¨® que era lo peor ocurrido a su iglesia en 2.000 a?os.
No est¨¢ Espa?a libre de hom¨®fobos violentos, ni habr¨¢ una conciencia neutral ante el movimiento gay mientras los obispos sigan ostentando poder (decreciente, pero ostensible). La homofobia se contagia. Un notorio alcalde de Madrid durante la dictadura tiene ahora una calle a su nombre pese a saberse que promovi¨® el linchamiento, hasta darlo por muerto, del famoso cantante Miguel de Molina. El mat¨®n se llamaba Jos¨¦ Finat y Escriv¨¢ de Roman¨ª, conde de Mayalde. La avenida a su nombre est¨¢ en el barrio de Sanchinarro, de reciente construcci¨®n.
En este contexto se entiende que Reig, responsable de las pol¨ªticas de familia en la Conferencia Episcopal, causase el Viernes Santo estupor. Ha habido mociones pidiendo que el prelado sea declarado persona non grata; consejeros de RTVE alzaron su voz escandalizados y piden la intervenci¨®n del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco y la Federaci¨®n de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales ha presentado una denuncia ante la Fiscal¨ªa en busca del procesamiento del eclesi¨¢stico por predicar la violencia sobre el colectivo. La iniciativa no es una exageraci¨®n porque, como dice un miembro de Crismhon (los cristianos homosexuales), ¡°el obispo Reig predica vientos y provoca tempestades¡±.
Todav¨ªa hay 83 pa¨ªses donde la homosexualidad est¨¢ penada por ley. En algunos, la condena es la muerte: Arabia Saud¨ª, Ir¨¢n, Mauritania, Sud¨¢n, Yemen y Afganist¨¢n. En la mayor¨ªa de los casos, la pena no se aplica, pero numerosos homosexuales han sido ejecutados en los ¨²ltimos a?os en Ir¨¢n, Arabia Saud¨ª y en el Afganist¨¢n de los talibanes.
Enfrente, arrecian las adhesiones a las tesis del prelado Reig. Sobresale la de la Federaci¨®n Internacional de Asociaciones de M¨¦dicos Cat¨®licos. ¡°No compartimos la pr¨¢ctica de la homosexualidad por no estar conforme con la sana antropolog¨ªa ni con la Santa Biblia. La homosexualidad no es pro-natura. Monse?or Reig tiene toda la raz¨®n¡±, remacha esta federaci¨®n en un comunicado.
Arropado por sus incondicionales, que han llegado a considerar a Reig un ¡°coloso de la verdad¡±, y hasta ¡°un m¨¢rtir por la fe¡±, el obispo de Alcal¨¢ de Henares ha multiplicado la actividad contra los homosexuales, llamado por doquier para que repita las execraciones. ¡°Hemos salido del infierno¡±, se titula en la web donde el obispado recoge testimonios de ciudadanos que relatan c¨®mo han superado la enfermedad y ¡°los sufrimientos vividos durante el tiempo en que sintieron atracci¨®n sexual hacia personas del mismo sexo¡±. Textual.
?Qu¨¦ dice el resto de la jerarqu¨ªa cat¨®lica? La doctrina Reig es la oficial, pese a que las formas de decir las cosas chirr¨ªen m¨¢s en boca de unos obispos que de otros. La Conferencia Episcopal est¨¢ reunida esta semana en asamblea general y Reig ha sido jaleado por muchos de sus colegas, raramente efusivos entre ellos como esta vez con el predicador del Viernes Santo.
En cambio, pensadores cat¨®licos, protestantes y musulmanes han puesto el grito en el cielo. Es el caso del sacerdote Juan Rubio, director de la revista Vida Nueva, con difusi¨®n tambi¨¦n en Hispanoam¨¦rica. Ha escrito: ¡°Precisamente el d¨ªa en el que la Iglesia dedica su liturgia al silencio contemplativo de la Cruz, s¨ªmbolo de amor y ternura, el Viernes Santo, el obispo Reig Pla rompi¨® ese silencio mandando al infierno a mujeres que abortan, j¨®venes que beben los fines de semana, homosexuales que frecuentan bares de alterne, etc. No son solo las alusiones a la homosexualidad las inoportunas. El texto entero es preocupante. La liturgia de ese d¨ªa es tan rica en ideas y s¨ªmbolos que hasta se recomienda que la homil¨ªa sea sencilla, sugerente, parca en palabras, para no romper el eco del silencio que ha dejado la sobria lectura de la Pasi¨®n seg¨²n san Juan. No pod¨ªan dar cr¨¦dito muchos de los que, imposibilitados para acudir a los templos, segu¨ªan los oficios por televisi¨®n. Madres, esposas, hijas. Padres que abr¨ªan los ojos escuchando c¨®mo mandaba al infierno a sus hijos por ir de botell¨®n o por dudar de su identidad sexual y afrontarla con serenidad y altura de miras¡±.
