Margarete Mitscherlich, gran dama del psicoan¨¢lisis
Fue una figura destacada en la generaci¨®n del 68 alem¨¢n
Margarete Mitscherlich atend¨ªa pacientes hasta poco antes su muerte, acaecida el pasado 13 de junio a los 94 a?os. Pero m¨¢s all¨¢ de su contribuci¨®n a la salud o al bienestar de las personas que trataba, la ¡°gran dama del psicoan¨¢lisis¡± dej¨® una huella profunda en la generaci¨®n de los alemanes nacidos en la posguerra. Centr¨® sus investigaciones en la emancipaci¨®n, el arrepentimiento y la agresividad. Asuntos cruciales para un pa¨ªs que en los sesenta y setenta transitaba del entusiasmo desarrollista del milagro econ¨®mico al cuestionamiento radical de la generaci¨®n precedente y del papel de Alemania en la historia. Su libro m¨¢s c¨¦lebre es Fundamentos del comportamiento colectivo (Alianza Editorial, 1973), escrito junto a su esposo Alexander, tambi¨¦n psicoanalista. En ¨¦l estudian la evoluci¨®n desde la apasionada entrega colectiva al proyecto nazi a la frialdad amn¨¦sica de la posguerra. Su publicaci¨®n en Alemania, en 1967, caus¨® considerable revuelo entre los j¨®venes contestatarios del 68. Esta generaci¨®n de alemanes ha sido menos ensalzada que la del mayo franc¨¦s, pero su influencia fue enorme e impuls¨® un cambio social a¨²n perceptible en las costumbres, las leyes y las conciencias alemanas: los hijos de los nazis empezaron a preguntar a sus padres c¨®mo pudieron participar en aquel delirio colectivo de guerras y asesinatos sistem¨¢ticos. Durante a?os, la tarea principal fue fingir que no hab¨ªa pasado nada. Ella lo recordaba en una entrevista del S¨¹ddeutsche Zeitung: cuando en 1948 regres¨® a Heidelberg para proseguir sus estudios de Medicina en la universidad, ¡°las jerarqu¨ªas segu¨ªan siendo las mismas¡± que antes de la devastadora II Guerra Mundial, ¡°como si no hubiera pasado nada¡±. Tras licenciarse, empez¨® a interesarse por el psicoan¨¢lisis, al que se dedic¨® tras su boda con Alexander Mitscherlich.
Aunque hoy sus tesis psicoanal¨ªticas sobre la sublimaci¨®n del ¡°amor¡± de los alemanes por el f¨¹hrer Hitler y su diagn¨®stico sobre la represi¨®n de los sentimientos en la posguerra suenan un tanto anticuadas, su libro conjunto de 1967 cay¨® como una bomba. Margarete y Alexander Mitscherlich se mudaron a Fr¨¢ncfort, donde trabajaban entonces los fil¨®sofos Theodor Walter Adorno y Max Horkheimer. Alexander fue el primer director del Instituto Sigmund Freud de la ciudad, donde colabor¨® Margarete hasta su muerte. La ciudad del meno, capital financiera de Europa, se convirti¨® en el epicentro de una revuelta estudiantil alemana que, como se?ala el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, ¡°parec¨ªa corroborar la teor¨ªa freudiana de que lo reprimido regresa con mayor fuerza¡± cuanto mayor es el esfuerzo por enterrarlo en el subconsciente.
Durante aquellos a?os se abri¨® un abismo generacional entre los j¨®venes y sus mayores. El caldo de cultivo para un movimiento que determinar¨ªa la vida p¨²blica del pa¨ªs durante muchos a?os: primero, los de las algaradas y las manifestaciones masivas. Despu¨¦s, los ¡°a?os de plomo¡± del terrorismo de izquierda. M¨¢s adelante, con la organizaci¨®n de nuevos partidos pol¨ªticos como Los Verdes, que llegar¨ªan a gobernar Alemania junto a los socialdem¨®cratas entre 1998 y 2005.
Aunque Margarete Mitscherlich ¡ªque fue una de las primeras psiconalistas en declararse feminista¡ª y su esposo se hab¨ªan convertido en figuras se?eras para los contestatarios, ella fue cr¨ªtica con partes del movimiento, al que acusaba de simplificar los hechos. Recientemente reconoc¨ªa que ¡°no hay otra naci¨®n que recuerde su propia historia como lo hace Alemania¡±.
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