¡°Especular con los alimentos es un crimen universal¡±
El exrelator de la ONU para la Alimentaci¨®n se indigna con cada muerte por hambre
Resulta dif¨ªcil encontrar en Europa a alguien que lleve tanto tiempo indignado contra un orden econ¨®mico que califica de ¡°can¨ªbal¡± y que condena a morir de hambre a 57.000 personas al d¨ªa. Soci¨®logo, pol¨ªtico socialista, exrelator de la ONU para el Derecho a la Alimentaci¨®n, el suizo Jean Ziegler sigue dando la batalla a punto de cumplir los 78 a?os. En 1952 ya colaboraba en Par¨ªs con el abate Pierre, fundador del movimiento de solidaridad de los Traperos de Ema¨²s. En 1964 conduc¨ªa el Mini negro en el que viajaba el Che Guevara por las calles de Ginebra camino de un foro internacional. En 1976 escandaliz¨® a sus compatriotas al destapar los secretos de la banca en Suiza¡
¡°No he cesado de pelear para tratar de despertar las conciencias¡±, asegura jovial en el restaurante de su hotel en Madrid. Ha venido a presentar el ¨²ltimo de sus libros ¡ªDestrucci¨®n masiva. Geopol¨ªtica del hambre (Pen¨ªnsula)¡ª tras uno de sus continuos viajes, esta vez a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, en su calidad de miembro del Comit¨¦ Consultivo del Consejo de Derechos Humanos. ¡°El men¨² del d¨ªa est¨¢ bien¡±, zanja ante el camarero que le ofrece la carta.
¡°La lucha contra el hambre, contra un sistema financiero globalizado que masacra a millones de seres humanos, es ahora mi trabajo. Un ni?o muere cada cinco segundos mientras la FAO reconoce que la agricultura podr¨ªa alimentar a 12.000 millones de personas, casi el doble de la poblaci¨®n actual del planeta¡±, argumenta Ziegler. ¡°Este es el mayor esc¨¢ndalo de nuestro tiempo¡±.
Es consciente de que sus cr¨ªticas se estrellan contra la indiferencia de una ¡°normalidad g¨¦lida, solo interrumpida por unos segundos de im¨¢genes en televisi¨®n¡±, en los pa¨ªses occidentales agobiados por la crisis. ¡°Las v¨ªctimas del hambre no votan aqu¨ª, y por lo tanto dejan de ser visibles, pero solo nos separa de ellos el azar del nacimiento¡±. El soci¨®logo suizo arremete contra esta ¡°destrucci¨®n masiva¡± en la que implica tambi¨¦n a la extensi¨®n de las plantaciones para biocombustibles que destruyen los cultivos para alimentaci¨®n humana, y al dumping del Norte, que subsidia la producci¨®n y la exportaci¨®n de sus productos. ¡°La hipocres¨ªa de los comisarios de Bruselas fabrica el hambre, luego Europa rechaza por la fuerza a los supervivientes¡±. Pero este antiguo profesor de la Universidad de Ginebra se indigna sobre todo con la ¡°especulaci¨®n alimentaria¡± en mercados burs¨¢tiles de materias primas como el de Chicago, donde el precio del ma¨ªz se ha disparado en los ¨²ltimos seis meses. ¡°M¨¢s de 1.600 millones de personas malviven subalimentadas en los poblados de chabolas del planeta. He visto en Senegal que muchas familias apenas pueden comprar un cucurucho de arroz para la sopa de la cena¡±, relata. ¡°La especulaci¨®n sobre los alimentos b¨¢sicos, aunque sea legal, es un crimen contra la humanidad que los pa¨ªses democr¨¢ticos deben impedir¡±.
Cree que ahora ya est¨¢n empezando a caer las m¨¢scaras del sistema. ¡°Estoy seguro de que quienes padecen aqu¨ª la crisis van a comprender que los que mueren de hambre en Mal¨ª sufren el mismo orden can¨ªbal mundial y empiezan a tomar conciencia¡±, concluye. ¡°Simpatizo con los indignados de las plazas, pero su movimiento no supone a¨²n una insurrecci¨®n de las conciencias ni una nueva sociedad civil global¡±.
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