Suele decirse que Jes¨²s, el fundador cristiano, llor¨®, pero jam¨¢s ri¨®. Sus sucesores, desde que llegaron al poder romano, vestidos los jerarcas con la parafernalia de antiguos emperadores, predican que el mundo es tiniebla y un valle de l¨¢grimas, y levantan obst¨¢culos para la felicidad, con la intolerancia de perseguidos convertidos m¨¢s tarde en perseguidores. Es la Iglesia del no, enemiga de la felicidad en la tierra, la que ve pecado e inmundicia donde el hombre cabal aprecia o busca felicidad y alegr¨ªa.
¡°Hemos salido del infierno¡±, dicen los ¡®convertidos¡¯ en la
web de la di¨®cesis
Opina el te¨®logo cat¨®lico Juan Jos¨¦ Tamayo, director de la c¨¢tedra Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid: ¡°Sexualidad y homosexualidad son dos asignaturas pendientes en el cristianismo, y muy especialmente en la Iglesia cat¨®lica. Har¨ªan bien los confesores en leer y aprender este breve poema de Eduardo Galeano: "Dice la Iglesia: el cuerpo es pecado, / Dice el mercado: el cuerpo es un negocio. / Dice el cuerpo: Yo soy una fiesta.¡±
A?ade Tamayo: ¡°El conflicto o la incompatibilidad entre cristianismo y homosexualidad carece de base tanto en el plano de la antropolog¨ªa como en el de la fe cristiana. Coincido con el te¨®logo holand¨¦s Edward Schillebeeckx en que no existe una ¨¦tica cristiana respecto a la homosexualidad. Se trata de una realidad humana que no puede desconocerse y que debe asumirse como tal sin apelar a criterios morales excluyentes. Por eso entend¨ª la protesta de los obispos norteamericanos ante la carta intolerante e hiriente del cardenal Ratzinger, cuando era presidente de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, contra la homosexualidad, que resultaba contraria a los avances de la ciencia en esta materia, atentaba contra la dignidad de la persona, pon¨ªa l¨ªmites a la libertad individual, lesionaba el principio de igualdad y discriminaba a los homosexuales en la comunidad cristiana. La mayor¨ªa de los textos b¨ªblicos que citaba Ratzinger estaban sacados de contexto y eran interpretados desde prejuicios hom¨®fobos¡±.
El sexo fue un asunto desprovisto de importancia para los primeros cristianos. Fue Tertuliano (160-220), l¨ªder cristiano en Cartago, el m¨¢s temprano y m¨¢s ruidoso de los cazadores de brujas. A sus ojos, la Iglesia era una preciosa ¨¦lite de creyentes (¡°superhombres porque el esp¨ªritu act¨²a en ellos¡±), y hab¨ªa que defenderla de la contaminaci¨®n, viniera de donde viniese. Cre¨ªa que el demonio recorr¨ªa la tierra buscando a quien corromper, aunque no lleg¨® al extremo del gran Or¨ªgenes, que seguramente se autocastr¨®, obedeciendo al ap¨®stol Mateo (¡°hay algunos que se han convertido en eunucos por el bien del reino de Dios¡±).
Ratzinger firm¨® una carta intolerante con la diversidad sexual
Pronto fue imponi¨¦ndose la idea de que, si el celibato era superior y el matrimonio inferior, el sexo ser¨ªa en consecuencia un acto perverso. El obispo Ambrosio de Mil¨¢n, que escribi¨® mucho sobre el asunto, asent¨® el camino pues era un hombre impresionante (san Agust¨ªn se confes¨® ¡°impresionado¡± cuando lo conoci¨® porque Ambrosio ¡°le¨ªa sin hablar¡±, un h¨¢bito desconocido en el mundo cl¨¢sico).
