La haza?a de los tres adolescentes riojanos que conquistaron a Google
Los cuatro a?os que estos alumnos dedicaron a investigar sobre la vida en el agua dulce les ha valido para convertirse en los ganadores de la Feria de Ciencias de 2012 de Google
De Logro?o a la meca de la tecnolog¨ªa. Del Instituto Batalla del Clavijo a la sede de Google en California. Tres j¨®venes que empezaron a investigar para saciar su curiosidad en el recreo, se han convertido en los ganadores de la Feria de Ciencias 2012 de Google.
Empezaron de forma voluntaria, explica su profesor, Antonio Guill¨¦n desde Palo Alto, Estados Unidos. Entonces Guill¨¦n ni siquiera les daba clase, cuando en 2008, mientras cursaban 1? de ESO, se preguntaron: "?Qu¨¦ clase de vida hay en el agua?".
"Desde aquella semana, hace cuatro a?os, hemos aprendido mucho y hemos ido haciendo m¨¢s cosas, como clasificar el agua seg¨²n el nivel de contaminaci¨®n, ya que cada microorganismo solo puede desarrollarse si se dan ciertas caracter¨ªsticas", explica Iv¨¢n Herv¨ªas. El joven y sus amigos Sergio Pascual y Marcos Ochoa fueron recopilando informaci¨®n hasta hacerse con una gran cantidad de aguas de diferentes r¨ªos que les ha permitido sacar conclusiones.
Entonces se plantearon la hip¨®tesis de su investigaci¨®n: que una gota de agua puede contener una enorme cantidad de vida, seres muy variados y diferentes, tal y como una selva muy poblada. Empezaron tomando muestras y las prepararon para identificar los organismos microsc¨®picos. A continuaci¨®n, a?adieron algunas sustancias al agua, para comprobar c¨®mo influyen en el desarrollo de la vida.
"Descubrimos c¨®mo algunos microorganismos acu¨¢ticos solo viven en un determinado tipo de agua y por eso son excelentes bioindicadores", concluyen los j¨®venes en su estudio.
Se tomaron el trabajo en serio y, con el apoyo del docente Antonio Guill¨¦n, analizaron el agua en m¨¢s de 70 localidades entre el Valle del Ebro y del norte de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Con su trabajo obtuvieron m¨¢s de 50.000 fotograf¨ªas y centenares de grabaciones de v¨ªdeo con microorganismos de variadas caracter¨ªsticas.
El entusiasmo y la confianza en s¨ª mismos les llev¨® a obtener resultados, seg¨²n su profesor
"Ha sido muy divertido investigar y trabajar. Este proyecto no ha sido duro, porque nos ha gustado mucho", explica Sergio Pascual por tel¨¦fono desde California.
El entusiasmo y la confianza en s¨ª mismos que, seg¨²n su profesor, les caracteriza, les permiti¨® a obtener resultados. "Existe una estrecha correspondencia entre los microorganismos bioindicadores y los valores medidos a trav¨¦s de una estaci¨®n de medici¨®n de la calidad de las aguas", aseguran en la presentaci¨®n que enviaron a Estados Unidos.
Ellos mismos explican sus resultados por medio de una met¨¢fora: "El agua es un universo de vida paralelo al nuestro, en el que se pueden observar con mucha facilidad las relaciones que existen en los ecosistemas macrosc¨®picos que nos rodean. A pesar de su peque?o tama?o y de su aparente simplicidad los organismos microsc¨®picos son muy complejos, quiz¨¢ tan complejos como nosotros, reaccionan igual que lo har¨ªa cualquier animal terrestre: huyen, se defienden, se reproducen y alimentan, casi, como cualquiera de nosotros y muchos de ellos, siendo tan solo una c¨¦lula".
Sue?os grandes, recursos limitados
M¨¢s all¨¢ de la investigaci¨®n, el m¨¦rito de los j¨®venes reside en la forma en que se las ingeniaron para sacar adelante su hallazgo. "Son unos chavales de una nobleza excepcional, amigos y que se complementan extraordinariamiente bien en su trabajo, cada uno presenta cualidades especiales y esto les permite trabajar muy bien en equipo", comenta Guill¨¦n desde Palo Alto.
Sobre la financiaci¨®n del proyecto, tanto los j¨®venes, como el profesor coinciden en que el apoyo del instituto p¨²blico fue fundamental. Y en particular agradecen a la directora, Carmen Arnedo, quien seg¨²n Guill¨¦n "ha buscado apoyo y ayuda hasta debajo de las piedras".
Ahora los muchachos no debieran volver a tener este problema. El buscador de Internet les ha premiado con una beca de 25.000 d¨®lares, la oportunidad de vivir una experiencia ¨²nica que deber¨¢n elegir y con el acceso a la revista Scientific American para el centro educativo en el que cursen sus estudios.
Los muchachos se encuentran estos d¨ªas en California, recibiendo su premio y paseando con su profesor, quien se ha dedicado a ellos "como un entrenador a su equipo de f¨²tbol". A su regreso tendr¨¢n trabajo que hacer: elegir cu¨¢l de todas las preguntas que les surgieron a partir de la investigaci¨®n ser¨¢ la pr¨®xima que intentar¨¢n resolver. Lo que ya tienen claro, es que los tres continuar¨¢n el itinerario cient¨ªfico durante el bachillerato.
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