La inactividad f¨ªsica causa tantas muertes como el tabaco

La cura ¡ªo al menos el alivio o la prevenci¨®n¡ª para casi todos los males no viene en pastillas o grageas. Llega en ch¨¢ndal y zapatillas, y consiste en hacer ejercicio a diario. Esta es la conclusi¨®n de un trabajo que la revista The Lancet, siempre oportunista en la elecci¨®n de sus temas, public¨® ayer sobre los efectos en la salud del ejercicio f¨ªsico a poco m¨¢s de una semana de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. O, mejor dicho, los art¨ªculos tratan sobre lo malo que es no hacerlo. Para que el mensaje ¡ªque, admit¨¢moslo, no es nuevo¡ª cale han hecho una comparaci¨®n con otro de los h¨¢bitos nocivos m¨¢s frecuentes: el tabaquismo. Y la conclusi¨®n, n¨²meros en la mano, es que el sedentarismo causa en el mundo al a?o tantas muertes como el fumar. En concreto, 5,3 millones al a?o. Esto representa aproximadamente una d¨¦cima parte de las muertes por enfermedades cardiovasculares, diabetes o c¨¢ncer. El trabajo (o la serie de ellos, ya que The Lancet ha publicado cinco art¨ªculos relacionados) se basan en datos de 105 pa¨ªses si se toman datos de poblaci¨®n entre 13 y 15 a?os, y 122 si se considera a los mayores de esa edad.

Siendo m¨¢s precisos, la inactividad es, en t¨¦rminos absolutos, algo m¨¢s mortal que el tabaquismo, porque las muertes que los investigadores atribuyen al tabaco son 5,1 millones de muertes anuales. Eso s¨ª, proporcionalmente, todav¨ªa fumar es peor, porque lo hace menos gente: aproximadamente el 26% de la poblaci¨®n mundial, mientras que los inactivos, seg¨²n los datos del trabajo, el 30,1%.

Al director del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red de la Fisiologia de la Obesidad y la Nutrici¨®n (Ciberobn), Felipe Casanueva, la comparaci¨®n entre sedentarismo y tabaquismo le parece ¡°ocurrente, quiz¨¢ amarillista, pero oportuna¡±. Tambi¨¦n le suena. ¡°Nosotros sol¨ªamos decir que la obesidad iba a ser una epidemia en el siglo XXI como el tabaquismo en el XX. Ellos le han dado la vuelta¡±, afirma.

La OMS recomienda practicar al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana

Adem¨¢s, Casanueva reconoce que escritas negro sobre blanco las cifras impresionan. ¡°Sab¨ªamos que era importante, pero esos 1.500 millones de persona que no hacen una actividad f¨ªsica suficiente son much¨ªsimos¡±.

El c¨¢lculo del efecto extremo de esta inactividad, l¨®gicamente, no se puede hacer directamente. Ning¨²n certificado m¨¦dico de defunci¨®n dice que alguien muri¨® de sedentarismo. As¨ª que las defunciones se obtienen a partir de una fracci¨®n de las producidas por enfermedades que se sabe que se agravan por no hacer ejercicio. O las que mejoran por hacerlo. Son, de una manera resumida, enfermedad coronaria, hipertensi¨®n, infarto, s¨ªndrome metab¨®lico, diabetes tipo 2, depresi¨®n y ca¨ªdas. Pero incluso se ha visto que hay una relaci¨®n con dos de los c¨¢nceres m¨¢s frecuentes: el de mama y el de colon. Vamos, que pr¨¢cticamente no hay tipo de enfermedad que no mejore en personas que hacen ejercicio con regularidad: las que tienen que ver con el sistema circulatorio ¡ªl¨®gico¡ª, las de metabolismo, pero tambi¨¦n las mentales o incluso las que en apariencia no tienen nada que ver, como los tumores (y si se ha visto una relaci¨®n clara con dos de ellos, la posibilidad de que lo est¨¦n con el resto no se excluye). La ¨²nica excepci¨®n son las enfermedades infecciosas (lo que en el lenguaje del trabajo llaman comunicables, porque son transmisibles y porque algunas hay que notificarlas para evitar que se expandan), donde el ejercicio no parece que tenga tanta relaci¨®n.

