Ah¨ª se queda, ministro

Es la primera vez en la historia de la democracia que los rectores no acuden, por decisi¨®n un¨¢nime, a la reuni¨®n del Consejo de Universidades. El ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, no lo hab¨ªa convocado desde su nombramiento y lo hizo hace unos 10 d¨ªas, despu¨¦s de que la Conferencia de Rectores de las Universidades Espa?olas (CRUE) acordara por unanimidad en su asamblea general de hace unas semanas en Murcia pedir esta reuni¨®n para tratar las medidas que incluye el real decreto ley de ¡°racionalizaci¨®n¡± del gasto educativo, ratificado el pasado d¨ªa 17 por el Parlamento.

El motivo del plant¨®n de este mi¨¦rcoles es que, seg¨²n este colectivo, no ten¨ªa sentido el encuentro sin tratar ese punto, que ata?e al tema m¨¢s importante que est¨¢ viviendo la Universidad espa?ola en estos momentos. Los representantes de los diversos rectores intentaron ayer sin ¨¦xito durante toda la ma?ana y parte de la tarde hablar con el ministro para intentar evitar el conflicto. Pero el ¨²nico problema no son los recortes, que tambi¨¦n, sino el c¨®mo se est¨¢n haciendo las cosas. Buena parte de este colectivo opina que el Gobierno est¨¢ dinamitando el modelo de igualdad de oportunidades en la educaci¨®n superior (con la combinaci¨®n de la subida de tasas y el recorte de becas), despreciando adem¨¢s a las instituciones al no actuar de forma consensuada.

Las cr¨ªticas vertidas por el Gobierno hacia la Universidad como que es ineficiente, que los profesores son unos vagos o que hay demasiadas (cuando no se ha creado ninguna p¨²blica en los ¨²ltimos 15 a?os, periodo en el que ha gobernado tambi¨¦n el PP) est¨¢ incendiando la situaci¨®n. Esperanza Aguirre ya intent¨®, cuando fue ministra de Educaci¨®n, una reforma parcial de la Universidad no consensuada, lo que vali¨® su sustituci¨®n precisamente por Mariano Rajoy. Tambi¨¦n la exministra Pilar del Castillo vivi¨® duros enfrentamientos con los rectores por la reforma universitaria que impuls¨®.

Ahora, el desprecio del ministro Jos¨¦ Ignacio Wert a los representantes de la comunidad educativa, incluidos los rectores, y con ello al papel de estas instituciones para el desarrollo del pa¨ªs y en la formaci¨®n de los profesionales, al no buscar acuerdos para estas reformas ni informarles siquiera de ellas directamente, as¨ª como su talante altivo con este colectivo, revela un desconocimiento del relevante papel pol¨ªtico y social de esta comunidad educativa y de los rectores. Y es una potente mecha para que prenda en serio el conflicto en las aulas superiores.