¡°El Hierro es joven y crece¡±

Carmen L¨®pez recuerda perfectamente el 19 de julio de hace un a?o, cuando comenz¨® ¡°el enjambre s¨ªsmico¡± en El Hierro que desencaden¨® la erupci¨®n submarina, la primera en Espa?a en 40 a?os. ¡°En la vida profesional de un vulcan¨®logo puede que no le toque ninguna erupci¨®n y ahora puede que tengamos dos¡±, cuenta en el precioso edificio del Observatorio Astron¨®mico, en Madrid. En esta salita y en la sede del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) en Tenerife est¨¢n las pantallas en las que se registran los movimientos s¨ªsmicos de El Hierro. En una caja de cart¨®n hay dos enormes bolas de magma de las que escupi¨® el volc¨¢n. A L¨®pez se le ilumina la cara cuando pone el v¨ªdeo de la lava humeante sobre el mar: ¡°Hab¨ªa que recogerlas pronto porque se hund¨ªan¡±. En otra caja est¨¢n las restingolitas, las primeras muestras que escupi¨® el volc¨¢n y que fueron llamadas as¨ª en honor a La Restinga, el pueblo que fue desalojado temporalmente.

L¨®pez recuerda los d¨ªas previos a la erupci¨®n como de mucha tensi¨®n, entre cortes de carreteras, despliegue de militares, vecinos angustiados... Todo el mundo los buscaba para saber qu¨¦ iba a pasar. ¡°Una erupci¨®n es un fen¨®meno tan violento que da se?ales muy fuertes. Para romper la corteza a 20 kil¨®metros y llevar el magma a la superficie necesitas mucha energ¨ªa. Pero somos como hombres del tiempo: puedes hacer una predicci¨®n de lo que va a hacer el volc¨¢n, pero solo a corto plazo¡±.

Cuando los terremotos sub¨ªan de magnitud (s¨ªntoma de que el magma fracturaba la roca en su camino hacia la superficie), nadie sab¨ªa si saldr¨ªa en el norte, donde vive m¨¢s gente, en tierra o bajo el mar. El IGN ten¨ªa all¨ª a 14 personas y ayuda de otros grupos. ¡°Es un trabajo de equipo y este es estupendo¡±, insiste la responsable de vulcanolog¨ªa del IGN, que admite que pas¨® noches sin dormir.

¡°Hab¨ªa que recoger pronto las muestras de lava, porque se hund¨ªan¡±

Es curioso c¨®mo L¨®pez recuerda con precisi¨®n datos y fechas, como la del 8 de octubre: ¡°Cuando hubo un terremoto de 4,3, la lava se abri¨® camino hacia arriba a unos 500 metros por hora. En 30 horas comenz¨® la erupci¨®n¡±. La madrugada del 10 de octubre por fin lleg¨® el tremor volc¨¢nico ¡ªse?al caracter¨ªstica de salida de magma¡ª. ¡°Al principio piensas que no puede ser, que debe ser una anomal¨ªa. Hasta que ves que es el volc¨¢n¡±. Lo confirm¨® la aparici¨®n de peces muertos y luego las espectaculares manchas en el mar. El volc¨¢n hab¨ªa asomado bajo el mar de Las Calmas, al sur de la isla, ¡°lo mejor que pod¨ªa pasar¡±.

Sobre las cr¨ªticas por la improvisaci¨®n (el retraso en tener un barco para estudiar el fondo marino, por ejemplo), admite que ¡°el sistema espa?ol no est¨¢ tan engrasado como el italiano, que tienen el Etna activo casi permanentemente, y hay cosas que mejorar¡±. Esta mujer amable no elude la discusi¨®n p¨²blica entre cient¨ªficos por la gesti¨®n: ¡°Que haya discrepancias no es un problema. Ser¨ªa peor una opini¨®n un¨¢nime. El problema es si esas discrepancias no se tienen en los comit¨¦s cient¨ªficos, porque los vecinos lo pasan mal y no es bueno presentar una comunidad cient¨ªfica dividida¡±.

El Hierro, una preciosa isla llena de conos volc¨¢nicos, tiene desde octubre otro m¨¢s. No ser¨¢ el ¨²ltimo. ¡°El Hierro es joven y est¨¢ creciendo¡±. El magma empuja. Pese a que en marzo se dio por terminada la erupci¨®n, en junio volvieron los terremotos y la isla ha crecido 10 cent¨ªmetros, m¨¢s de lo que se midi¨® el a?o pasado: ¡°Se deforma como si metes un pastel al horno. Estamos como al principio de la ¨²ltima vez. Esta vez es m¨¢s profundo y mucho m¨¢s intenso¡±, cuenta L¨®pez, que, de nuevo, solo hace pron¨®sticos a corto plazo.

Mientras ella y su equipo dudan c¨®mo planificarse las vacaciones ¡ªun miembro del equipo va a El Hierro¡ª, L¨®pez quiere que no se olvide qui¨¦n lleva la peor parte, ¡°los herre?os, que son maravillosos¡±. ¡°Estaban en plena campa?a tur¨ªstica y aspiraban a recuperar la bajada de turistas del a?o pasado¡±. Y anima a visitar la isla.