HRW denuncia torturas en los centros para drogadictos asi¨¢ticos
M¨¢s de 350.000 personas han sufrido maltratos en lugar de tratamientos contra su dependencia
M¨¢s de 350.000 personas en China y otros pa¨ªses del sudeste asi¨¢tico han sido internadas de forma irregular,?bajo la falacia de que van a recibir terapia, en centros de detenci¨®n especiales para drogodependientes en los que acaban sufriendo distintas formas de tortura ¨Cviolencia f¨ªsica y sexual¨C, seg¨²n explica un informe publicado ayer por la organizaci¨®n Human Rights Watch (HRW). Un estudio que no ha pasado inadvertido en la Conferencia Internacional del Sida 2012, ya que la apertura y continuidad de estos centros fue apoyada por organismos como la ONU y otros donantes internacionales. Estos establecimientos est¨¢n ahora negando a sus internos ¨C¡°reiteradamente¡±, subraya el documento¨C el derecho a un tratamiento eficaz para el VIH y la dependencia de las drogas, a la vez que los someten a castigos como trabajos forzosos, conductas militares y maltrato.
El informe, titulado Tortura bajo el lema de tratamiento: Abuso de los derechos humanos en Vietnam, China, Camboya y Rep¨²blica Democr¨¢tica de Lao, consta de un total de 23 p¨¢ginas en las que distintos detenidos cuentan sus experiencias. Algunos llegaron a estar cinco a?os recluidos. Quynh Luu, un antiguo interno que fue capturado cuando intentaba escapar, describe su castigo en el documento: ¡°Primero me golpearon las piernas para que no pudiera salir corriendo, a continuaci¨®n me electrocutaron el brazo y estuve en una celda de castigo durante un mes¡±. En algunos centros estas personas conviven incluso con gente sin hogar, con alguna discapacidad psicol¨®gica y con ni?os de la calle. La mayor¨ªa son normalmente recluidos contra su voluntad, son detenidos por la polic¨ªa o ingresados de ¡°forma voluntaria¡± por las autoridades locales o los propios familiares. ¡°Muchas veces son presionados por su entorno para mantenerlos alejados. Una vez dentro, es muy dif¨ªcil salir", relata el documento.
Investigaciones realizadas en China y Vietnam, explica el documento, muestran altos niveles de reca¨ªda en los internos e incluso un elevado riesgo a contraer VIH durante su estancia en los centros, sobre todo en aquellos encerrados por largos periodos. Las pruebas de detecci¨®n en China eran obligatorias y frecuentes en este tipo de instalaciones, pero sus resultados casi nunca se comunicaban a los internos. ¡°Me hicieron los an¨¢lisis dos veces mientras estuve all¨ª, pero nunca supe mi estado de salud. Cuando sal¨ª estaba tan enfermo que fui a una cl¨ªnica. Ten¨ªa miedo de ser arrestado otra vez, pero tengo un hijo y no quer¨ªa morir. Me volvieron a hacer pruebas y el resultado fue que padec¨ªa sida¡±, explica bajo anonimato un antiguo recluso de uno de los centros chinos. Seg¨²n este expreso, ¡°muchos consumen sustancias sin prevenciones higi¨¦nicas y practican sexo sin protecci¨®n. No hay condones ni jeringuillas esterilizadas¡±. "Una cosa m¨¢s que dificulta el fin de la epidemia del VIH en el mundo", dijo Chris Maggiolo, m¨¦dico italiano presente en la conferencia.
¡°No hay ninguna duda de que existen tratamientos para las personas dependientes que concuerdan perfectamente con los derechos humanos; en cambio, ni las palizas ni la humillaci¨®n forman parte de ellos¡±, se?ala en un comunicado Joe Amon, director de la Divisi¨®n de Salud y Derechos Humanos de Human Rights Watch. ¡°Al no hacer an¨¢lisis de consumo de sustancias, esta situaci¨®n provoca que se detenga a consumidores ocasionales o a personas sobre las que simplemente existe una sospecha¡±, a?ade.
En marzo de 2012, tras constatar estas pr¨¢cticas, varias organizaciones mundiales firmaron una declaraci¨®n conjunta en la que exig¨ªan el cierre de esta clase de centros, ¡°pero todav¨ªa hay donantes privados que mantienen abiertas estas instalaciones y esto deber¨ªa parar¡±, concluyen desde Human Rights Watch.
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