Los genes del engorde
La dieta austera de los antiguos americanos explica su propensi¨®n a la obesidad El tipo de alimentaci¨®n provoc¨® las mutaciones que ahora les perjudican
Los indios americanos muestran actualmente una conocida propensi¨®n a engordar y, en justa correspondencia, uno de los ¨ªndices m¨¢s altos del mundo de diabetes de tipo 2, la forma de la enfermedad asociada al sobrepeso, que es a su vez el gran factor de riesgo para el infarto y las enfermedades cardiovasculares. La teor¨ªa m¨¢s aceptada es que han heredado de sus ancestros unos genes del ahorro seleccionados para aprovechar al m¨¢ximo una comida escasa en los tiempos duros en que se dedicaban a cazar y recolectar. Los ¨²ltimos datos sobre las heces fecales fosilizadas de aquellos antiguos pobladores de Am¨¦rica precisan esa teor¨ªa con un giro inesperado.
Un grupo de cient¨ªficos de las universidades de Nebraska y estatal de California y la Escuela Nacional de Salud P¨²blica de R¨ªo de Janeiro dirigido por Karl Reinhard muestra en Current Anthropology que las civilizaciones prehist¨®ricas de cazadores-recolectores del sudoeste de Estados Unidos segu¨ªan una dieta que habr¨ªa hecho temblar de placer a un cardi¨®logo actual: cantidades masivas de fibra, casi cero de grasa y uno de los ¨ªndices glic¨¦micos m¨¢s bajos que constan en los anales de la nutrici¨®n. Ese ¨ªndice mide la capacidad de un alimento para subir la glucosa en sangre.
Los expertos favorec¨ªan hasta ahora la hip¨®tesis de que los genes del ahorro se seleccionaban en entornos en los que la accesibilidad del alimento era irregular.
Quiz¨¢ el mejor ejemplo es el de la isla polin¨¦sica de Nauru, donde la poblaci¨®n nativa se hab¨ªa visto sometida durante milenios a ciclos err¨¢ticos de buenas cosechas y hambrunas. En esas condiciones, los individuos que m¨¢s grasa acumulan en los a?os de bonanza soportan mejor que el resto las temporadas subsiguientes de escasez. El resultado es que, tras la llegada de las comodidades occidentales en el siglo XX, Nauru ha desarrollado los ¨ªndices de diabetes de tipo 2 m¨¢s altos del planeta, con una prevalencia cercana al 40%.
El hallazgo de Reinhard y sus colegas, sin embargo, sugiere una segunda posibilidad que hab¨ªa pasado inadvertida hasta ahora: que no sean los ciclos de bonanza y hambruna, sino la misma composici¨®n de la dieta la que haya seleccionado los genes del engorde r¨¢pido. ¡°Lo que planteamos¡±, dice Reinhard, ¡°es que realmente no necesitamos buscar condiciones de alternancia entre abundancia y escasez como el fundamento para la selecci¨®n de estos genes; esa presi¨®n selectiva no es necesaria en vista de las evidencias sobre la dieta que hemos encontrado¡±.
Los nativos americanos tienen el doble de probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 que los cauc¨¢sicos. El trabajo coordinado por Reinhard se basa en el an¨¢lisis de 20 coprolitos, o heces fosilizadas, de los antiguos moradores de la Cueva del Ant¨ªlope, en el norte de Arizona.
Esta cueva profunda fue habitada por varias culturas ind¨ªgenas a lo largo de los milenios. Su dieta, seg¨²n se desprende de estos datos, se compon¨ªa b¨¢sicamente de ma¨ªz, pipas de girasol, hierbas silvestres y amarantos, todos ellos ricos en fibra, y, por tanto, muy saludable.
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