El partidismo ciega las comisiones de investigaci¨®n
Las mayor¨ªas imponen el formato, los testigos y las conclusiones En el Congreso se han celebrado 17 en 33 a?os ?Es el objetivo esclarecer la verdad o utilizarla?
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?Sirve de algo investigar en el Parlamento el enga?o a los ciudadanos por entidades p¨²blicas o privadas? ?Por qu¨¦ se impide crear una comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria sobre la quiebra de Bankia o la actividad de Novagalicia, pero se aceptan otras como la del fraude de los ERE en Andaluc¨ªa, la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM) o las entidades financieras en Catalu?a? ?Servir¨¢n de algo estas ¨²ltimas o sus conclusiones ser¨¢n las que imponga la mayor¨ªa pol¨ªtica?
La sociedad demanda que se indague sobre la quiebra de Bankia, el enga?o a miles de ahorradores en la compra de productos de alto riesgo como las preferentes, los agujeros de las cajas de ahorros, los sueldos de sus consejeros y la dudosa contabilidad de las entidades financieras, pero las comisiones de investigaci¨®n parlamentaria o no se utilizan o casi siempre se emplean en favor de la mayor¨ªa.
¡°No tendr¨ªa por qu¨¦ prevalecer la mayor¨ªa¡±, asegura Peces Barba
En 33 a?os de democracia y ocho legislaturas el Congreso de los Diputados, m¨¢ximo representante de la soberan¨ªa popular, ha celebrado solo 17 comisiones de investigaci¨®n parlamentaria, 11 con el PSOE en el Gobierno, tres con el PP y tres con la UCD. La ¨²ltima tuvo lugar hace ocho a?os, bajo Gobierno socialista, y abord¨® la matanza del 11-M. ?Aportaron algo a los ciudadanos o se utilizaron por los partidos mayoritarios para imponer su verdad pol¨ªtica? ?Son incompatibles estas comisiones con la investigaci¨®n judicial?
La Constituci¨®n establece que el Congreso y el Senado pueden constituir comisiones de investigaci¨®n para indagar en asuntos de inter¨¦s p¨²blico. Corresponde solicitarlas a la Mesa del Congreso, dos grupos parlamentarios o la quinta parte de los diputados. La lista de comisiones de investigaci¨®n rechazadas es interminable: desde asuntos relacionados con la Corona, el mal uso de los fondos reservados, la implicaci¨®n de altos cargos en los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) hasta los vuelos secretos de la CIA en territorio espa?ol.
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Gregorio Peces Barba, de 74 a?os, expresidente del Congreso, reconoce que los grandes partidos utilizan la mayor¨ªa para emplear este instrumento en su propio beneficio. ¡°Una comisi¨®n de investigaci¨®n en la que prevalezca la mayor¨ªa es como ese refr¨¢n que dice que el que tiene un t¨ªo en Alcal¨¢ no tiene t¨ªo ni tiene n¨¢. Si sigue el principio parlamentario de mayor¨ªa, beneficia al partido del Gobierno y no tendr¨ªa por qu¨¦. No deber¨ªa ser as¨ª¡±.
Leopoldo Torres, de 71 a?os, abogado y exfiscal general del Estado en el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, lo cree inevitable. Torres presidi¨® en 1984 la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Acababa de estallar el caso Flick en Alemania con su ramificaci¨®n en la financiaci¨®n del PSOE. ¡°El resultado de cualquier comisi¨®n de investigaci¨®n est¨¢ en funci¨®n de qui¨¦n tiene la mayor¨ªa en ese momento. Las conclusiones se acomodan al voto mayoritario sin perjuicio de los votos particulares. Es lo obligado. Es una imposibilidad metaf¨ªsica que sea de otra manera. La experiencia demuestra que ha sido siempre as¨ª. ?Es decepcionante? A los precedentes me remito¡±, dice.
