Objetivo: recuperar Espa?a para la Iglesia romana
Rouco lanza la ¡®nueva evangelizaci¨®n¡¯ en un momento cr¨ªtico para el catolicismo Los obispos, obligados a dar explicaciones en varios frentes, se sienten ¡°linchados¡±
Tiempos recios para la Iglesia cat¨®lica. Hace tiempo que los obispos acuden a esta definici¨®n de santa Teresa de ?vila para expresar sus estados de ¨¢nimo. La cristiandad est¨¢ en retirada en Europa ¡ªespecialmente en Espa?a¡ª, y los jerarcas no encuentran la manera de frenar el declive. ¡°Una vi?a devastada por jabal¨ªes¡±, ha definido la situaci¨®n Benedicto XVI. Acosados por esc¨¢ndalos de todo tipo; acorralados por divisiones internas tambi¨¦n en el Vaticano, su sede central; obligados a dar explicaciones sobre sueldos y privilegios, y conscientes del deterioro de su confesi¨®n en varios frentes, los obispos lanzaron el mi¨¦rcoles sus propuestas para frenar la ca¨ªda. Objetivo: recuperar Espa?a para la Iglesia romana.
El plan, titulado La nueva evangelizaci¨®n desde la Palabra de Dios. Por tu Palabra, echar¨¦ las redes, es ¡°pastoral¡± y para tres a?os. Aprobado en abril por la asamblea de la Conferencia Episcopal Espa?ola (CEE), el encargado de anunciarlo fue su portavoz, el jesuita Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, tambi¨¦n obispo auxiliar del cardenal Antonio Mar¨ªa Rouco en Madrid. Este arzobispado anunci¨® el proyecto llam¨¢ndolo Misi¨®n Madrid, fiel a la idea de su l¨ªder de que Espa?a, anta?o evangelizadora por el ancho mundo, es hoy tierra necesitada de recios evangelizadores.
¡°Hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada¡±, se dice evang¨¦licamente en una de las 30 p¨¢ginas del plan. Entre otras ¡°acciones¡± (21 en total), los obispos ultiman una ¡°instrucci¨®n¡± con el t¨ªtulo La verdad del amor humano, a propuesta del pol¨¦mico prelado de Alcal¨¢ de Henares, Juan Antonio Reig, el ide¨®logo de la comisi¨®n para la Familia y Defensa de la Vida. Su objetivo: ¡°Orientar sobre la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±.
La jerarqu¨ªa insiste
en beatificaciones masivas de m¨¢rtires
de la II Rep¨²blica
Tambi¨¦n prepara la CEE una magna beatificaci¨®n de 300 ¡°m¨¢rtires del siglo XX¡± ¡ªya hay canonizados o beatificados ¡°unos mil de ellos¡±, recont¨® el portavoz¡ª. No hay fecha ni lugar, pero ser¨¢ en Espa?a para mayor gloria de una confesi¨®n que, seg¨²n presumen sus jerarcas, fue ¡°agraciada¡± con incontables v¨ªctimas en la Guerra Civil de 1936. ¡°Son un est¨ªmulo muy valioso¡±, presumen.
La inmensa mayor¨ªa de los obispos maquinaron contra la II Rep¨²blica nada m¨¢s proclamarse en 1931 y apoyaron el golpe militar, elev¨¢ndolo a la categor¨ªa de Cruzada y asumiendo ¡ªa cambio de recibir privilegios sin cuento¡ª el exterminio, la prisi¨®n, la persecuci¨®n o el exilio de decenas de miles de espa?oles de todas las ideolog¨ªas que perdieron aquella contienda incivil. Ahora vuelven sobre el tema. Sostienen que hubo entonces un plan para ¡°exterminar¡± a su Iglesia y han execrado de la llamada Ley de la Memoria Hist¨®rica con el argumento de que la recuperaci¨®n de cad¨¢veres de miles de personas desaparecidas a¨²n en fosas comunes ¡°reabre peligrosamente heridas del pasado¡±.