M¨¢s al detalle, los autores consideran que la inactividad causa el 6% de la ¡°carga de enfermedad¡± (un t¨¦rmino que viene a indicar no solo los casos, sino tambi¨¦n su duraci¨®n y gravedad) de las enfermedades coronarias, el 7% de la diabetes tipo 2, el 10% del c¨¢ncer de mama, el 10% del c¨¢ncer de pulm¨®n y el 9% de las muertes prematuras.

El efecto de la inactividad var¨ªa seg¨²n las distintas regiones del mundo. Esto es lo esperado, ya que no es un factor que act¨²e solo (y tambi¨¦n hay problemas con la exactitud de los datos, que var¨ªa enormemente). En l¨ªneas generales, el 27,5% de la poblaci¨®n africana no hace el suficiente ejercicio; en Am¨¦rica la proporci¨®n llega al 43,3%; en lo que la OMS llama Mediterr¨¢neo del Este (Oriente Pr¨®ximo) es del 43,2; en Europa, el 34,8%, en el sureste asi¨¢tico, el 17% y en el Pac¨ªfico Occidental, el 33,7%. Las mujeres son, en general, menos activas que los hombres (el 33,9% frente al 27,9%). Por pa¨ªses, por poner los extremos, la proporci¨®n de sedentarios va del 4,7% en Bangladesh al 71,9% de Malta.

Si se incrementara el
ejercicio, la esperanza de vida
podr¨ªa aumentar 0,68 a?os

Estas ¨²ltimas cifras aclaran que se trata de una medida que incluye el ejercicio que se podr¨ªa calificar de ocupacional con el del tiempo libre (nadie se imagina que el 95,3% de los banglades¨ªes vayan al gimnasio). No se aclara en el trabajo c¨®mo se contabilizan las actividades dom¨¦sticas. Para los pa¨ªses donde los trabajos han perdido el car¨¢cter f¨ªsico, como los m¨¢s ricos, es la actividad durante el ocio la que cuenta m¨¢s; en otros, es la propia de la actividad laboral (labrar, cortar o acarrear agua).

Este factor hace que recomendar soluciones no sea f¨¢cil. En el caso extremo ¡ªy el m¨¢s cercano a Espa?a¡ª el consejo est¨¢ en hacer unos 150 minutos semanales de paseo o ciclismo suave. En los ni?os, la cantidad recomendada es mayor, y se puede llegar a pr¨¢cticas que consuman m¨¢s energ¨ªa.

Casanueva reconoce que, hasta ahora, los trabajos de grupos como el suyo sab¨ªan que el sedentarismo era un factor importante, pero se centraban en la obesidad. ¡°Por eso hace a?o y medio creamos un programa de actividad f¨ªsica que lleva Empar Lurbe¡±. ¡°Si no lo cuantificas, las autoridades no hacen no lo consideran importante¡±, opina.

Porque el problema es tan grave que ¡°los m¨¦dicos solo podemos llamar la atenci¨®n y tocar la corneta. Aconsejar solo a la gente que haga ejercicio no sirve. Hay que buscar los m¨¦todos para que esta pr¨¢ctica sea atractiva¡±.

La clave del indispensable cambio est¨¢ en los colegios, afirma. ¡°Los padres, si les quitan una hora de Matem¨¢ticas, creen que sus hijos van a ser menos competitivos en el futuro, pero no piensan lo mismo si les reducen las horas de gimnasia; entonces no protestan¡±.

Hay otro factor: no todas las personas tienen la misma afici¨®n por el ejercicio. The Lancet dedica otro de los art¨ªculos de la serie a los factores que influyen. La edad, el sexo, la salud, y hasta el entorno influyen. Es lo que se llama la ecolog¨ªa del sedentarismo. Grupos como el de Casanueva van a tener trabajo para rato.