La tragedia del galgo espa?ol
El 10% de los animales abandonados y recogidos por las protectoras proceden del final de la temporada de caza
El caso de Daniel Gonz¨¢lez describe muy bien la situaci¨®n de los galgos en Espa?a. Hace unos ochos a?os, en un peaje de la carretera de Burgos, recogi¨® a una galga abandonada, fam¨¦lica: ¡°estaba hecha un saco de huesos y con lo que parec¨ªa un tiro en la pierna, seccionando el tel¨®n de Aquiles. M¨¢s adelante encontramos varios perdigones bajo su piel¡±, dice Gonz¨¢lez. La bautiz¨® como Audrey y trat¨® de adoptarla, pero llevaba un chip: ¡°Ah¨ª se indicaba que pertenec¨ªa a un cazador navarro que no mostr¨® ning¨²n inter¨¦s ni sorpresa al saber que hab¨ªan hallado a su perra¡±, explica Gonz¨¢lez. Audrey fue trasladada a la perrera, que no facilit¨® su adopci¨®n, hasta que, tras mucha insistencia y alg¨²n rifirrafe con la instituci¨®n (y tambi¨¦n de pagar un peque?o soborno: una caja de bombones), Daniel consigui¨® llevarse a Audrey a casa. Har¨¢ unos cinco a?os la historia se repiti¨® en Toledo. Daniel se encontr¨® a otra perra, tambi¨¦n fam¨¦lica y abandonada, a la que bautiz¨® como Lost. La mala suerte (y la ineptitud) hizo que tras una negligencia veterinaria (le dejaron unas gasas dentro de la pata despu¨¦s de una operaci¨®n y no se dieron cuenta hasta despu¨¦s de abrirla ocho veces m¨¢s) a Lost le tuvieran que amputar una pierna. ¡°Lo bueno de los animales¡±, cuenta Gonz¨¢lez, ¡°es que no les cuesta tanto salir adelante, no le dan tanto a la cabeza y se adaptan a la nueva situaci¨®n¡±. Ahora Daniel se pasea por Madrid con su galga de tres patas que, aunque coja, ha sobrevivido felizmente al abandono.
En Espa?a se abandonan muchos galgos y no todos los casos acaban bien. ¡°Los galgos son encontrados severamente golpeados, quemados vivos, rociados con ¨¢cido, tirados en pozos, atados en cuevas y abandonados hasta morir, colgados o torturados de otras formas¡±, seg¨²n denuncia la carta remitida por el Intergrupo por el Bienestar Animal del Parlamento Europeo en 2011 al entonces presidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que adem¨¢s recuerda que desde 2010 el art¨ªculo 337 del C¨®digo Penal condena la crueldad contra los animales. Carta que, por cierto, no obtuvo respuesta. En los ¨²ltimos tiempos el Partido Animalista Pacma y otras asociaciones vienen protestando contra el abandono o la liquidaci¨®n de los galgos al final de la temporada de caza. El 10,4% de los animales abandonados y recogidos en protectoras en Espa?a, fueron consecuencia del fin de la temporada de caza, seg¨²n los resultados del Estudio sobre Abandono de Animales 2010 que realiz¨® la Fundaci¨®n Affinity. La cifra aumenta en comunidades como Extremadura donde alcanza el 30,4% o Castilla La Mancha donde llega al 21%.Se recogen m¨¢s de 15.000 galgos al a?o, aunque los animalistas estiman que se abandonan unos 60.000.
Estos animales se utilizan en la caza en campo abierto, una modalidad en la que los galgos (suelen correr por parejas), sin ayuda de su due?o, caza a la pieza (sobre todo liebres) tras una persecuci¨®n; aunque tambi¨¦n se utiliza en las monter¨ªas de caza mayor. En la caza en campo abierto los cazadores avanzan en fila (llamada mano), caminando en silencio hasta que salta la liebre y comienza una fren¨¦tica huida. Entonces el soltador deja libres a los galgos y comienza la persecuci¨®n. Cada a?o se celebra un Campeonato de Espa?a que acaba a mediados de Febrero, el ¨²ltimo celebrado en la localidad abulense de Madrigal de las Altas Torres.