El lanzamiento de esta misi¨®n pastoral no ha podido llegar en peor momento, enfrascado el episcopado en una riada de cartas pastorales para justificar por qu¨¦ su poderosa confesi¨®n no paga impuestos por gran parte de sus posesiones ¡ªes el segundo propietario inmobiliario del pa¨ªs, despu¨¦s del Estado¡ª, ni renuncia a los privilegios otorgados por la dictadura del general Franco a cambio del apoyo incondicional del Estado vaticano.
¡°Llevamos una buena temporada empalmando chaparrones¡±
Cuando hablan del estado de salud de su Iglesia, los jerarcas transmiten la imagen de una instituci¨®n atribulada y acorralada. El tema econ¨®mico es su principal obsesi¨®n, conscientes del desprestigio que les ocasiona una imagen de poder y dinero en medio de la crisis. As¨ª que el ambiente ante el plan pastoral no anuncia un paseo entre flores, empe?ados como est¨¢n en demostrar que los privilegios fiscales son los mismos que los de un equipo de f¨²tbol o un sindicato, por ejemplo, o que la Iglesia cat¨®lica los disfruta por sus ¡°obras buenas en favor de la comunidad¡± (como si quienes pagan impuestos lo hiciesen castigados por obras malas).
Como consecuencia de ese ambiente, los obispos ven enemigos en el exterior (relativismo, secularizaci¨®n, laicismo, anticlericalismo), pero tambi¨¦n se sienten minados en su interior por sectores influyentes, en especial los mejores te¨®logos del siglo.
As¨ª piensa el obispo de San Sebasti¨¢n, Jos¨¦ Ignacio Munilla: ¡°Llevamos una buena temporada empalmando chaparrones contra la Iglesia. ?Qu¨¦ actitud deber¨ªamos tener? ?Repetir el dicho err¨®neamente atribuido al Quijote de Cervantes: ladran, luego cabalgamos? ?Hacer nuestro el pensamiento de Kierkegaard: ¡®Toma consejo de tu enemigo¡¯? La disposici¨®n de aprender de nuestros errores y de mantener una actitud humilde no hay que confundirla con el miedo a expresarnos sin complejos, ni con la pretensi¨®n de dar por bueno el asfixiante clima anticlerical en el que estamos inmersos. A los hechos me remito: estrangulamiento de la escuela cat¨®lica, discriminaci¨®n de la asignatura de religi¨®n, imposici¨®n de un proyecto ideol¨®gico anticristiano; linchamiento de los obispos que se atreven a discrepar de lo pol¨ªticamente correcto; puesta bajo sospecha criminal de forma generalizada a los sacerdotes y religiosas; acusaciones de robar al pueblo por el simple hecho de inscribir los bienes eclesiales en el registro de propiedad; manipulaci¨®n de datos fiscales y econ¨®micos hasta el punto de presentar a la Iglesia como heredera de unos privilegios franquistas, etc¨¦tera. Arrastramos el falso sambenito de que el Estado financia a la Iglesia cat¨®lica. Uno de los ¨²ltimos episodios de anticlericalismo es la pol¨¦mica en torno a la exenci¨®n de IBI¡±.
¡°Estamos ya en la
agon¨ªa del cristianismo¡±,
dicen varios te¨®logos
El propio cardenal Rouco, que es tambi¨¦n presidente de la CEE, se ha visto forzado a desvelar su sueldo: ¡°1.160 euros al mes, como el de todos los obispos espa?oles; un sacerdote, depende de las di¨®cesis, se mueve entre los 800 y los 900 euros, no s¨¦ si en algunas con muchos a?os de servicio pueden llegar a los 1.000 euros¡±. El Ministerio de Hacienda ingresa cada mes esos salarios en una cuenta corriente de la CEE, este a?o por una cantidad global cercana a los 250 millones, destinada tambi¨¦n a financiar el culto.