¡°Soy esc¨¦ptico. No son ¨²tiles para investigar¡±, dice S¨¢enz de Cosculluela
Para algunos no siempre ha sido as¨ª. Josep L¨®pez de Lerma, de 61 a?os, presidi¨® en 1994 la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el caso Rold¨¢n, el exdirector general de la Guardia Civil condenado a?os despu¨¦s a 31 a?os de prisi¨®n. Un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que estall¨® en el coraz¨®n del Gobierno de Gonz¨¢lez y acab¨® con 14 a?os ininterrumpidos de Gobierno socialista.
El exdiputado de CiU asegura que entonces no predomin¨® la mayor¨ªa. ¡°No ocurri¨® en la comisi¨®n Rold¨¢n. No me somet¨ª a ning¨²n control por parte del Gobierno de Gonz¨¢lez y tuve su m¨¢xima colaboraci¨®n. El comportamiento del Ejecutivo fue mod¨¦lico, pero no es lo habitual. Redact¨¦ el dictamen en mi casa. Creo que es el ¨²nico redactado por el presidente de una comisi¨®n por encargo de sus miembros. Se aprob¨® por unanimidad¡±, dice L¨®pez de Lerma. Reconoce que el PSOE se opuso a la comparecencia de Narc¨ªs Serra, entonces responsable del Cesid (servicio secreto) y a responsabilizar a Gonz¨¢lez de las irregularidades de Rold¨¢n. El PP hizo un voto particular en ese sentido.
¡°Es verdad que la mayor¨ªa tiene la facultad de oponerse a la presencia de ciertos testigos, tiene derecho de veto y derecho a que el dictamen final se pueda aprobar por mayor¨ªa. Solo cabe aquello que menos hiera al Gobierno de turno, aunque hay votos particulares, pero le aseguro que a m¨ª nunca me presionaron¡±, afirma el exparlamentario de CiU, hoy abogado en un despacho de Catalu?a.
Gran poder en EE UU y distinto rasero brit¨¢nico
- Desde hace casi 200 a?os, el Comit¨¦ de Control y Supervisi¨®n del Gobierno en el Congreso estadounidense es el encargado de investigar actuaciones gubernamentales, as¨ª como el cumplimiento de las leyes por parte de las autoridades. En el mandato actual, 23 congresistas republicanos y 17 dem¨®cratas supervisan desde la correcta aplicaci¨®n de las leyes hasta el gasto de dinero p¨²blico, casos de fraude, la aplicaci¨®n de normativas sobre seguridad nacional, as¨ª como la legalidad de determinadas actividades institucionales. Cualquier miembro del Comit¨¦ puede proponer una investigaci¨®n, aunque el avance de esta debe ser aprobado por los 40 congresistas que lo forman. A lo largo de la historia se han celebrado investigaciones tan relevantes como el comit¨¦ de Actividades Antiamericanas a comienzos de los a?os 50. La ¨²ltima ha terminado con declaraci¨®n en desacato del fiscal general Eric Holder, que no revel¨® documentos sobre tr¨¢fico de armas en M¨¦xico.
- Las comisiones de investigaci¨®n en Reino Unido funcionan a gusto del Gobierno, que decide qui¨¦nes la forman, qui¨¦n la preside y qu¨¦ mandato tiene, lo mismo si son parlamentarias que si son p¨²blicas. La presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica suele marcar la ambici¨®n de los investigadores. El mejor ejemplo es lo ocurrido con el esc¨¢ndalo de las escuchas ilegales del News of The World. Mientras se limit¨® a ser una lucha del diario The Guardian y los partidos segu¨ªan temiendo el poder de Rupert Murdoch, hubo dos investigaciones parlmentarias que no llegaron a nada relevante. Cuando el esc¨¢ndalo se convirti¨® en indignaci¨®n popular, esas dos comisiones se reanudaron y alcanzaron conclusiones sangrantes. allanaron el camino para una investigaci¨®n judicial independiente.
En sus 26 a?os de actividad parlamentaria, Luis Mardones, de 74 a?os, exdiputado por Coalici¨®n Canaria, ha formado parte como vocal de varias comisiones de investigaci¨®n (Filesa, caso del lino y Gescartera). Ve la mayor¨ªa como algo natural e inevitable. ¡°El parlamentarismo se resuelve por una cuesti¨®n aritm¨¦tica, es normal que las mayor¨ªas condicionen su funcionamiento. Pese a sus defectos e inconvenientes, creo que son muy necesarias¡±, afirma resignado.