En Espa?a hay 180.000 galgueros que cuidan unos 500.000 lebreles
Hay 180.000 galgueros en Espa?a que cuidan de unos 500.000 lebreles, seg¨²n la Federaci¨®n Espa?ola de Galgos. Seg¨²n la organizaci¨®n, que se dedica al fomento de la caza con galgo, los casos de maltrato son, por tanto, una minor¨ªa. ¡°La Federaci¨®n¡±, explican en un comunicado, ¡°ha realizado un estudio donde se demuestra que el galgo es la raza de perros que m¨¢s atenci¨®n en tiempo real recibe de sus propietarios, acerc¨¢ndose a cuatro horas diarias el tiempo que de forma exclusiva se dedica a los galgos, tiempo de juegos, paseos, alimentaci¨®n, limpieza, entrenamiento, veterinario y caza. El resto del d¨ªa la relaci¨®n es similar a la de cualquier perro de compa?¨ªa o de caza, seg¨²n los casos¡±. Argumentan, tambi¨¦n, que la caza de la liebre con galgos preserva otras especies protegidas que habitan en el mismo ecosistema que la liebre, como son diversas rapaces, la avutarda o el sis¨®n, entre otras. La Federaci¨®n muestra su rechazo total y condena al maltrato y abandono de galgos.
Otros se oponen frontalmente a que contin¨²e esta pr¨¢ctica. ¡°La caza con galgo es una actividad cineg¨¦tica que utiliza el animal como arma. En otros tipos de caza, el perro hace labores de ayuda, trayendo el animal cazado, por ejemplo, pero en esta, el galgo es el propio arma, la escopeta, y los galgueros van desarmados¡±, explica Cristina Garc¨ªa Rodero, presidenta de la asociaci¨®n Galgos sin Fronteras. ¡°Es una modalidad que, aunque no existe una ley com¨²n europea, est¨¢ prohibida de una forma u otra en todos los pa¨ªses de la UE¡±, apunta. Desde esta asociaci¨®n y otras piden la abolici¨®n de esta modalidad de caza. Explican que reciben constantemente un goteo de correos notificando la aparici¨®n de galgos abandonados, pero que al final de la temporada se observa un pico acusado. ¡°Lo peor del problema de los galgos es que acaba con ellos su inteligencia. Se supone que cuando persiguen a la liebre en los campeonatos tienen que hacer los mismos quiebros que ella, girar en los mismos puntos, seguir el mismo camino. Cuando el galgo se da cuenta de que recortando en diagonal a la trayectoria de la liebre gana terreno, se pierde la gracia y se le considera un ¡®galgo sucio¡±, indica Garc¨ªa Rodero.
Se recogen m¨¢s de 15.000 galgos al a?o, aunque los animalistas estiman que se abandonan unos 60.000
Muchos galgos son despu¨¦s abandonados o, peor a¨²n, colgados, como muchas veces se ve en im¨¢genes macabras que llegan hasta informativos internacionales. Cuando se ahorca un galgo con las patas traseras tocando el suelo, se dice que se le pone ¡°a tocar el piano¡±, pues sus patas delanteras quedan en la posici¨®n de los pianistas. Esto es algo as¨ª como una terrible tradici¨®n muy espa?ola. ¡°Suelen decir que un galgo no vale ni un cartucho, as¨ª que utilizan una cuerda para colgarlos¡±, explica la presidenta de Galgos sin Fronteras. "?ltimamente tambi¨¦n los queman para evitar dejar cualquier tipo de pista¡±. La cosa no es nueva: en 1991, el Irish Racing Board, un organismo que regula las exportaciones de perros de carreras desde Irlanda, prohibi¨® la exportaci¨®n de estos animales a Espa?a para evitar que acaben pudri¨¦ndose colgados de un ¨¢rbol, cosa que, desde luego, no debe dar muy buena imagen de Espa?a en el exterior.
Afortunadamente los galgos cada vez son m¨¢s apreciados como animales de compa?¨ªa, tal vez debido al esfuerzo realizado en diferentes campa?as para fomentar su adopci¨®n, y muchos de los que sobreviven y son recogidos en refugios acaban siendo adoptados en Espa?a o en el extranjero, como en el caso de Daniel Gonz¨¢lez y las perras Audrey y Lost.
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