Marruecos proh¨ªbe hacer escala en Casablanca a un crucero gay
Rabat alega razones de seguridad para impedir la parada en Casablanca La visita prevista a una mezquita incomoda a las autoridades El barco, con 1.564 pasajeros, est¨¢ atracado en M¨¢laga
El Nieuw Amsterdam es una isla de libertad para sus 1.564 pasajeros ¡ªen su inmensa mayor¨ªa homosexuales, el 95% hombres¡ª y una verdadera pesadilla flotante para los hom¨®fobos de todo signo. Mientras en decenas de capitales occidentales se celebraba el d¨ªa del Orgullo Gay, Marruecos denegaba la entrada de este crucero de bandera holandesa en el puerto de Casablanca, una escala confirmada hace meses. Y ha acabado en M¨¢laga.
¡°Estaba en la peluquer¨ªa cuando el capit¨¢n anunci¨® por megafon¨ªa que la escala en Casablanca quedaba cancelada por motivos de seguridad y porque la llegada del barco se hab¨ªa convertido en un asunto de controversia p¨²blica¡±, afirma Eric, de Washington DC y funcionario del Gobierno de Estados Unidos y que ha pagado unos 7.100 euros por un pasaje para dos personas.
Seg¨²n la naviera Holland America Line y la empresa organizadora del viaje, RSVP Vacations, especializada en el mercado gay, fueron las autoridades del pa¨ªs magreb¨ª quienes rechazaron el desembarco de los homosexuales, la mitad de ellos estadounidenses.
Pero el ministro de Turismo, Lahcen Haddad, sali¨® a la palestra para desmentir el veto. ¡°No prohibimos ning¨²n crucero y no preguntamos a nuestros visitantes sus preferencias sexuales¡±, declar¨®. . Marruecos necesita turistas, una de sus principales fuentes de divisas junto con las remesas de los inmigrantes. Pero no fue ¨¦l quien tom¨® la decisi¨®n de vetar el desembarco sino su hom¨®logo de Interior, Mohand Laenser. Los gais ten¨ªan previsto visitar la Gran Mezquita de Casablanca, la ¨²nica en la que pueden entrar los no musulmanes fuera del horario de culto. 1.500 homosexuales concentrados all¨ª pod¨ªan, seg¨²n tem¨ªa, desatar una tempestad de protestas entre los sectores m¨¢s conservadores.
En Marruecos, como en casi todos los pa¨ªses musulmanes, la homosexualidad es un delito. El art¨ªculo 489 del c¨®digo penal prev¨¦ condenas de entre tres meses y tres a?os de c¨¢rcel para qui¨¦n la practique y multas de 120 a 1.200 d¨ªrhams (de 11 a 111 euros). Casi nunca se aplica.
Algunos diarios, como Al Khabar recordaron la contradicci¨®n entre la legislaci¨®n vigente y autorizar el desembarque masivo de los pasajeros gais. Otros se?alaban, en cambio, que numerosos visitantes de Marraquech, la ciudad que recibe m¨¢s turistas, son gais.
Por eso el ministro de Justicia, el islamista Mustaf¨¢ Ramid, describi¨® en marzo a Marraquech como un lugar ¡°donde gentes del mundo entero acuden para pasar mucho tiempo cometiendo pecados y alej¨¢ndose de Dios¡±. Su colega de Turismo, que pertenece a otro partido, le replic¨® de inmediato.
Desde que, en enero, un primer ministro islamista, Abdelil¨¢ Benkirane, encabeza, por primera vez, el Gobierno marroqu¨ª, una ola rigorista recorre el pa¨ªs. Pese a todo la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos encabez¨®, el mes pasado, un llamamiento a favor de la libertad sexual, es decir de despenalizar las relaciones sexuales de parejas que no est¨¦n casadas. Los sectores islamistas conservadores reprobaron con dureza su iniciativa.
No poder visitar Casablanca ¡ªel destino m¨¢s ex¨®tico del crucero¡ª supuso un chasco para los pasajeros. ¡°El a?o pasado estuvimos en T¨²nez con el mismo barco y todo fue estupendamente¡±, asegura John Ribson, de Toronto (Canad¨¢).
Algunos viajeros hab¨ªan contratado una excursi¨®n optativa a Marrakech, destino que tuvieron que cambiar por el Museo Picasso y la playa de La Malagueta. ¡°No dejaremos nuestro dinero en Marruecos, lo dejaremos en Espa?a¡±. Los californianos James y Nat llevan 16 a?os juntos y ayer dec¨ªan: ¡°Imagin¨¢bamos a los marroqu¨ªes m¨¢s sofisticados¡±.
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