Juanjo Aguirrezabala, de 52 a?os, diputado de Eusko Alkartasuna en el Parlamento vasco, presidi¨® la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el caso Mi?ano, que indag¨® en supuestos cohechos y espionaje a pol¨ªticos en ?lava. ¡°Aqu¨ª las conclusiones no son necesariamente las del Gobierno. Hemos intentado y conseguido que sean independientes. No se pueden ni deben crear comisiones para defender los intereses partidistas del Gobierno¡±, dice convencido.
?Y la batalla pol¨ªtica? Las comisiones de investigaci¨®n se han convertido muchas veces en territorio para prolongar luchas pol¨ªticas ajenas a los intereses de los ciudadanos o de la verdad hist¨®rica. La del 11-M en 2004, la ¨²ltima celebrada en el Congreso, fue en ocasiones ejemplo de un ruido ensordecedor. Paulino Rivero, de 60 a?os, su presidente, la recuerda as¨ª: ¡°Las propuestas fueron con el apoyo de los dos grandes partidos, pero quedaron tapadas por la batalla pol¨ªtica. El c¨®mo y el porqu¨¦ de los atentados qued¨® en entredicho por las posiciones tan enconadas que se mantuvieron¡±. El ataque yihadista contra los trenes que provoc¨® 192 muertos y miles de heridos se produjo tres d¨ªas antes de las elecciones del 14 de marzo que gan¨® contra casi todos los pron¨®sticos Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
?Sirven de algo estas comisiones si est¨¢n tan mediatizadas por la mayor¨ªa? Javier Sa¨¦nz de Cosculluela, de 68 a?os, ministro de Obras P¨²blicas con Felipe Gonz¨¢lez, hace una cr¨ªtica que va m¨¢s all¨¢ del instrumento. ¡°Para generar debate y expresar la preocupaci¨®n del pueblo s¨ª son ¨²tiles, pero no lo son para investigar. Est¨¢n reguladas de forma que aportan poca seguridad jur¨ªdica en sus conclusiones. He sido siempre muy esc¨¦ptico sobre estas comisiones¡±.
El exministro recuerda la comisi¨®n que se celebr¨® para investigar las dos cat¨¢strofes a¨¦reas en Barajas en 1983. ¡°El voto reflej¨® la postura de los grupos, pero no una apreciaci¨®n en conciencia. El diputado es una m¨¢quina de votar las decisiones colectivas del partido. En la Transici¨®n fue ¨²til la disciplina, pero superada esa fase el diputado deber¨ªa tener m¨¢s poder e independencia. Hoy ver levantar el dedo a los portavoces para indicar el voto me da verg¨¹enza. Ya es hora de que los diputados tengan facultades individuales y subjetivas. Esto lo solucionar¨ªa el voto secreto¡±, dice.
L¨®pez de Lerma dice que no se sinti¨® presionado en el ¡®caso Rold¨¢n¡¯
Julio Fern¨¢ndez, promotor de la web www.parlamenta.es, que recoge toda la legislaci¨®n parlamentaria nacional y auton¨®mica, es partidario de estas comisiones. ¡°Funcionan mal porque suelen utilizarse como campo de batalla partidista, pero siempre que hay un motivo de inter¨¦s social que las impulse, como ocurre ahora con la necesidad de conocer las razones de la crisis del sector financiero y su gesti¨®n, rinden resultados insustituibles. No hace falta que los grupos parlamentarios se pongan de acuerdo en las conclusiones, basta que acuerden un programa de trabajo y este se cumpla. La negativa a investigar en sede parlamentaria degrada al Parlamento a un papel de comparsa institucional¡±.
