El fantasma de Copenhague
Brasil ha presentado un borrador lo suficientemente vago como para que nadie se oponga
En Copenhague nada pod¨ªa fallar. Diciembre de 2009. Obama (en el cargo menos de un a?o, la gran esperanza), Merkel, Brown, Hu Jintao, Lula, Ch¨¢vez, Sarkozy, Zapatero¡ todos estaban all¨ª, en un ca¨®tico centro de convenciones, en una ciudad tomada por la seguridad. Y todos estaban all¨ª para hablar de cambio clim¨¢tico, para emprender ¡°otra revoluci¨®n industrial¡±. Sorprendente. ?nico. Irrepetible. No pod¨ªa ir mal.
¡°Si los l¨ªderes vienen no es para firmar un papel en blanco¡±, sol¨ªa pronosticar el entonces secretario de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas para el Cambio Clim¨¢tico, Yvo de Boer. Durante 10 d¨ªas, los negociadores (secretarios de Estado en el mejor de los casos y t¨¦cnicos) presionaron al m¨¢ximo en el acuerdo que deb¨ªa sustituir a Kioto. Ya entonces se sab¨ªa que no habr¨ªa un tratado legalmente vinculante, pero si de all¨ª sal¨ªa un texto duro, claro, comprometido sobre c¨®mo ser¨ªa ese Kioto II, estar¨ªa el trabajo hecho.
El resultado es que cuando al fin empezaron a llegar los l¨ªderes no hab¨ªa nada acordado. La mala gesti¨®n de la presidencia danesa (llevada por el entonces primer ministro, Lars Loekke Rasmussen) no facilit¨® el acuerdo.
As¨ª, en una ¨²ltima noche, los 25 tipos m¨¢s poderosos del planeta se encerraron en una sala para intentar evitar el naufragio. Pero ni siquiera eso era manejable. As¨ª que en otra sala, Obama cerr¨® los flecos con los presidentes de China, India, Brasil y Sud¨¢frica, los grandes emergentes, y se lo dio acordado a la UE. Un acuerdo de cinco p¨¢ginas en el que al menos se reconoc¨ªa que hab¨ªa que limitar el calentamiento a dos grados cent¨ªgrados. El papel ni siquiera fue adoptado formalmente por la cumbre porque Venezuela y Bolivia (Hugo Ch¨¢vez y Evo Morales) lo vetaron.
Brasil, que tuvo un papel muy destacado en esa cumbre, parece haber aprendido la lecci¨®n y quiere evitar el fantasma de Copenhague. Esta vez nada de ir con textos abiertos hasta el ¨²ltimo momento con la esperanza de que los presidentes lo cierren. En su lugar ha presentado un borrador lo suficientemente vago como para que nadie se pueda oponer. Y a otra cosa. Obama y Merkel, que ya tuvieron bastante en Copenhague, declinaron la invitaci¨®n de Brasil. Ellos no saldr¨¢n en la foto de R¨ªo.
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