Las cosas no han mejorado. Todav¨ªa en 2001 el te¨®logo redentorista Marciano Vidal fue investigado y castigado por la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio de la Inquisici¨®n) por considerar la sexualidad como ¡°un lujo de la naturaleza¡±, y por ¡°comprender¡± las relaciones prematrimoniales, la homosexualidad o la masturbaci¨®n. La severa Notificaci¨®n inquisitorial contra el gran moralista espa?ol lleva la firma del cardenal Ratzinger, hoy Benedicto XVI. El libro de Vidal, voluminoso, Moral de actitudes, es una referencia imprescindible para comprender las agitadas relaciones del cristianismo con el sexo. Es Marciano Vidal quien recuerda en el tomo titulado Moral del amor y de la sexualidad, que ¡°castidad¡± procede de ¡°castigo¡±.
No es solo la jerarqu¨ªa de la Iglesia romana la que aborrece y execra a los homosexuales, tach¨¢ndolos de enfermos y gente desordenada. Sucede tambi¨¦n entre las iglesias protestantes. Esto opina el te¨®logo protestante M¨¢ximo Garc¨ªa Ruiz, profesor de la Facultad de Teolog¨ªa de la Uni¨®n Evang¨¦lica Bautista de Alcobendas. ¡°Si hici¨¦ramos una encuesta entre los diversos sectores del protestantismo espa?ol, comprobar¨ªamos que existe un considerable, seguramente mayoritario, n¨²mero de fieles, especialmente pastores y l¨ªderes, que suscribir¨ªan de forma contundente las palabras del obispo de Alcal¨¢ de Henares. No todos, por supuesto, pero es un hecho que la ideolog¨ªa protestante espa?ola en temas de moralidad se mueve, por lo general, en ¨¢mbitos muy conservadores. Sin embargo, es prioritario anteponer ciertos valores evang¨¦licos, como es amar a Dios sobre todas las cosas y al pr¨®jimo como a uno mismo, a cualquier otro tipo de juicio valorativo y condenatorio y dejar que la naturaleza siga su curso y permita que cada cual manifieste su sexualidad como crea oportuno, siempre y cuando respete la libertad y la dignidad del otro, especialmente cuando tiene incidencia, como por desgracia est¨¢ ocurriendo en sectores eclesi¨¢sticos muy extendidos, en desviaciones de pederastia, violaciones o atentados hacia los semejantes en general y hacia los ni?os en particular¡±.
Tamayo: ¡°No existe una ¨¦tica cristiana respecto a la homosexualidad¡±
?Y los musulmanes? La homofobia es una constante en gran parte de las religiones, pero hoy carga las tintas entre los musulmanes. En la Europa del siglo XXI se habla de la persecuci¨®n de los homosexuales en el mundo isl¨¢mico para mostrar al islam como una religi¨®n salvaje y puritana. En cambio, el escritor Abdennur Prado, fundador y primer presidente de la Junta Isl¨¢mica Catalana, sostiene que ¡°no hay fundamento alguno ni en el Cor¨¢n ni en el ejemplo del profeta Muhammad para una condena de la homosexualidad¡±.
A?ade Abdennur Prado: ¡°La persecuci¨®n de los homosexuales en el mundo isl¨¢mico es muy reciente, y tiene que ver con la colonizaci¨®n y la influencia de Occidente. En las primeras d¨¦cadas del siglo XX, el Magreb fue un para¨ªso para los homosexuales, que hu¨ªan de la puritana Europa en busca de la libertad sexual que se viv¨ªa en tierras del islam. En Marruecos, la homosexualidad es considerada un delito tan solo desde 1972. En Indonesia (el pa¨ªs con m¨¢s musulmanes) jam¨¢s ha estado prohibida. En la C¨®rdoba califal, los homosexuales habitaban todo un barrio, conocido como derb Ibn Zaydun. El caso de al-Andalus no es aislado. Esta actitud abierta llega hasta los inicios de la colonizaci¨®n. Viajeros, cient¨ªficos y colonizadores europeos describen, entre la fascinaci¨®n y la sorpresa, el grado de aceptaci¨®n de la homosexualidad entre los musulmanes, pero la sociedad victoriana utiliz¨® esos escritos para tachar al islam de religi¨®n lasciva e inmoral¡±.
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