Algunas comisiones se cerraron en falso, como la de la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos, que se disolvi¨® porque se disolvieron las Cortes. ¡°El Banco de Espa?a se neg¨® a dar la informaci¨®n y tuve que conseguirla hablando con Luis ?ngel Rojo y pedir partido a partido sus cr¨¦ditos. Hubo una gran opacidad en las cajas de ahorros¡±, recuerda Mardones. Otras, en cambio, acordaron ¨²tiles recomendaciones. En especial la del 11-M. ¡°Se aprobaron casi 200 recomendaciones para mejorar la seguridad sobre un terrorismo nuevo y desconocido¡±, destaca Rivero, hoy presidente de Canarias.
L¨®pez de Lerma recuerda la comisi¨®n que investig¨® el caso Rold¨¢n como ¡°altamente¡± positiva. ¡°Se adelant¨® a la actuaci¨®n de la Justicia. Esta fue siempre por detr¨¢s de nosotros. En dos ocasiones trasladamos la informaci¨®n a la fiscal¨ªa. No lleg¨® solo a Rold¨¢n, se descubrieron muchas cosas. Pero lo que debe investigar la Justicia no lo debe investigar el Parlamento, son planos distintos¡±.
¡°Las propuestas del 11-M las tap¨® la batalla pol¨ªtica¡±, recuerda Rivero
Para Aguirrezabala, de Eusko Alkartasuna, los objetivos de la investigaci¨®n judicial y parlamentaria son muy distintos: ¡°Nosotros queremos saber qui¨¦n no ha actuado conforme a la ley de contratos vigente. La Justicia busca determinar si hay delito. Creo que son compatibles¡±. Rivero opina que la investigaci¨®n en el Parlamento debe hacerse despu¨¦s de la policial y judicial, aunque las que se reclaman o han comenzado en Catalu?a y Valencia sobre el sector financiero pueden iniciarse antes.
Las comisiones de investigaci¨®n parlamentaria est¨¢n tan necesitadas de credibilidad que eso explica por qu¨¦ las han presidido diputados de partidos bisagra como Rivero y Mardones, de Coalici¨®n Canaria, o L¨®pez de Lerma, de CiU. ¡°Hay un pacto no escrito. Si no se hac¨ªa as¨ª daban apariencia de falta de credibilidad¡±, confiesa Mardones.
El Movimiento 15-M, que reclama una regeneraci¨®n democr¨¢tica no ha llegado a un consenso sobre este instrumento de control parlamentario, pero Pedro Mart¨ª, abogado de 42 a?os y miembro de su Comisi¨®n de Econom¨ªa, resume su postura personal en una breve frase: ¡°Mejor s¨ª que no¡±. ¡°Sus miembros adolecen de imparcialidad porque muchas veces han sido part¨ªcipes en los casos que pretenden investigar. Habr¨ªa que ver sus resultados. No se deber¨ªan utilizar como pretexto para decir que se ha investigado¡±, dice.
¡°Pese a sus defectos, resultan muy necesarias¡±, plantea Mardones
?C¨®mo se pueden mejorar? Mardones hace una propuesta: ¡°Hay que exigir veracidad a los comparecientes. En Estados Unidos se exige a los testigos decir la verdad. Tienen que jurar que van a decirla. Aqu¨ª no, pueden permitirse el lujo de mentir descaradamente o acogerse al derecho a no declarar. Camacho [Antonio, due?o de Gescartera] se neg¨® a testificar. Se deber¨ªa tipificar la mentira ante el Parlamento¡±. ¡°El modelo anglosaj¨®n funciona de manera m¨¢s convincente. El nuestro es manifiestamente mejorable¡±, apostilla S¨¢enz de Cosculluela.
La historia se repite: el PP ha excluido a presidentes del Consell y consejeros de la investigaci¨®n de la CAM en las Cortes valencianas; el Parlamento andaluz inaugura con el esc¨¢ndalo de los ERE su primera comisi¨®n de investigaci¨®n en 17 a?os de Gobierno; la quiebra de Bankia no merece, a juicio del Gobierno, una comisi¨®n de investigaci¨®n; el PSOE se ha negado a investigar la intervenci¨®n de Caja Castilla-La Mancha o Caja Navarra.
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