El Estado tambi¨¦n financia al episcopado la ense?anza de la religi¨®n y la moral cat¨®licas pagando el sueldo de decenas de miles de profesores, que act¨²an en realidad como catequistas. La ¡°nueva evangelizaci¨®n¡± afectar¨¢ ¡°profundamente¡± a ese aspecto, conscientes los prelados de la proverbial ignorancia religiosa de la juventud pese a las horas de clase confesional que recibe la inmensa mayor¨ªa durante a?os. ¡°La experiencia es desastrosa. Los obispos han hecho de su capa un sayo y les da igual lo que aprendan los chicos, que nos llegan a la Universidad sin saber nada de religi¨®n antigua y nada de historia, pensando que Herodes es ese se?or que aparece en los belenes por Navidad¡±, opina Ram¨®n Teja, catedr¨¢tico de Historia Antigua en la Universidad de Cantabria.
¡°Para unos, estamos ya en la agon¨ªa del cristianismo. Otros creen que se trata de lo que ha ido calific¨¢ndose como involuci¨®n, invierno eclesial, retorno a los bastiones y golpe de estado de los teocon¡±, dicen los te¨®logos Jos¨¦ Ignacio Gonz¨¢lez Faus, Josep Jim¨¦nez, Xavier Alegre y Josep Mar¨ªa Rambla en un manifiesto titulado ?Qu¨¦ pasa en la Iglesia?
Pagola: ¡°Percibo en la
Iglesia orfandad, miedo,
cansancio y desconcierto¡±
Otros colegas se expresan con igual severidad en el libro Clamor contra el gueto, editado por Trotta. ¡°La de ahora es la historia de una crisis anunciada. No es la primera vez que en la historia de la Iglesia el clamor deso¨ªdo de una reforma acaba llevando a males mayores¡±, lamentan. Entre quienes as¨ª opinan est¨¢ Andr¨¦s Torres Queiruga, la ¨²ltima v¨ªctima de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, que es como se llama ahora el siniestro Santo Oficio de la Inquisici¨®n.
Otro te¨®logo perseguido, Juan Antonio Pagola, exvicario de la di¨®cesis de San Sebasti¨¢n, es a¨²n m¨¢s pesimista. ¡°Percibo en la Iglesia un clima complejo de desconcierto, pena, decepci¨®n, orfandad, cansancio y miedo¡±, dijo a Libertad Digital. El sentir de estos pensadores lo expres¨® ya uno de los grandes peritos del Concilio Vaticano II, el dominico Yves Congar, primero castigado y finalmente cardenal. ¡°A Roma solo le interesa la autoridad, no el evangelio¡±, sentenci¨®.
Se llama cesaropapismo al peaje que hubo de pagar la Iglesia romana para recorrer los caminos de evangelizaci¨®n. Eran tiempos ¡ªsiglos¡ª en los que el poder se apropi¨® de esa Iglesia con la excusa de ayudarla a evangelizar. Hoy, los obispos no podr¨¢n hacerlo desde el poder ni desde la coacci¨®n. La teor¨ªa era que hab¨ªa que ¡°derribar las im¨¢genes de los dioses, talar los bosques sagrados, incendiar los templos y santuarios, levantar ¡ªa menudo sobre el mismo emplazamiento¡ª iglesias o capillas y proceder al bautismo de las multitudes¡±. El famoso obispo san Agust¨ªn lleg¨® a escribir: ¡°Es mayor mal que perezca un alma sin bautismo que el hecho de que sean degollados innumerables hombres, aun inocentes¡±.
Al te¨®logo Juan Jos¨¦ Tamayo, de la Universidad Carlos III de Madrid, le parece escandaloso e inmoral la simple propuesta de ¡°nueva evangelizaci¨®n¡±. Dice: ¡°El Cor¨¢n es el libro sagrado del islam. ?Qu¨¦ pensar¨ªamos si los l¨ªderes musulmanes pusieran en marcha una campa?a de coranizaci¨®n de Espa?a en la que identificasen la ley isl¨¢mica con el derecho civil y fundamentaran la ¨¦tica civil en la moral isl¨¢mica? Es el desprop¨®sito y el anacronismo que se propone la Conferencia Episcopal, insatisfecha con la secularizaci¨®n e inc¨®moda en la democracia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.