Marte: llegada inminente
El todoterreno ¡®Curiosity¡¯, de la NASA, debe tocar el suelo del planeta rojo el lunes por la ma?ana, en una maniobra extremadamente arriesgada y compleja
A pocas horas de precipitarse en la atm¨®sfera de Marte y ejecutar el m¨¢s arriesgado descenso jam¨¢s intentado en otro mundo, la sonda espacial MSL, con el enorme laboratorio rodante Curiosity a bordo, recorre con normalidad los ¨²ltimos cientos de miles de kil¨®metros de su viaje desde la Tierra. Al seguir la trayectoria correcta y sin incidente alguno en la nave espacial, los responsables del control de la misi¨®n, incluso, cancelaron esta semana una maniobra opcional para rectificar el rumbo. El Mars Science Laboratory (MSL) viaja ya autom¨¢ticamente cumpliendo el programa de vuelo cargado en sus ordenadores. Otro dato positivo: se est¨¢ disipando una tormenta de polvo detectada all¨ª en el hemisferio Sur.
¡°Sabemos que la maniobra de descenso parece completamente loca, pero es el resultado de una elecci¨®n muy cuidadosa de varias opciones¡±, dice Adam Steltzner, jefe del equipo que ha desarrollado este sistema, arriesgado y complejo, en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), en California. En lo que los ingenieros han llamado siete minutos de terror, el Curiosity tiene que zambullirse en la atm¨®sfera marciana, resistir el intenso calor que provoca la fricci¨®n, ajustar la trayectoria, desplegar un paraca¨ªdas, encender los retrocohetes y, al final, la gran novedad de la operaci¨®n: descolgar el Curiosity sujeto con cables de nailon hasta depositarlo sano y salvo en el suelo.
Ser¨¢ ma?ana lunes a las 7.31 (hora peninsular), minuto m¨¢s o minuto menos por la variabilidad atmosf¨¦rica all¨ª, y se podr¨¢ seguir en directo por Internet en todo el mundo. En realidad, en ese momento, cuando llegue a la Tierra la se?al, el Curiosity llevar¨¢ ya 13,8 minutos en el suelo de Marte, el tiempo que tardan las radiose?ales en recorrer, a la velocidad de la luz, los 248 millones de kil¨®metros que separan ahora un planeta del otro. Si todo sale bien, los ingenieros de JPL dedicar¨¢n unos d¨ªas a desplegar y verificar equipos y, dentro de una semana o poco m¨¢s, el Curiosity podr¨¢ empezar a rodar por Marte.
Los ingenieros se refieren a la maniobra como ¡°los siete minutos de terror¡±
¡°El MSL es el telescopio espacial Hubble de la exploraci¨®n de Marte¡±, sugiere John M. Grunsfeld, director adjunto de la NASA para las misiones cient¨ªficas, informa The New York Times.
Si el primer todoterreno de la NASA en el planeta rojo, el peque?o Sojourner de 1997, era, sobre todo, un ensayo de ingenier¨ªa para comprobar que era posible hacer una misi¨®n sobre ruedas en Marte, y los Spirit y Opportunity (2004) fueron los robots ge¨®logos de campo, el Curiosity es, adem¨¢s, qu¨ªmico, y el primer gran laboratorio rodante de la exploraci¨®n planetaria. El objetivo es intentar responder a una pregunta b¨¢sica: ?pudo Marte ser un mundo apto para la vida? Para averiguarlo, siguiendo la pista del carbono, el robot lleva 10 instrumentos de an¨¢lisis que permitir¨¢n buscar compuestos org¨¢nicos, sin que eso signifique, advierte la NASA, que sean vida. En los a?os setenta, las misiones Viking buscaron compuestos org¨¢nicos en Marte, pero los an¨¢lisis dieron negativo.
¡°El Curiosity es un paso m¨¢s en el conocimiento de nuestro planeta vecino, pero no es una misi¨®n aislada, sino parte de un programa continuado de exploraci¨®n de Marte¡±, explica Doug McCuistion, responsable de dicho programa de la NASA. En perspectiva, aunque sin fecha, est¨¢ el objetivo de traer a la Tierra muestras de Marte para hacer an¨¢lisis exhaustivos. Y, m¨¢s a largo plazo, todav¨ªa cabe pensar en viajes de astronautas al planeta rojo, lo que exigir¨ªa no solo mucha tecnolog¨ªa, sino tambi¨¦n much¨ªsimo dinero.
El Curiosity, cuya misi¨®n cuesta 2.000 millones de euros, es un veh¨ªculo con seis ruedas, de 900 kilos y el tama?o de un coche peque?o. Se dirige a una zona del cr¨¢ter Gale elegida por la existencia all¨ª de arcillas que se habr¨ªan formado en presencia de agua. Las capas geol¨®gicas expuestas en las paredes del monte Sharp, en el centro del cr¨¢ter, son como p¨¢ginas de un libro en las que los especialistas quieren leer el pasado geoqu¨ªmico de Marte. El robot est¨¢ hecho para funcionar en Marte dos a?os.
El laboratorio todoterreno buscar¨¢ compuestos org¨¢nicos
La pista de aterrizaje elegida para el Curiosity tiene mucho que ver con la nueva t¨¦cnica de descenso, que es apta para grandes cargas y ofrece precisi¨®n en el lugar de destino. La selecci¨®n de sitios para este tipo de misiones es siempre un equilibrio entre el inter¨¦s cient¨ªfico y las condiciones de seguridad para que los veh¨ªculos no corran el riesgo de acabar estrellados contra una roca o volcados en una grieta. Al cr¨¢ter Gale ya le hab¨ªan echado el ojo los investigadores, pero no se pod¨ªa aterrizar all¨ª con las t¨¦cnicas anteriores, recuerda John Grotzinger, jefe cient¨ªfico del Curiosity.
¡°Los sistemas de entrada y aterrizaje deben funcionar aut¨®noma y autom¨¢ticamente, sin intervenci¨®n o control humano alguno¡±, explica, desde el JPL, Jos¨¦ A. Rodr¨ªguez-Manfredi, jefe de la estaci¨®n meteorol¨®gica REMS del Curiosity, desarrollada y construida en Espa?a. ¡°La secuencia de acontecimientos para pasar de 22.000 kil¨®metros por hora a quedar suspendido en la atm¨®sfera marciana y ser depositado suavemente sobre la superficie tiene que ser enormemente precisa, teniendo en cuenta el cambio de centro de masas, el despliegue del paraca¨ªdas supers¨®nico, la estabilizaci¨®n vertical, la correcci¨®n de velocidades horizontales, la elecci¨®n el sitio adecuado, el descuelgue del veh¨ªculo y el corte y alejamiento del m¨®dulo de descenso¡±, a?ade. Pero este ingeniero est¨¢ seguro de que todo funcionar¨¢ a la perfecci¨®n.
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